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Capítulo 1: "Conviviendo Con El Enemigo"

Pov. Onodera Ritsu.

¿Recuerdan que he salvado un ángel? Pues, ¡Me arrepiento de hacerlo!

Misaki: ¡Despiértate, Onodera-sama! ¡¿No querrá llegar tarde nuevamente?! – dijo quitándome las sabanas de encima mientras me seguía sobando los ojos.

Onodera: ¡Que molesto! ¡Yo no trabajo los domingos!

Misaki: Pero igual tenemos un día por delante, usted es una persona muy desorganizado Onodera-sama, venga, ya cociné el desayuno y no me gusta presumir, pero esta delicioso.

Onodera: Ya voy, ya voy – conteste desanimado.

Misaki: ..., - sonríe – usted no cambia nada.

Onodera: No iba a cambiar ahora que un ángel vive conmigo ¬¬

Misaki: Que grosero – puchero.

Onodera: Aunque ha pasado una semana desde que te he rescatado.

Misaki: Y por eso te lo agradezco, pero venga, desayunemos juntos.

No lo convertí en mi sirviente, él se ofreció en serlo aparte de que juro protegerme cuando lo traje a mi casa. Se encarga de ordenar las camas, cocinar y limpiar, nada más que ello, he tenido problemas con esto después de todo tuve que conseguir un cuarto para Misaki.

Si, se llama Misaki, Misaki Takahashi. Lindo nombre.

Onodera: Gracias por la comida.

El menú de hoy, té rojo, pan, cupcakes, mermelada y mantequilla para el pan, mientras que el menú de Misaki es una simple taza de té verde.

Onodera: ¿Estás seguro que no vas a comer más que eso?

Misaki: Yo puedo sobre-existir solo con líquidos.

Onodera: ¿Por eso te parece tan solo suficiente el agua y el té? Podías habérmelo dicho y no hubiera estado leyendo muchos libros.

Misaki: ¿Sobre que?

Onodera: Como tratar a los ángeles, mayormente, los humanos los encerramos – se me escapo, simplemente me tape la boca mientras Misaki me miraba mal.

Misaki: Se que no lo dijiste con aquella intensión, solo termina de comer.

[Onodera: Está enojado, pues usare el mismo truco que he usado toda esta semana]

Termine de comer, guarde el restante y le di un beso en el cuello a Misaki, quien se ruborizo y simplemente se lo sobo con vergüenza.

Onodera: ¿Quieres que te ayude a ordenar?

Misaki: Claro.

Primero tuvimos que ordenar los informes que de eso me encargue yo, mientras Misaki barría el piso, pero se detuvo al ver que me quede mirando varios documentos.

Misaki: ¿De que son?

Onodera: Es un informe reciente del distrito A-D.

Misaki: Oye, Onodera-sama, no entiendo aquello del distrito aun cuando he estado encerrado ahí, los humanos nunca nos dicen nada de nada.

Onodera: Pues, los distritos son las celdas para monstruos, la A-D era la que te encontrabas era la cuarta celda de "A" de Ángeles. Por ello A-D.

Misaki: ¿Cuántas celdas hay para ángeles?

Onodera: Piensa que en cada distrito hay 150 ángeles, pues, tenemos hasta la A-E y esta última solo tiene 85 reclutas, y la A-D son 149 ángeles, ¿comprendes?

Misaki: Ahora que me he ido, supongo que buscaran a otro recluta del A-E para mandarlo a A-D, ¿no es cierto? – me miro.

Onodera: No, también los dividimos por poderes, siempre hay ángeles débiles y fuertes, esto es solo una cifra que no puede ser correcta puesto yo no dirijo los distritos.

Misaki: Es decir, yo que estoy en el A-D, mejor dicho, estaba, era considerado débil.

Onodera: Si, fuiste fácil de atrapar la primera vez, pero hace una semana que escapaste creo que debería mandarte al distrito A-C.

Misaki: No lo harías.

Onodera: Sabes que no.

El sonrió tímidamente, mientras seguíamos ordenando mi hogar, que simplemente era una pequeña casa cerca de la playa y no era la gran cosa, y para obtener una habitación para Misaki fue complicado, tuve que pedir prestados materiales para construir y así él tenga un cuarto.

Misaki: Terminamos, y ni si quiera es la tarde aún.

Onodera: ... ¿Puedo revisarlas?

Misaki: ... - no me contesto con palabras, solo asintió con la cabeza.

Fuimos a su cuarto mientras llevaba un botiquín de primeros auxilios, él se sentó sobre su cama y yo me puse detrás de él.

Onodera: Empezare – comencé a quitarle las vendas de las alas.

Misaki: ... - me alegra que sepe aguantar el dolor.

Onodera: Están mejorando, - dije mirando sus alas – siguen lastimadas y con el agujero de la bala, pero sé que pronto te vas a curar.

Misaki: Muchas gracias, casi no puedo volar.

Onodera: Intenta.

Misaki se levanta de la cama y comenzó a aletear, pero se cayó sobre su cama.

Misaki: Me duele hacerlo.

Onodera: Pues tendremos que esperar más tiempo – dije poniendo nuevas vendas a las alas de Misaki, él solo suspiro.

Misaki: Estoy bastante nervioso, ¿Qué harás cuando se me cure las alas?

Onodera: No abra mucha diferencia, seguiremos siendo amigos.

Misaki: Yo no quiero ser tu amigo.

Onodera: No empieces – suspire.

Misaki: No, por favor escúchame, - tomo mis manos y yo solo desvié la mirada – sé que tú eres un hombre y yo también, pero yo te quiero proteger porque me voy a casar contigo.

Onodera: Para, no va a ser posible que un humano y un ángel mucho menos hombres, se casen.

Misaki: Que injusto son los humanos con sus reglas.

Onodera: Este es el mundo que nos tocó vivir de todos modos.

Quité mis manos de las suyas, y sus ojos se hicieron llorosos, pero para evitarlo simplemente le di un beso en la frente y se calmó inmediatamente.

Onodera: ¿Cómo tus alas se pueden curar más rápido?

Misaki: Quizás, puedas hacer algo.

La Caza De Ángeles - Sekaiichi Romántica [Onodera x Misaki]Where stories live. Discover now