XI : Stephie

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Anne tenía razón. Había soñado e imaginado billones de veces "ese momento". El momento en el que estuviésemos los dos solos. Mike y yo solos. Sin nadie más.

Lo había pensado tanto... Cómo actuar e incluso de qué hablar si en algún momento nos quedábamos en silencio : de cómo iba en clase y/o en casa, si tenía hermanos pequeños o grandes, si le gustaba tanto los animales como a mí, si se acordaba del trabajo de Francés que hicimos juntos, si se acordaba de mí.

Actuaría como si nada, como si no llevara dos años pensando en él, en cómo era su vida fuera del colegio. Porque después de envidiar a chicas con solo el motivo de que fuesen capaces hablar con tranquilidad o sean amigas tuyas, después de querer encontrarme con él cada vez que salgo de clase o de casa a la calle, después de pasar de chicos por un chico que pasa de mí, después de cruces por los pasillos en los que me dejaba el aliento, después de noches quedándome despierta hasta las tantas por pensar y pensar en él, montar escenarios, pensar y pensar más, después de cruces de dedos pidiendo poder cruzarnos, después de regañinas de mis amigos por no encontrar las agallas de ir a hablarle, después de intentar convercerme tantas veces de que " lo nuestro" que tanto me imaginé era más que imposible que ocurriese.

Sonríe para míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora