I Need You (Eldarya) [Ezarel x Nevra]

Capítulo: XI

Finalmente su cometido estaba hecho pero aún era pronto para cantar victoria de manera oficial, tenía que mantenerse cerca de Ezarel durante 24 horas para que el efecto se active.

-Cómo mi último acto de buena fé antes de ser la novia de Nevra, dejaré que Ezarel disfruté de su compañía y haga lo que quiera, yo no interrumpire - se dijo así misma oculta a una distancia segura del elfo.

Ezarel se movió de lugar y Alajéa tuvo que comenzar a seguirlo, pero para su mala suerte el chico era bastante rápido como para sólo estar caminando y finalmente lo perdió de vista.
Se dirigía al parecer a buscar a Nevra y ella sabía en donde se encontrarían.

La sirena tuvo que salir al exterior buscando por el mercado, pero había muchas personas y era como buscar una aguja en el pajar.

-¿Cómo es siquiera posible perder a alguien tan alto como él? - Buscó con la mirada cualquier indicio de que estuvieran cerca.

Con Ezarel

-Qué raro, desde el desayuno tengo la impresión de ser observado - Ezarel miró hacia todas partes pero no encontró nada extraño.

-¡Ez! - Gritó Nevra desde lo lejos, estaba cerca de la gran puerta recargado en el muro.

Se acercó hacía dónde estaba él vampiro, estaba muy feliz de verle ya que quizás aunque fuera muy rápido finalmente le daría la respuesta a su confesión.
Cuando finalmente se acercó notó que Nevra no parecía feliz de verle, si no que todo lo contrario, su presencia le incomodaba.

-¿Nevra? - Preguntó él elfo extrañado.

-Entonces... ¿Yo te gustó? - Fue lo único que dijo, parecía seguir procesando lo ocurrido.

-demasiado... - Contestó sonriente.

-No sé, ¿Porque debería corresponder? Nunca has hecho nada por mí - respondió intentando recordar siquiera alguna cosa buena que haya hecho él elfo, pero desde su punto de vista no había nada que recordar.

-Te compré ese costoso collar que llevas con orgullo todo el tiempo - Ezarel señaló el collar que Nevra llevaba.

-Pruébalo - le dijo a modo de reto, era demasiado extraordinario para ser verdad.

-iremos con la vieja que lo tenía - Ezarel tomó a Nevra de la mano casi arrastrandolo rumbo al mercado.

Mientras que allí en el mercado Alajéa seguía buscando a Nevra y Ezarel pero hasta ahora no había tenido suerte y su torpeza no le ayudaba en nada.
Tiró algunas cosas en el camino recibiendo gritos por parte de los comerciantes, se cayó sobre una cesta de peces libélula y confundió a los chicos con dos muchachos muy jóvenes que se parecían demasiado, exceptuando los ojos.  

¿cómo puedes perder a dos tipos tan altos como ellos? Repetía así misma en varías ocasiones lamentando su mala suerte, hasta que finalmente los logró encontrar y parecía que buscaban algo.

Con ellos

-¿Dónde mierda está esa bruja? - había estado desesperadamente buscando el puesto de la anciana de aquella vez, pero en su lugar encontró a una mujer jóven vendiendo ropa.

-La señora está constantemente moviéndose de ciudad en ciudad, volverá dentro de unos meses - respondió amablemente la mujer, pero esa información no era de mucha ayuda.

-¿Y bien? - Nevra se acercó al elfo para preguntarle sobre su progreso.

Éste en respuesta simplemente lo miró con tristeza -yo te lo quise dar esa noche, pero te vi besando a Erika y destrozaste mi corazón - respondió con tristeza.

-...- ver a Ezarel así lo hacía sentir como si el malo de la historia fuera él, se sentía de alguna forma culpable de que Ezarel estuviera así.
-Escucha no puedo amarte ahora, siendo honesto jamás tuve amoríos con chicos pero, puedo aprender - Esto ánimo con poco al elfo, no era como lo que esperaba pero estaba satisfecho.

Alajéa se mantenía cerca de ellos desde una distancia considerable cerca de un puesto de comestibles aunque se arriesgaba mucho teniendo olor a pez libélula encima, temía que Nevra la oliera y que todo el plan se fuera al carajo.

-Disfrutá tus últimos suspiros de amor - dijo ella tomando una fruta de una cesta para después morderla.

-¡Oye, si lo muerdes lo pagás! - Le gritó un anciano a la sirena, ella se disculpó y terminó pagando la fruta que al final no le gustó tanto y la terminó dejando por allí.
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Hasta aquí el capítulo 11 n.n