Capítulo 5

1.2K 75 0
                                    

-Vamos, Caro, sé que conociste a alguien, tus ojos me lo dicen-insistió, con la sonrisa aún más amplia y los ojos chispeantes de curiosidad.

-Pues, amm... sí y no- farfullé.

-¿Sí y no? ¿Cómo es eso?

-Bueno, conocí a alguien que a decir verdad, me deslumbró; pero...

-¿Pero qué?

-Pero, no puedo decir que sea ese "alguien especial"-hice las comillas con mis dedos.

-¿Por qué no?

-No creo en el amor a primera vista, lo sabes- sacudí la mano, como restándole importancia al asunto.

-Sí; ¿pero sabes? Con Agus fue amor a primera vista- sonrió, como si de pronto se hubiera perdido en el recuerdo-. ¿Tú dónde conociste al chico?-preguntó de repente.

-Emm... en...-vacilé, mientras buscaba algún lugar ideal- en el avión.

-¿Se sentó junto a ti?-la curiosidad de Valen parecía nunca terminar.

-Mmm...-recordé entonces cuando Agustín se sentó a mi lado en el piso del pasillo, reí- algo así.

-¿Quieres contarme?

-No en realidad, no tiene demasiada importancia, Valen. Era sólo un chico atractivo, cuántos más no hay aquí.

Y era cierto, porque para empezar, Agustín sólo era una cara bonita entre muchos otros rostros en toda Venecia y además, no podía inventarme una historia acerca de otro chico sólo por no tener el valor de decirle a Valen que su novio me parecía lo más atractivo desde que había llegado a Venecia.

Pero eso en mí no era normal.

-Estoy realmente cansada, Valen. Dime ¿dónde está mi cama?

-Habitación -corrigió ella y luego sonrió-. Justo allá -señaló hacia la derecha, apuntando una puerta de madera, blanca.

-Gracias. Mañana será un día fenomenal, mañana que no esté tan cansada.

-Que duermas bien, Caro. ¡Wow! No puedo creer que estés aquí- lo último pareció que se lo dijo a ella misma-. ¡Te quiero!

-Y yo a ti. Buenas noches.

Arrastré las maletas hasta el pequeño cuarto que sería mi habitación y luego me interné en él. Era de tamaño medio, ni tan grande ni tan pequeño. Ideal para mí. La cama estaba al otro extremo de la puerta, contra esquina; cerca de la ventana, y había un pequeño escritorio a lado derecho y un armario enfrente de la cama y del escritorio pequeño.

Saqué de la maleta más pequeña el estuche donde traía mi cámara, y tomé una foto de la habitación. Aventé luego las maletas en alguna parte de la habitación y puse con cuidado la cámara en su estuche y lo coloqué sobre el escritorio, estaba demasiado cansada como para ponerme a acomodar la ropa justo ahora.

Me acosté sobre la cama y coloqué las manos bajo la cabeza, entonces me puse a pensar en todo lo ocurrido durante el día, y el rostro que había traído a mi memoria, era tan bello como el de un ángel, pero, un rostro que no me pertenecía.

Pero, ¿porqué había pensado en él? En la idea de que Valentina y Agustín no se conocían lo suficiente como para decirse 'Te amo'; me reí por lo bajo al descubrir que lo que yo tenía ahora era envidia, desde Juan sólo idiotas habían figurado en la lista de mi corazón, y ahora Valen había encontrado a alguien que no lo parecía, y yo le tenía envidia.

Volví a reír. Qué patético. Pero lo cierto era que detrás de aquella risa burlona había una palpable preocupación, el corazón de Valen no podía volver a romperse por segunda vez en una forma tan desastrosa como la primera. Allí figuraba mi miedo.

O eso creía yo.

...

Manual de lo Prohibido | AGUSLINADonde viven las historias. Descúbrelo ahora