A mi Dolor le puse tu Nombre

Insomnio

Una nueva historia aparece. Los espectadores ya estaban ansiosos. Su portada de color azul, y una sombra queriendo perderse en el fondo, nos resaltan el título Insomnio:

Dicen que él pintaba mi mundo, eran los tiempos en los que sonreía. La verdad, es que sí notaba un poco más feliz a la gente, un poco más azul el cielo.

Hoy les dije a todos ellos que él no tuvo ningún efecto en mí. Les dije que no me dolía que se haya ido. Pero las lágrimas delataban cada mentira. Fue horrible sentirme vulnerable, y verme un sus rostros de pena. Pero ya lo sabía, aquel sería el ultimo día.

Tal vez aquella noche sentí melancolía o nostalgia de lo que hubo alguna vez. Tal vez aquella noche lloré recordando. Tal vez aquella noche me mentía diciendo "vas a estar bien". Tal vez aquella noche odie al criminal que me dio aquello que desconocía! Tal vez aquella noche debajo de las estrellas me convertí en un monstruo que se causaba heridas en su piel mientras padecía de insomnio.

Y pensar, que todo terminará así. ¿Por qué ser tan cobarde?. ¿Por qué no aguantar hasta que la tormenta pase?. En estos momentos me es imposible responder. Sólo quiero que acabe.

Hay tanto dolor en mí. Que no siento cualquier otro daño.

Las sonrisas se habían ido, los buenos momentos no regresarían. Él ya no volvería.

Ya sólo estaba yo, a oscuras en mi habitación, llorando. Pensando. Y cada vez que nuevos recuerdos aparecían más dolía.

Debería ser más fuerte. ¿Cómo ser más fuerte?.

Entonces me arrodillé. Con el alma al descubierto. Con sangre en mis brazos y lágrimas en mis ojos. Pedí perdón, pedí ayuda.

Y al fin vi. Que nunca estuve sola. Que si tenía un amigo. Y era Jesús.

Y tras un tiempo, ya todo había pasado. Mis ojos ya se habían abierto. Mi heridas habían sanado y mi corazón fue reparado. Pude recomenzar. Pude aguantar hasta que la tormenta pase, en compañía de Dios.

Y aquella persona por la cual sufrí tantas decaídas. La perdoné. Pero también me perdoné a mí misma.

El arcoiris despues de la tormenta llego. Y esta vez, tengo un refugio para cualquier temporal. Y la alegría de saber, que hay alguien en quien confiar. Al que nunca perderé y hará lo mejor para mi. Me acompañará.
Y él, pintará mi mundo.

Fin.

Y el telón se cierra. Los espectadores en silencio van a casa. Algunos tal vez perdieron su tiempo, otros quizás lo disfrutaron. Muy pocos aplaudieron, pero fue suficiente.