𝟎𝟏

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Despertó en su cama, como casi todas las mañanas ese verano que estaba a punto de llegar a su fin. La luz del sol llegaba a sus párpados a través de la ventana, y la voz de su tío le molestaba desde la puerta, arruinando su disfrute matutino. La chica se dio la vuelta sobre sí misma, reubicándose entre sus sábanas rojas.

—Luna, ¿puedes por favor levantarte de una vez?— Le rogaba Remus por décima vez en la mañana.— Tenemos que irnos ya.

Luna soltó un leve un gruñido. Remus suspiró. Tiró de las sábanas, haciendo que un frío mañanero recorriera su espalda. Luna se volvió a cubrirse con las sábanas.

—Déjame dormir, Remus.

El licántropo bufó.

—Te doy diez minutos, Black. Si en diez minutos has bajado, tendrás que ir a Hogwarts por tu propio modo.

—Vale, le pediré a Dora que me acerque.

—¡Luna! De verdad, me agotas tanto como tu padre.

—Que sí, que sí. Que ya voy.

Luna movió la mano, echándolo de la habitación. Él le volvió a arrebatar las sábanas y puso la varita sobre su cabeza. Susurró algo, y al instante, un chorro de agua impactó contra la cabeza de la menor. La pelinegra se levantó mirando a Remus mostrando su enfado. Él la miraba cansado, pero disfrutando la pequeña broma.

—Vístete. Tienes diez minutos para bajar.

Remus salió de la habitación, dejando que la adolescente tuviese su espacio para poder organizarse antes de irse.

Luna fue a ducharse. Cuando empezó a cepillarse el pelo, se fijó en el espejo. Su cabello negro estaba demasiado largo, necesitaba un corte. Después de peinarse, Luna bajó la cocina, donde unas tostadas y un café le esperaban sobre la mesa. El café estaba un poco frío.

—Por fin te levantas.— Dijo Remus, terminando su café.— Desayuna rápido, tenemos que irnos ya

—Pensaba que ibas a dejar que me fuese por mi cuenta

—El año que viene vas al andén con tu tía Andrómeda. Éste año te toca conmigo.

Luna bufó.

—¿Recogiste tus cosas anoche?— Cambió de tema Luna, mordiendo una de las tostadas.

—Sí, recogí nuestras cosas.— Respondió haciendo énfasis en la palabra "nuestras".

—Vale, gracias.

—¿Vas a ir con el uniforme puesto?

—Tía Andy nos obligaba a Dora y a mí a ponérnoslo antes de salir. Decía que si no nos lo poníamos, seguramente llegaríamos a Hogwarts sin el uniforme.

Remus suspiró

—Bueno, termina cuanto antes, tenemos que irnos.

Remus cogió su maleta y el baúl de Luna como pudo. Comenzó a meter lo en un taxi con ayuda de un muggle al que Luna conocía como Joseph, un amigo del vecindario que les llevaría a la estación.

A los pocos minutos llegaron a la estación. Joseph ayudó a Luna y Remus a bajar las cosas del taxi, tras despedirse se fue. Ambos fueron directos al andén 9 ¾, evitando que los muggles les prestasen atención. El andén estaba repleto de personas. Los niños corrían despidiéndose de sus padres antes de montarse en el tren color escarlata que indicaba su pronta salida, las lechuzas ululaban y los gatos maullaban. Entre toda la multitud. Luna divisó a los gemelos a lo lejos, así que, después de despedirse de Remus, que iba a buscar un compartimento libre, fue a saludar a sus mejores amigos.

Luna Andromeda Black y el Prisionero de AzkabanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora