Capítulo 39

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Pero todo pasó en cámara lenta…
Claire y Michelle venían corriendo hacia mí, ellas pasaron corriendo por mi lado sin decir ni una palabra. Louis vestido de mujer corrió rápidamente y votó a mi papá del escenario y ahí, en ese preciso momento se hizo presente un fuerte sonido de explosión y mucho fuego. El escenario estaba destruido y con él, el cuerpo de Louis Tomlinson.
Las lágrimas nublaron mi visión, pero no importaba tenía que llegar a su lado y ver en las condiciones que estaba. Pero más atrás los escombros del escenario estaban calcinándose y un gran humo salía.
Toda la gente corría despavorida mientras yo en contra del mar de personas me hacia paso para llegar al lado de Louis.
Mi padre con todo su cuerpo herido estaba en el piso. Su guardaespaldas lo tomaba en sus brazos.
-¡Señorita _________ vete! Anda ve hacia fue del lugar. Este fue un atentado –el guardaespaldas de mi padre gritaba.
-¿Acaso no ves? Mira como está, quizás puede estar muerto. –dije entre lagrimas.
-¡Tienes que obedecerme, está primero tu seguridad y después veremos qué pasa con la señora!
-¡Es Louis Tomlinson!- dije gritando y llorando a punto de un ataque nervioso.
-Con mayor razón, no puedes estar cerca de él. Tu padre me matara si se entera que te deje en medio de un atentado agradece que está inconsciente en mis brazos y por sobre todo se enojara porque te deje con Louis Tomlinson tendido en el piso, ya muerto…-dijo él
-Déjame, iré con él aunque sea lo último que haga en mi vida. ¡Vete a ver esas perras de Claire y Michelle que fueron las culpables de todo! Llama a la policía e infórmalos, es una orden. –seguí corriendo sin mirar atrás.
Cuando llegue a su lado todo mi mundo se hizo añicos. Lentamente lo miré de abajo hacia arriba. Sus piernas estaban destruidas, su carne viva llena de sangre. Su torso tenía miles de heridas y sus ojos abiertos.
Mi mundo estaba muerto, Louis Tomlinson estaba muerto, el hombre que me hizo sentir una mujer y no una perra estaba muerto.
-Dime que solo es una broma. –lloraba desconsoladamente en el piso tendida junto a él.
-¡Despierta mi amor! Quiero ser feliz contigo, quiero irme lejos y no estar en este infierno. ¡Por favor pestañea!- pero él seguía con sus ojos abiertos mirando hacia el vacio del cielo de Cambridge.
Solo sangre… rojo, rojo, un mar rojo observaban mis ojos pero de un segundo a otro todo se volvió negro. Mucho negro… un vació inmensamente negro.
La puerta sonó. ¿La puerta? ¿Estoy en un hospital? ¿Louis como está?
-¡Buenos días __________! –la voz de nana retumbo en mi oídos.
¿Nana? Nana está muerta ¿Estoy muerta?
-_________abre tus hermoso ojos. Hoy llegan tus guardaespaldas.
¿Abre tus ojos? ¿Mis guardaespaldas?
La tela suave que estaba sobre mi cuerpo desapareció. Una mano se poso en mi hombro y me empezó a remecer.
-Si no abres tus ojos, traeré agua y me odiaras por el resto de tu vida por a verte despertado.
Obedecí abrí mis ojos lentamente y la realidad me embargó. Mi habitación, el mismo pijama que tenia puesto cuando esa mañana de verano Louis Tomlinson llegó. Nana estaba a mi lado.
¿Los sueños pueden ser tan largos que te puedes inventar un año entero? Pero los sueños son solo sueños. Son una forma de poder realizar aquellos deseos reprimidos que tenemos.
Esto solo fue un sueño…
-En cinco minutos tus guardaespaldas estarán en el sa…-pero no deje que hablara la abracé fuertemente y lagrimas cayeron, le bese la mejilla y salí corriendo por las escaleras. Mi padre estaba debajo de ellas, esperándome. Me tiré a sus brazos a llorar, aun no podía creerlo, aun no podía creer que eso fuera un sueño. Que Louis Tomlinson fuera un sueño.
-¿Qué sucede _________? –dijo mi padre.
-Solo abrázame. –dije llorando.
-________ ¿Por qué tienes a tu padre tan apretado? –su risa hizo eco en mi oído y en mi mente. Su perfecta risa… mi madre.
Ella venía bajando las escaleras, con un vestido hasta las rodillas elegante. Sus ojos verdes se conectaron con los míos. Corrí nuevamente a abrazarla.
-Wow pero que cariño hija, veo que me extrañaste anoche. –dijo ella besando mi mejilla.
-¿Anoche? –dije con la voz ronca por mi llanto.

Mi querido guardaespaldas. (Louis Tomlinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora