-En... mi... amigo... que dejé en Argentina-inventé.
-¿Qué clase de amigo? Cualquiera podría enamorarse de un amigo-inquirió.
-Enamoramiento no, Rugge- especifiqué de nuevo, Agustín sólo se mantenía en silencio pero atento-. Y es... un amigo, amm... cercano y...-me estrujaba los sesos para poder seguir poniéndole palabras a mi mentira-y... a una amiga también le gusta, entonces...
-Tienes miedo de perder la amistad de tu amiga por haberte fijado en el mismo chico que ella-completó Rugge.
-¡Exacto!
-Bueno y, ¿quién se fijó primero en el chico?
-Ella-musité, con pesar.
-Pero tú ya te fuiste de Argentina, ya no importa o ¿sí?-dijo Agustín, quien había estado como una estatua hasta ahora.
-Eemm...-murmuré.
-Igual yo creo que lo hubieras hablado con tu amiga, en vez de especular tú sola las cosas y castigarte a ti misma-interrumpió Rugge-. Digo, no era su novio y ella no era tu mejor amiga-se encogió de hombros.
Me solté a reír y ambos me miraron. Si Rugge supiera a quién me refería ni siquiera haya dicho lo último.
-¿Qué es gracioso?-preguntó Agustín.
-Nada, sólo que... nada-manoteé con la mano restándole importancia.
-¡Mira, Caro!-me dijo Rugge- ¿Ese lugar no te parece ideal para una fotografía?-apuntó hacía un edificio a lado de un canal que se extendía magnífico por el este.
-Qué buen gusto tienes, Rugge-concordé-. Creo que le tomaré una.
Saqué con la mano libre la cámara de mi bolso y luego me quedé en silencio y sin actuar, tímida porque Rugge aún mantenía su mano atada a la mía.
-Ruggero, creo que Caro necesita sus dos manos-farfulló Agustín.
-Oh, cierto. Discúlpame-enrojeció un poco y soltó mi mano a la que inmediatamente le pegó el aire gélido del medio día.
Le sonreí y apunté el lente de la cámara hacía el monumento y saqué la fotografía.
-Un fiore per la ragazza?- (Una flor para la muchacha?) musitó alguien detrás de mí.
Me giré y obtuve la imagen de una señora con un canasto de rosas rojas que le hablaba a Agustín, mientras que Ruggero estaba distraído mirando las palomas.
Agustín me miró y luego me sonrió. Entonces miró de nuevo a la señora.
-Quanto costa una?- (Cuanto cuesta una?)preguntó.
-Un euro-dijo la señora.
-Dammi uno.(Deme una)Ella le acercó la canasta y Agustín escogió una rosa entre el puño y luego, sacó del bolsillo de su pantalón una pequeña moneda.-Ecco- (Aquí tiene) le dio la moneda y le sonrió.
-Grazie bel giovane-(Gracias, apuesto joven) dijo la señora y luego me sonrió a mí para después alejarse e ir a ofrecerle sus flores a la demás gente.
No había aprendido aun italiano, pero al menos, ya estaba un poco más familiarizada con las palabras y pude entender la conversación entre Agustín y la señora. Ella le había ofrecido una rosa, él le había comprado una. Simple. Seguro se la llevaría a Valen.
-Ten-pero me la ofreció a mí y me dejó en blanco.
-¿Qué?-musité, torpe.
-Es para ti-dijo, como si hubiera adivinado mi pensamiento anterior.
-Gracias-tomé la flor entre mis manos y sentí que el rubor corrió por mis mejillas pintándolas, así que desvié mi rostro y miré a Rugge, quien aún seguía entretenido observando el centenar de palomas que volaban en el cielo y otras que caminaban por el suelo de la plaza.
Alcé mi cámara y tomé una fotografía de su perfil justo en el momento exacto en que las palomas volaron. Una fotografía maravillosa. Rugge me miró.
-Hey, pudiste haberme avisado-me dijo y yo reí.
-No, creo que saliste más lindo así.
El se sonrojó de nuevo, y luego bajó la mirada percibiendo así la flor en mi mano.
-¿Y esa flor?-preguntó.
-Se la dí yo-dijo Agustín, con más orgullo del necesario.
-Rayos, entonces yo tengo que comprarte un ramo completo-bromeó.
-Lo haces parecer una competencia, Rugge-dije, queriendo seguirle la broma, pero lo cierto era que dos hermosos ángeles estaban cortejándome y el tono casual en mi voz no era muy espléndido.
-Claro que no es una competencia-dijo él-, yo no estoy compitiendo con nadie; Agustín no es un jugador, él ya tiene dueña-bromeó Rugge, palmeándole la espalda a Agustín.
Agustín sólo sonrió, pero a esa sonrisa le hacía falta... ¿alegría?
-Me haces sentir como un trofeo-dije, haciendo un mohín.
-Non un trofeo. Tu sei una principessa bella e mi piace essere il vostro principe-musitó.
El rostro de Agustín se endureció y su ceño se frunció ante las palabras que Rugge había pronunciado. ¿Pero qué había dicho?
-Tell in spagnolo- (Dicelo en español) le farfulló Agustín.
-No, mi vergogno- (No, me da vergüenza) musitó Rugge.
-Qual è il tempo a flirtare con lei? Non capisce- (Entonces, por que coqueteas con ella ahora? si no te entiende) el rostro de Agustín se volvía serio y su voz no tenía ese tono amable.
-Perché so che gli piace l'accento italiano- (Porque sé que le gusta el acento italiano) Rugge se encogió de hombros.
-Non vedo il punto- (No veo cual es el punto) Agustín se cruzó de brazos y luego me miró.
No sabía cuál era mi expresión, pero hasta sentía un signo de interrogación dibujado por encima de mi cabeza. Odiaba no entender nada.
-Ruggero dice que eres una bella princesa y que a él le gustaría ser tu príncipe-me dijo, pero parecía molesto.
-Stai zitto!- (Cállate!) protestó Rugge a Agustín, enrojeciendo por completo.
Miré a Rugge, enternecida.
-Qué lindo eres, Rugge. Gracias-dije, y él enrojeció más. Sin embargo, Agustín permanecía de brazos cruzados y con rostro duro.
La fierecilla apareció de pronto, bailando de alegría porque creía que lo que Agustín tenía eran celos y aunque no quisiera aceptarlo, a mí también me gustaba la idea.
....
Hola a todos!
Tengo una muy buena explicación que se resume en 2 palabras; SOY VENEZOLANA.
Creo que no es secreto para nadie lo mal que la estamos pasando en mi país y me disculpo pero se me hizo imposible actualizar antes. Estoy aprovechando unas cuantas horas de internet para venir y actualizarles, no se sabe que pueda pasar y no quiero dejarlos con la intriga de qué pasó.
Estoy haciendo un maratón y ya hablé con una amiga para que si llega a pasar cualquier cosa ella pueda continuar la historia por mí. Tengo mucha esperanza de que podré continuar así que no se preocupen, que haré todo lo posible.
Se viene un maratón buenísimo, los quiero mucho.
Gracias por leer! Un abrazo enorme a todos
-Diana
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Manual de lo Prohibido | AGUSLINA
FanfictionÉl, algo muy parecido al príncipe azul de los cuentos de hadas que mi madre me contaba cuando era una niña. Ella, la mejor amiga con la que deseaba toparme desde los seis años, única e incondicional. Decían que era la chica perfecta para él. Yo, sit...