12.

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Tracy

-en 15 minutos-le digo a la señora que está sentada con sus tres pequeños hijos los cuales hacen un alboroto en la pizzería.

-gracias-dice la señora agarrando a uno de sus hijos para que no haga caer la gaseosa.

Patino hasta la cocina y me apollo en la pared de esta. Saco mi cuaderno y un lápiz y me pongo a pensar en la historia. Nunca fui buena escribiendo ya que, si bien, tengo todas las ideas en mi cabeza, no soy muy buena redactandolas. Se me viene a la mente que sea de misterio o de accion pero no creo que Williams tenga el presupuesto necesario para una obra de uno de sus estudiantes, y aunque lo tenga, no creo que sea para gastarlo en la poca imaginacion de un adolescente para un obra de primavera.

- que haces? -me pregunta mirando mí cuaderno.

-nada que te importe-lo miro y me dispongo a patinar lejos de ahí pero alguien me detiene y ya sabemos quien es ese alguien-déjame-digo volteando y sacando mi brazo de esas grandes manos. Al verlo a la cara siento mis mejillas arder

- Tracy, si que has crecido pequeña, te acuerdas de mí? -me pregunta con una sonrisa y sus ojos azules mirándome. Yo asiento con la cabeza lentamente y mi sonrojo aumenta. No pasa ni un segundo y ya estoy entre los brazos de Chase-nunca dejé de pensar en ti- esto debe de ser una broma que luego se transmitirá en TV. ¿Dónde han escondido las cámaras?

-eres tú, hace siglos que no te veo- le digo abrazandolo aún más fuerte. El ríe y deposita un beso en mi cabeza.

Les contaré un poco sobre él. Chase es mi mejor amigo en el mundo, sé que les dije que no era buena haciendo amigos y que no tenía ninguno, quiero que sepan que me refería en Williams. Aunque en realidad sólo conozco a Chase. Volviendo al tema, el padre de Chase y el mío son muy buenos amigos y es por eso que Chase o como yo le decía, dobby- un elfo doméstico-, y yo nos conocemos desde un millón de años. Cuando era pequeño, él parecía un elfo-por eso lo del sobrenombre- pero conforme pasaban los años él se ponía más apuesto y digamos que todas las chicas se morían por él. Y tengo que admitir que hace unos 6 años, él también me atraía un poco, pero luego me puse a pensar y es que el y yo somos como Batman y Robin y sería muy raro. Además el se fue a vivir a Inglaterra por el trabajo de su padre y no lo volví a ver desde entonces. Pero mirenme ahora, ¿ Quién diría que nuestros caminos se cruzarian?

-¿ qué dices si te espero hasta que termines de trabajar y salimos para celebrar que nos hemos vuelto a ver?- me separa de él muy delicadamente para poder verme.

-claro, espera sentado en alguna mesa. Falta poco para que mi hora de trabajo termine-le digo y él asiente y se va. Suspiro, cuanto extrañaba a este chico.

-¿Y quién es ese?- pero claro, siempre tiene que haber alguien que sea tan metiche que hasta en los pensamientos se mete. Volteo lentamente y se me cruza por la mente a la chica del exorcista.

-ese tiene nombre, el cual no te importa y no te voy a decir-le digo y me voy patinando hacia la cocina ya que el pedido de la señora con sus hijos ya está lista.

No sé en qué momento me volví así. Antes ni lo podía mirar a la cara ya que me aterraba, pero ahora ya no tengo ganas de hacerme en los pantalones cada vez que lo veo. Me está gustando esta nueva yo.

...

-hasta el lunes Fabricio-me despido de él con la mano.

-hasta el lunes Tracy-dice con su voz ronca y luego tose. Hago una mueca y salgo de la pizzería al lado de Chase. Él coge mi mano y me mira.

- ¿a dónde quiere ir mi doncella?-me pregunta y al instante mis mejillas cambian de color- o mejor dicho " chica tomate"- me dice y recuerdo esos momentos cuando éramos niños y él me decía eso para luego ir por helados- ¿quieres ir a cenar?-me pregunta.

-si,podríamos ir al McDonald-digo con una sonrisa. Nunca fui esa típica niña a la que le gusta la comida chatarra(a comparación de Bethany) pero nadie se puede negar a las papas fritas del McDonald.

-aún sigues obsesionada con tus papitas, iremos a por ellas-me sonríe y empezamos a caminar.

-por allá paran los buses-le digo señalando la esquina en donde se encuentran algunos señores esperando.

- pero mi auto está por allá-dice señalando la otra parte de la calle. Los dos reímos y nos encaminamos hacia allá. Sin pensarlo, apoyo mi cabeza en su hombro.

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En multimedia la imagen de Chase.

DemonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora