L.Ó.G.I.C.A
Esperar y esperar, es con lo que tiene que tratar
Sonreír y sonreír, tal vez necesita huir
Tal vez y tal vez, no es una respuesta de validez
Seguridad y seguridad, algo que no es su propiedad
Saliva se desliza por los dobleces de la piel de su comisura. Su lengua juguetea en la cavidad vocal para después salir y limpiar el líquido que escapó por el apetito voraz que lo condenaba.
Sus comisuras se torcieron en una mueca hambrienta, esperando atrapar con su mirada algo que saborear por lo menos en olfato.
Su cabeza se agitó. Tenía mucho sueño, así que sacudió con sus dedos sus dos mechones levantados en dos formas puntiagudas.
Esperaba encontrarse con vapor viajar por el vacío de la cocina, el olor a algo quemado o dulce, pero nada había en ese lugar... solo un alguien con un conocido pijama azulado.
Una vista perfecta de su espalda, una vista perfectamente atractiva.
Con pasos silenciosos, se acercó a la figura masculina que se encontraba sirviendo una cucharada de café instantáneo en dos tazones a juego por los colores y los dibujos de peces dorados que tenían.
La mirada hambrienta de Tord cambió a una juguetona al alzar sus manos a la altura de los hombros de su contrario.
Los dedos se movieron alocados tras la emoción de su dueño, mientras este se acercaba sonriendo en grande, dejando a la vista sus dientes. El tener los caninos más filosos le daban una imagen infantil.
De improvisto para el británico, los brazos de Tord atraparon su cintura, arrugando levemente la camisa blanca de cuello y mangas azules.
Tom sonrió una vez que su mente buscó la respuesta de que era el noruego quien lo abrazó.
El británico siguió haciendo lo suyo mientras el otro se dedicaba a dejar caer su respectiva barbilla en el hombro de Tom.
Cómicamente, estiró su brazo hacia un termo que siempre contenía agua caliente, pero con el de cuernos aferrado a su espalda no podía alcanzarlo.
- Tord... - murmuró el de ojos negros, girándose un poco a su acompañante.
El mencionado cerró los ojos, acurrucándose en el hueco del cuello y hombro de Tom.
El británico regresó su mirada en frente, esperando que quien estaba aferrado a su cuerpo lo soltara o diera señal de vida siquiera.
Tord abrió los ojos y se acercó al oído de Tom - ¿Sigues enojado? - soltó en un susurro el de cuernos, olfateando levemente la esencia del otro.
Una sensación de hormigueo embriagó al de cabellos en punta por la humedad del aliento de su acompañante al chocar con su piel.
El británico cerró los ojos al sentir el pecho de Tord subir y bajar en lentitud en sus omoplatos.
Guardó silencio para después soltar una sonrisa bañada en miel - No.
El espacio entre los labios de Tord y la piel de la nuca de Tom se cerró al escuchar la respuesta.
- ...¿Y tú?
El noruego volvió a su posición en el hombro del otro, viendo como los dedos del británico jugaban con la oreja de una de las tazas que esperaban ser llenadas con agua hace un buen rato.
Negó rápidamente, estando seguro que Tom entendió su respuesta por sus cabellos cepillar su cuello.
La ligera y fresca risa de Tom hizo sonreír de gozo a Tord.
Como muestra de alegría de parte del noruego, recorrió con pequeños besos desde la mejilla del británico hasta lo que alcanzó de hombro tras estirar el cuello de la camiseta.
Tom rió a labios cerrados, mientras llevaba una mano a lo que seguro eran los cabellos de su contrario.
El de ojos negros giró un poco sus hombros, dándole una gran oportunidad a su contrario de girarlo completamente y empujarlo hacia la mesa en la que todavía estaban las tazas.
Tord escondió rápidamente su rostro en el cuello del otro apoyando sus manos a los costados del otro, presionando sus labios y mejillas contra la piel de Tom.
- Tord, hay que desayunar. - dijo Tom, después de un tiempo tras haber planeado esas palabras, entrecerrando los ojos un poco adormilado por las caricias del otro.
- Mhm, te quiero desayunar a ti. - murmuró apenas separándose de su lugar.
La ardiente sangre de Tom desafió la ley más famosa de Newton y subió a su rostro al escuchar las palabras de Tord, tiñendo la zona más regordeta de su rostro.
El británico soltó un suspiro.
Tord sonrió aún apegado al cuello de su contrario, siendo notado por este, ya que estaba tan cerca que los movimientos del noruego se sienten sobre la piel del otro.
De la nada, los labios de Tord empezaron a vibrar sobre el cuello de Tom, haciendo que este se sorprenda por no más de 1 segundo para después reír descontroladamente.
Tom pataleo para quitarse de encima a Tord, sin embargo, este atrapó sus piernas contra las suyas.
En un movimiento rápido, mientras le seguía haciendo cosquillas al británico y este reía, bajó sus manos a los muslos cubiertos por el suave pijama azulado de Tom, para después levantarlo de un pequeño salto y dejarlo sentado arriba de la superficie de la cocina.
Dio una mordida en el cuello de Tom al no aguantarse, para después pasar su lengua en el lugar dónde hundió sus dientes.
Se separó de Tom, mientras este callaba de a poco su risa.
Dejó caer su frente contra la del otro, con tal vez un poco de fuerza, haciendo reír a labios cerrados a Tom por el contacto de sus cabellos alborotados contra la frente sin nada del británico.
- Lamento haberte mentido... no lo volveré hacer.
El noruego dio una media sonrisa con ojos tranquilos y felices, siendo imitado a su totalidad por el otro.
- Lo sé.
Ambos cerraron los ojos disfrutando su contacto.
Ambos sonreían por estar en paz con ellos solos.
Ambos sentían sus emociones navegar en el mismo río.
Ambos mentían.
Y ambos lo sabían.
Habían hecho y dicho lo mismo en más oportunidades.
Ya sabían que nuevamente dirían lo mismo en un futuro no lejano.
No se creían y no decían la verdad.
Volverían a repetir las cosas.
Por simple lógica.

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¿Por qué eres tan cruel? [TordTom]
Fanfiction¿Cómo saber si lo que más se aprecia es lo que te mata por dentro? Algo violento y gentil a la vez. Algo cruel en su naturaleza. ✖¿Por qué eres tan cruel?✖ ☢(✖_✖)☢ ☹Basada en la web serie Eddsworld de Edd Gould. ☹Si quiere datos adicionales, mala su...