EZEQUIEL

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Estaba por cruzar la calle esquivando los autos cuando una moto le frenó adelante. Ezequiel saltó para evitar que lo atropellara.

-¡Que cagazo, gato! –se burló el de la moto-. ¿No te enseñaron que tene' que mirar el semáforo?

-Llego tarde, Chato.

-Subí que te llevo.

Ezequiel no se lo hizo repetir. Se trepó a la moto.

-¿Es tuya?

-Ahora sí. 'Ta tarde se la tengo que entregá' al Barba. Creo que ya la tiene ubicada.

-¿Y con cuanto vas?

-Nada, una miseria. Vo' lo conocé al Barba. Siempre te caga.

-¿Y para que trabaja' con él?

-De algo hay que vivi'. La moto e' negocio fácil. Poco riesgo.

El Chato aceleró y zigzagueó entre los autos. Ezequiel se agarró fuerte de su cintura. El semáforo los detuvo. El Chato, aceleraba, esperando el verde para volver a arrancar como si estuviera en una pista de carrera.

-¡Que maquina! ¿Viste?

-'Ta buena –dijo Ezequiel.

-Un día voy a tené' una como esta –dijo el Chato acariciando la moto como si fuera un caballo-. Pero mía.

-Va' a tener que trabajar, Chato –se rió Ezequiel.

-¿Y que te cree' que hago? Acá el único vago so' vo', que va' la escuela.

-Lo mismo dice mi vieja.

El semáforo cambió a amarillo y el Chato, impaciente, arrancó haciendo chirriar las ruedas.

-¡¡¡Iuuuuuu!!! –gritó.

Ezequiel pensó que no había sido una buena idea subirse a la moto. Capaz que no llegaba nunca. El Chato no frenaba, pasaba finito entre los autos, se metía de contramano, inclinaba la moto para zigzaguear y no dejaba de reírse a carcajadas. Pasó un semáforo en rojo, eludiendo apenas a un auto que empezaba a cruzar la bocacalle y que frenó de golpe. El hombre gritó algo por la ventanilla, pero el Chato se siguió riendo.

Poco, porque al instante escucharon una sirena que se acercaba a toda velocidad. El Chato miró por el espejito.

-La cana –dijo y aceleró.

Ezequiel apenas tuvo tiempo de darse vuelta para ver que los seguía un patrullero. El Chato giró de golpe en la esquina. La moto derrapó, a punto de volcarse cuando el Chato frenó.

-¡Rajá, Eze! –le gritó.

Ezequiel dudó.

-¡Rajá, te digo, boludo!

-Vamos juntos. Largá la moto.

-No. Los puedo perder. E' buena guita. ¡¡¡Bajáaaaaa!!!

Bajó. El Chato ni esperó a que estuviera en el suelo que arrancó a toda velocidad, esquivó al auto que iba a delante y volvió a doblar. Ezequiel vio aparecer el patrullero por una esquina y desaparecer por la otra, atrás del Chato. No atinaba a moverse. La cana no lo había visto. Nadie lo había visto.

Escuchó un griterío. Las sirenas dejaron de sonar. No tenía dudas: lo habían agarrado. Quiso correr hasta la esquina, pero tal vez no fuera lo mejor. Solo apuró el paso., tratando de no llamar la atención.

La gente se estaba amontonando a mitad de cuadra. La super máquina del Chato estaba tirada en el suelo. El Chato también, rodeado de policías que le gritaban y lo pateaban. Ezequiel no se animó a acercarse. Miró de lejos, como los demás. La policía levantó al Chato a los empujones y lo tiró contra la pared. Un tipo lo pateó. Le esposaron las muñecas en la espalda. Vio que el Chato tenía sangre en la cara. Cuando lo estaban metiendo adentro del patrullero, el Chato lo vio. Ezequiel le hizo una mueca. El Chato no le respondió. Hizo como que no lo conocía.

El patrullero arrancó y la gente se dispersó comentando. Ezequiel los veía pasar y no atinaba a moverse. Se habían llevado al Chato. Se lo habían llevado por su culpa, porque lo había querido llevar a la escuela y después había querido que lo salvara.

Dio la vuelta y empezó a caminar sin saber adónde iba. Pateó una lata. La vida era una mierda.




N.A.:

NOTA: acá en Argentina la cana significa la policía (no se si también en otro país)

Yo soy de Argentina xd. Comenten de que país son.

Creo que los capítulos de Ezequiel son más cortos así que seguramente los suba con otros el mismo día.

Bueno, voten y comenten.

Kisses in the ass

@autenticalectora

Hoy No Es Mi Día - María Inés FalconiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora