Bienvenidos sean un fic nuevo de este loco escritor, cambiando un poco- mucho- su estilo de narración a algo demasiado oscuro y es que en lugar de ser fluff bonito y kawaii, este seré gore y repulsivo, inspirandome en los ero guro japones destacando de todas ellas, la vida diaria de mai-chan :D...si esto no será nada bueno. Espero que sea de su agrado.
Que el primogénito de la familia Lecter estuviera con vida constituía a un milagro y no era solo una bonita manera de expresarse, lo cual hubiera sido algo muy bueno, si no en todo sentido. Había sido un 20 de enero, cuando después de un largo y doloroso parto el pequeño había nacido muerto. A simple vista parecía normal, sin embargo, no había señales de vida en aquel cuerpo cubierto de sangre. Una terrible noticia que tuvieron que notificar a los padres. No obstante, aquel duelo les duro poco cuando escucharon un llanto fuerte y sonoro cerca. Los médicos se acercaron al recién nacido que lloraba sin consuelo. Estaba vivo. Sin ninguna lógica.
Al principio lo primero que se considero era que fue un acto de negligencia médica, después que solo era un milagro. El niño al cual le había puesto el nombre de Hannibal pasó los primeros años de su vida bajo una estricta observación médica. Sus padres formaban parte de la aristocracia lituana por lo que el dinero no les preocupaba demasiado, solo querían estar seguro que él estuviera bien. En contra de todo, el chico no parecía tener nada malo, contaba con una buena salud, incluso era bastante inteligente para su edad.
A pesar de todo sus padres lo sobreprotegían, no dejando que su hijo saliera demasiado de la mansión que contaban como su hogar y siendo educado en casa. Eso poco o nada la importaba, la idea de ir a la escuela y convivir con los demás niños le era idea que le parecía demasiado ajena a él. Además cuando, al cumplir los cinco años, sus padres habían tenido a su hermana Mischa ya no se sentía solo.
Su vida era tranquila y monótona hasta su cumpleaños número ocho. Era un día helado de enero, como siempre estaba acompañado solo con sus padres y su hermana, no tenía amigos que tuviera que invitar y tampoco es que le disgustara estar así, al contrario, estaba feliz; sus padres no se molestaron en cumplirle cada capricho y le regalaron tantas cosas como cada año sin contar aquel pastel que secretamente esperaba con tantas ansias. Nunca pensó que aquello que era tan inocente iniciara todo.
No fue a propósito, de hecho se podía clasificar como un accidente, un pequeño acto que podría calificarse como insignificante, menos para él, por supuesto. Cuando quiso agarra más de aquel postre utilizando el cuchillo para su hermana y para él – sus padres no estaban cerca, así que no podía pedirlo, seria grosero ir solo por eso, además era un niño grande, eso era fácil- termino cortándose el dedo índice de la mano izquierda. La herida no era profunda, y la sangre que salió solo fueron unas gotas. No obstante, aquello no era importante a comparación de ver como la pequeña herida se cerraba en pocos segundos, dejando una mancha carmesí como único recuerdo de que antes hubo algo así.
— ¿Hannibal?— sus pensamientos se cortaron de golpe cuando su hermana le llamo. La pequeña de tres años tomo la mano de su hermano mayor — ¿duele?— pregunto con ese lenguaje tan único de su edad que él lograba comprender muy bien.
—Sí, estoy bien— asintió — ¿después de comer no quieres ver los cisnes?— pregunto cambiando el tema de una forma sutil.
Mischa sonrió ampliamente, demostrando sin palabras lo emocionaba que estaba con esa idea. Hannibal termino se servir, esta vez sin ningún accidente de por medio y mientras la pequeña comía despreocupada un pedazo de fresa que decoraba el pastel, el miraba su dedo manchado de sangre.
Una herida no se curaba así de fácil, pensó, aunque ahora que lo recordaba nunca se había herido antes. Tal vez solo fuera algo que solo a él le pasaba- antes había visto pequeñas heridas en su hermana cuando intentaba caminar hacia un año, y no ocurrió algo similar.
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La maldición de la inmortalidad
FanficSin duda alguna la inmortalidad era algo que la humanidad siempre ha anhelado como un sueño ideal, algo que te hacia poderoso....Hannibal Lecter y Will Graham sin duda conocian más que nada lo que era la inmortalidad y sin duda lo odiaban. La humani...