➳1

414 52 27
                                    

—¡Abuelo!—saludo el niño mientras corría tan rápido como sus cortas piernas se lo permitían.

El adulto mayor de ojos sonrientes lo esperaba con los brazos abiertos.
La señora Kim observaba la conmovedora imagen mientras llevaba a su otro hijo de la mano.

—Papá, lo dejo a tu cuidado—aviso con una sonrisa—Dong Hyun tiene que ir con el doctor.

El menor dejo los brazos de su abuelo para caminar hacia su hermano mayor.

—Cuidate—beso su mejilla y regreso al lugar en donde estaba.

Cuando su madre y hermano se fueron extiendo sus pequeños brazos a su abuelo dandole a entender que quería ser cargado.
El mayor negó con la cabeza para después tomar el pequeño cuerpo entre sus brazos.

—Eres un niño mimado Dong Young—expresó con burla.

—¿A dónde vamos esta vez abuelo?—pregunto con emoción.

Un brillo apareció en sus ojos, le emocionaba salir con su abuelo porque siempre conocía algo nuevo y se divertía.
Desde acompañarlo a cortarse el cabello hasta visitar a uno de sus amigos, le agradaba la gente grande, parecían saber mucho.

—Visitaremos a mi amigo, ¿Sabes que es lo mejor?

Caminaban sobre la acera, el niño apretando fuertemente la mano del hombre mayor.

—¿Era un soldado?—esos eran los mejores amigos que podía tener su abuelo, pues le daban dulces y le contaban sus heroicas batallas contra los norcoreanos.

Negó.

—El tiene una tienda de dulces.

Esas palabras bastaron para que el ñiño comenzara a dar pequeños brincos mientras caminaba, así como soltar risas.
Al llegar, el castaño obsevo todo con curiosidad.
La fachada del lugar estaba pintada con colores claros, y al entrar lo recibió un aroma muy dulce, habían mesas para los visitantes. Pero lo más interesante, era ese lugar majestuoso del cual no conocía su nombre, así que lo llamaría "Dios Dulce", ahí se podían encontrar cuantas golosinas pudiese imaginar.

Soltó la mano de su abuelo y corrió hacia la vitrina pegando su rostro a esta. Aspiró una vez más el dulce aroma del lugar y sonrió mostrando todos sus dientes.

¿Estaba muerto? Porque ese era el lugar de sus sueños.

Y papá dijo que cuando alguien moría iba al lugar de sus sueños.

El hombre mayor sonrió satisfecho y saludo con un ademán a su amigo tras la caja registradora, quién reía a rienda suelta por la felicidad del niño.

—Dong Young—llamo a su nieto.

El niño se dio la vuelta para observar la máquina que estaba a un costado de su abuelo.

—¡Goma de mascar!

Ese grito llamó la atención de las personas que se encontraban en el lugar, era común ver ese  tipo de reacciones.

—Abuelo, por favor—extendió las manos pidiendo una moneda, solo necesitaba eso para obtener lo que quería.

El señor Kim metió la mano a su bolsillo derecho sin dejar de observar al castaño que se movía de un lado a otro impaciente sin apartar su vista de la máquina. Dejó la moneda en su pequeña mano.

—Por favor, por favor, una rosa—murmuró apretando sus ojos con fuerza.

Con mucho cuidado, coloco la moneda entre la abertura destinado y giró la manija. Escucho un crujido y vio caer la perfecta esfera rosada que seguía un camino en forma de espiral.

Sus manos ya estaban sobre el lugar en el que caería esperando el momento indicado.

Cuando esta llego a sus manos, sus ojos se iluminaron y comenzó a saltar.

—¡Abuelo! ¡Es rosa!

El anciano ya estaba conversando con su amigo cuando el niño llegó a su lado.

—Así es Dong Young, ¿Te gustaría jugar? Hay cosas de mayores que tenemos que hablar—dejo entre sus manos diversas monedas—Creo que esto será suficiente.

El niño asintió emocionado y corrió hacia la máquina expendedora de goma de mascar. Saco por lo menos cinco y bufó cuando no todas eran del color que quería.

Busco asiento en una mesa y observó todo el lugar, realmente era su lugar favorito.
Cuando Dong Hyun se sintiera mejor, lo llevaría.

Metió toda la goma de mascar a su boca, sus mejillas estaban infladas y su boca dolía de tanto mascar. Pero la alegría, no desaparecía.

Cuando esta perdió su sabor se dirigió hacia la máquina para sacar más esferas rosadas, el dinero aún le alcanzaba.

Detuvo su paso cuando vio a un niño muy cool a un lado de la máquina. Llevaba el cabello negro liso cubriendo un poco sus ojos, pero lo que mas llamaba su atención era la burbuja de chicle que hizo con su boca.

Cuando el niño se fue, lo observo caminar hasta su mesa.
Metió una moneda a la máquina con prisa e impaciente espero a que cayera.
La metió a su boca y comenzo a mascar.
Sopló, y soplo pero nada parecia funcionar.

Extiendo la goma dentro de su boca y soplo.

¡Algo estaba saliendo!

Corrió hacia su abuelo para mostrarle pero antes de llegar, la burbuja explotó en su rostro ensuciando sus mejillas. Se sentía pegajoso, sucio.

—¡Abuelo!—sollozo extendiendo sus brazos—¡Yo también quiero hacer burbujas con goma de mascar!

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 25, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Goma De Mascar 🎠 𝙅𝙖𝙚𝘿𝙤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora