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Capitulo cuatro.

Al entrar a casa mi cabeza une las piezas. Mi mente viaja a esos recuerdos con Jesse, a esa risa, a esos ojos incomparables. Era él maldita sea, de verdad era él.

Subo a mi habitación y cierro la puerta tras de mí. Las lágrimas me salen sola y no se si son por la alegría que siento por volverlo a ver después de tantos años o por la angustia y la preocupación de saber que pasara ahora teniéndolo aquí otra vez.

               

                                 ***

—Ana ¿Que te pasa? Estoy muy preocupada. Ayer llegaste sin decir nada. ¿Tan mal estuvo la cita anoche?

Mire a Jazmín que ahora se encontraba sentada al lado mio mientras tocaba mi pierna.

Ella habla pero en mi mente solo me imagino como se pondra Jesse cuando le diga que soy yo. De seguro en la cita el sintió lo mismo que yo sentía. Esa misma sensación familiar.

— Jazmín no lo entenderás.

Digo mirándola mientras niego con mi cabeza.

— Si me explicas tal vez lo haga.

Dice ella preocupada. Me acomodo en el sofá y suspiro.

— Mi cita... Es Jesse.

— Si lose. Así se llama.

Dice graciosa.

— Yo ya lo conocía. — ella abre los ojos. — Si Jazmín, te conte cuando conocí a Adan verdad? Te conte del triángulo amoroso que una vez tuve. Jesse era parte de el.

— Si recuerdo. Oh por Dios Ana sabes lo que significa eso

Dice tomando mis manos con entusiasmo. Yo niego

— ¡Es el destino!.— me hecho a reír mientras niego varias veces. — Ana Adan acaba de irse y Jesse entra a tu vida otra vez. ¡Acaso no lo ves!

Sabia que Jazmín diría algo como esto pero que tal si tiene razón. ¿Porque Jesse tuvo que aparecer ahora? Justo cuando paso por una ruptura. Tal vez el destino quiere que el repare el daño emocional causado.

Jesse vino para arreglarme el corazón para luego lanzarlo al piso para destruirlo por completo.

—El destino quiere que estés con el.

—Jazmín puede que esta vez tengas razón.

Ella sonríe triunfal y yo la miro.–El no me reconoció, ni siquiera le dijiste mi nombre.

—Era una cita a ciegas, se supone que así debe de ser.—Lleva sus ojos al cielo.—¿Lo veras hoy?

—No lo creo Jaz. Necesito tiempo

—¿Tiempo para que? ¿Para que se vaya?.

—Yo no lo se.

Suspiro.

—Cuando lo veas no quiero que le digas quien eres. —Yo la miro alzando mis cejas. —Si el destino quiere que estén juntos el se dara cuenta por si solo.

El sonido de la puerta hace que cierre la boca. Las dos nos miramos, normalmente no recibimos visitas al menos que sea de mis padre y ellos están de vacaciones. Me levanto a abrir. Veo a los lados y no hay nadie pero han dejado un arreglo floral en el tapete. Lo tomo dudosa. Son lilas y casualmente mis favoritas.

Las entro y cierro la puerta tras de mi. Las pongo en la mesa y Jazmin se acerca y toma la nota pegada a ella.

—El viernes, cita a las 8pm. Estoy emocionado por volverte a ver. Con cariño Jesse.

Lee en voz alta Jazmin y mi estomago se voltea de los nervios. Ni siquiera fue un pregunta. El afirmo que tendremos una cita este viernes sin mas ni menos. Odio esa confianza pero no puedo negar que mi corazon ruega por volverlo a ver.

                                 ×××

Nos encontrábamos sentadas en el sofá mirando series.

—Ve por unos helados quieres.

Dice Jazmín como en una orden a lo que yo la miro con cara rara.

—¿Porque no vas tú?

Ella empieza a sollozar falsamente y a tocarse el estomago como si fuera a vomitar.

—Sabes que tengo el periodo. No puedes hacerle un favorcito a tu mejor amiga que se siente mal.

Dice en sollozos pequeños. Yo subo mis ojos al techo y me levanto de mala gana.

—Deja el drama Jazmín.

Digo tomando mis llaves y mi abrigo. La veo sonreír y mover su mano en forma de despedida. Bajo las escaleras del edificio poniéndome el abrigo mientras me sentía estúpida.

Al salir siento el frío aire y el ambiente nublado. Ajusto mi abrigo y me encamino a la heladería con pasos lentos.

Al llegar pido los helados los mismo de siempre y pago para luego salir esta vez mas rápido ya que comenzaba la lluvia.

Bajo la velocidad para doblar la esquina y tropiezo con alguien haciéndome caer al frío pavimento. Maldigo entre dientes y levanto mi cabeza. Sus ojos me atrapan haciendo que mis emociones se alboroten y vuelvo maldecir bajito. Justo tenia que ser el.

El me mira con pena y me da su mano para ayudarme

—Jesse...

Casi jadeo.

—Lo siento tanto ¿estas bien?

Yo asiento en forma nerviosa y tomo la funda de helados del piso. El se hinca y limpia con sus manos mis rodillas haciendo que flaqueen. El levanta la vista mientras lo hace.

—Y-o debo irme.

Susurro y trato de pasar por su lado para escapar. Me sentia incomoda sabiendo que el es el. El se levanta y me toma de la cintura atrayendome a su cuerpo.

Sus ojos examinan cada parte de mi rostro y anhelo que diga mi nombre y me abrace pero no. Se queda allí paralizado aun con su mano en mi cintura.

—Te acompaño.

Habla por fin. Me suelto de su agarre y me lamento cuando no siento sus dedos aferrandose a mi cintura.

—Como quieras.

Retomó mi camino y el camina a mi lado.

—¿Recibiste mis flores?

—Si, son hermosas.

—Como tú.

Suelta y sonríe yo volteo mi vista a otra dirección.

—¿Que te hace pensar que iré a esa cita?

Digo seria

—¿Quien no quisiera salir conmigo?

—Yo.

Lo miro. El toma su labio entre sus dientes y niega. —Mientes.

—No lo hago.

Dije entre dientes. Era obvio que mentía, claro que quería salir con el pero no le daría el gusto de escucharlo salir de mi boca. Llegamos a la puerta del edificio.

La lluvia se sentía pero no era nada para salir corriendo. Me paro frente a él y lo miro. ¡Vamos Jesse! Mirame soy yo me digo a mi misma tratando de mandarle mis pensamientos por telepatía.

—Jazmín me espera arriba.

Digo después de unos segundo a
al darme cuenta de que el no sabe quien soy y mucho menos el iba besarme.

—Ya quiero que sea viernes.

Asiento y el se acerca y planta un beso en mi mejilla trato de tranquilizarme, de mentalizar que solo fue un simple beso en la mejilla pero mi corazón golpea fuerte mi pecho dándome a entender lo que el puede hacer con un simple beso.

—Adios rojita.

Lo mire con los ojos abiertos por el apodo pero el solo sonrió mientras se alejaba.

¿Sera que me reconoció?

¿Seguimos siendo amigos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora