Habitación 201 ✧ Vkook

O C H O

Había vacilado antes de abrir la puerta por fin al otro día del dormitorio.

Jungkook se encontraba sentado en el escritorio, escribiendo en la computadora como si no tuviera un final muy pronto. Yoongi estaba aventando una pelota de fútbol de arriba a abajo atrapándola, mientras estaba acostado en mi cama. Podría apostar un millón de wons a que había dormido allí.

Yoongi me echó una mirada rápida antes de regresar su mirada hacia el balón. En cambio, Jungkook ni siquiera me miró.

Cerré la puerta de un portazo.

—¿Dónde mierda está?

Jungkook seguía ignorándome, mientras que Yoongi rodó los ojos y atrapó por última vez la pelota.

—¿Se te perdió algo?

Fruncí el ceño enojado.

—Sí. ¿Dónde está?— volví a repetir.

Yoongi se sentó por fin en la cama y me siguió mirando.

—Mira, Kim. Yo no leo mentes, ni mucho menos entiendo tu estúpido idioma, así que habla con palabras normales o yo no sabría qué contestarte.

Fue mi turno de rodar los ojos.

—Jennie.

Él frunció el ceño.

—¿Qué te importa?

—Escucha, sé que durmió aquí, ¿dónde está ahora?

Se paró lentamente y se dirigió a la puerta.

—Tú búscala. ¿Yo qué iba a saber?— y con eso, de un gesto se despidió de Jungkook y salió del cuarto llevándose la pelota consigo.

Miré de nuevo a Jungkook, él miraba atentamente la pantalla ahora.

—No tengo ni una puta idea de dónde está, ¿podrías dejar de mirarme ahora?

Abrí la boca de la sorpresa a su reacción. Él jamás me hablaba tan frío como lo había hecho ahora. Desvié torpemente la cabeza y me maldije mentalmente por eso.

Tomé una ducha rápida y cuando salí del baño, Jungkook ya no estaba.

No me sorprendió, ya que a él le encantaba llegar temprano a clases.

Esperen... ¿y yo cómo mierda sabía eso?

Supuse que llegaba tarde a la primera clase, y lo afirmé cuando abrí la puerta y la profesora me miró con expresión de enojo. Mierda, ¡me tocaba química!

Ups, detención.

A Jungkook le tocaba en la misma clase, todo el salón me volteó a ver, menos él.

¡Al diablo con Jungkook!

Lo único que me faltaba era arreglar el lugar para la fiesta de Jimin.

Él todavía no tenía idea de esa fiesta, me alegré de ello ya que se arruinaría si se enterara.

Ya no tenía garantizada la ayuda de Jennie, por lo que me iba a ser más difícil arreglar el salón. Pero tenía a las demás, así que no había tanto problema.

(...)

Por fin era viernes, había encargado todos los arreglos y me encontraba en el salón de computación arreglando algunas cosas de mis tareas y la fiesta de Jimin. Había publicado en la página de la escuela (claro, con el permiso del director) un anuncio de la fiesta, e iba a ser más fácil ya que Jimin jamás visitaba la página de la escuela ni de broma.