Smooth Criminal |Pausada|

04: Intruso.

Rosella llegó corriendo a donde estaba la Waverider, los demás se habían quedado atrás ya que ella había salido primero del bar.

Su corazón se aceleró al ver que (supuso que un hombre) con traje y armas extraños estaba atacando la nave. Inmediatamente se llevó sus manos a los costados de su cabeza y trató de saber si Jefferson estaba bien. Pudo sentir que estaba asustado, así que, pronto, ideó un plan.

Se escondió detras de un árbol y trato de controlar la mente del atacante, sin embargo, falló.

— ¡Rosella! — se giró rápidamente al ver que había sido Leonard quien le había gritado.— ¿Porque no nos esperaste?

— Sentía la urgencia de Jefferson por tener ayuda.— respondió.— Traté de entrar en la mente de ese hombre, pero no pude, — negó con frustración.— es como si su casco lo protegiera de mi telepatía.

Nadie respondió nada acera de la teoría de la pelirroja. De hecho, nadie sabía que hacer o que decir.

Rosella, harta de no poder hacer nada, optó por hacer lo único que quedaba a su disposición: Pelearía.

Si su telepatía no sirvió de nada, entonces sus golpes lo harían. No le importaba salir herida, tenía que salvar a Jefferson y a la Waverider, así que sin pensarlo dos veces, corrió en dirección al hombre de traje extrañó.

— ¡Clayton! — gritó Sara.— ¿¡Estas demente!?

La telepata ignoró al canario, preparó su puño y su cuerpo volvió a activar las defensas de acero involuntariamente. Su golpe no tuvo mucho efecto, pero logró distraerlo.
Al verlo cargar el arma para disparar, sus defensas de acero bajaron, Leonard pudo darse cuenta de eso ya que la vio tensarse.

Con un gruñido, corrió hasta la pelirroja y se lanzó sobre ella tirandola al suelo y evitando que el de traje extraño le diera. Leonard quedó sobre ella y la miro al rostro por unos instantes.

— ¡Quítate de encima, Snart! — exigió.

Él rodó los ojos y se apartó.

— Al menos agradece que te haya salvado la vida.

— ¿Olvidas que mi cuerpo puede activar defensas de acero que me hace a prueba de balas?

— Pues hace un momento, tus defensas parecieron haber bajado.— se burló.

— Cierra la boca.— se puso de pie e intentó atacar de nuevo al hombre.

Lo único que se le ocurrió hacer en aquel momento fue lanzar piedras. Leonard, por su puesto, se burló de eso.

Sara y Mick llegaron a su lado, pero no había mucho que se pudiera hacer.

— ¿¡Donde rayos esta Rip!? — gritó Rosella desesperada.

— ¿Olvidaste lo que fueron a hacer? — cuestionó Mick tranquilo.

— No lo olvidé.— rodó los ojos con fastidio.— ¿Que no se supone que Jefferson y el profesor Stein tienen una conexión?

Sara pensó durante unos segundos y luego, una idea vino a su mente. Abrió la boca para hablar pero Rosella la interrumpió.

— Que buena idea, Sara.— sonrió la pelirroja.

La rubia rápidamente entendió lo que había sucedido y soltó un gruñido.

— Husmear la mente de las personas está mal.

— No siempre puedo evitarlo, lo siento.

Rosella siguió la idea de Sara y conectó su mente con la de Rip, al mismo tiempo que el profesor Stein sentía el peligro en el que Jefferson se encontraba.