VII

203 25 2
                                    

Mantiene un rostro completamente libre de expresión durante todo lo sucedido. A pesar de sentir su sangre hervir y de tener bastantes ganas de arañar el varonil rostro de su marido, además de querer arrancar algunos mechones del cabello de esas mujeres, sale sin decir ni una palabra de los aposentos y cierra la puerta con más fuerza de la necesaria. Liam probablemente se enfade por su actitud, pero si es sincero, eso es lo que menos le importa ahora mismo.

Su caminar por el pasillo se hace cada vez más rápido hasta llegar al punto de casi correr. Eso es lo que quiere, correr, correr y seguir corriendo intentando largarse del lado de su marido, pero una vez llega al inicio de la escalera se obliga a parar. Toma una profunda respiración y las arrugas que sin querer se habían marcado en su frente van desapareciendo. Una vez se siente listo para enfrentarse al mundo, comienza a bajar elegantemente.

Ya en el primer piso comenzó a recordarse para qué quería en un principio ir ahí, y una vez resuelta la duda, se encaminó a la cocina, al otro lado de aquél piso, mientras sentía sus tripas rugir incómodamente.

Al llegar, lo primero que notó fue el rostro preocupado de las cocineras y los ayudantes, probablemente debido a la repentina llegada de su marido. El lugar estaba hecho un admirable desastre y Zayn, enojado, comenzó a pensar en la maldición que era su marido para la vida de todos. 

Observó un largo tiempo a las personas corriendo al rededor de la habitación y fue imposible evitar sentirse la cosa más insignificante allí al ser totalmente ignorado por todos. Sabía que, en comparación con Liam, él era nada. 

—¿Qué pasa aquí, Nora?— No dudó en detener el caminar de la mujer al pasar frente sus narices y ni siquiera voltear a verlo. Ella, al ver a Zayn ahí, se sobresaltó en su lugar.

—¡Señor! Disculpe el desorden, Su Majestad— Zayn tomó las manos temblorosas de la cocinera al notar su apuro extremo intentando tranquilizarla. 

—Calma ¿de acuerdo?—

Los demás en la cocina pararon en cuanto vieron a su rey con ellos.

—El rey ahora está tomando un baño— Comenzó el moreno a hablar —Creo que sabemos perfectamente lo que pasa cuando no terminan una cosa rápido, pero necesitan mantener la calma— Hizo una pequeña pausa y agradeció mentalmente que todos tuvieran su atención en el discurso que daba —Mi marido va a tardar un buen rato en lo que está haciendo— Las ultimas palabras dichas con veneno —, así que realicen relajados lo que sea que estén preparando.

Tomando la orden, los sirvientes continuaron su labor, esta vez sin tanto alboroto.

—Muchas gracias, Mi Rey. En unos minutos le llevo el desayuno al comedor.— Zayn soltó sus manos y le dio una sonrisa agradecida. Sin más abandonó la cocina yendo hacia el gran comedor.

Parado detrás de una de las bellas sillas de madera del comedor, precisamente la que pertenece a Liam, Zayn quedó mirando al frente, pensando en nada.

—Al fin alguien calló todo ese bullicio en la cocina— Escuchó una voz perfectamente conocida detrás de él.

Sin siquiera voltearse, contestó. —Fue todo un placer— Dijo, recibiendo una simpática risa.

Eventualmente el caballero cambió de lugar hasta posicionarse donde pudiera observarlo al rostro. —¿Sabes por qué todos están vueltos locos el día de hoy?

Harold puso una mano en su propia barbilla simulando pensar. —Según mis pocos conocimientos, además de la imprevista llegada de Su Admirable Majestad, el Santo Rey Liam— Miró a Zayn luego de haber dicho esto, pues, como imaginaba, el moreno rió ante el apodo que en uno de esos tantos días le habían puesto a su marido. —, al parecer tendremos visita en unas cuantas hora.

His Kingdom (Ziam, Zarry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora