𝟎𝟖

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 Ravenclaw jugó contra Slytherin una semana después del comienzo del trimestre. Slytherin ganó, aunque por muy poco. Según Wood, eran buenas noticias para Gryffindor; que los colocaría en segundo puesto si ganaban también a Ravenclaw. Por lo tanto, aumentó los entrenamientos a cinco por semana. Esto significaba que, junto con las clases antidementores de Lupin, que resultaban más agotadoras que seis sesiones de entrenamiento de quidditch, a Luna le quedaba tan sólo una noche a la semana para hacer todos los deberes. Aun así, no parecía tan agobiada como debería.

Enero dio paso a febrero sin que se notara, persistiendo en el mismo frío glaciar. El partido contra Ravenclaw se aproximaba, pero tanto Harry como seguían sin solicitar otra escoba. Al final de cada clase de Defensa contra las Artes Oscuras, le preguntaba a Remus por la Saeta de Fuego, los gemelos expectantes junto a ella.

—Lo siento Luna, aún me quedan un par de cosas que comprobar. Te prometo que en cuanto termine, te la devolveré.

Para empeorar aún más las cosas, las clases antidementores no iban tan bien como esperaba, ni mucho menos. Después de varias sesiones, era capaz de crear una sombra poco precisa cada vez que el dementor se le acercaba, pero el patronus era demasiado débil para ahuyentar al dementor. Lo único que hacía era mantenerse en el aire como una nube semitransparente. Estaba muy frustrada consigo misma.

—Esperáis demasiado de vosotros mismos.— Les dijo severamente Lupin en la cuarta semana de prácticas.— Para unos brujos de vuestra edad, incluso un patronus como éste es una hazaña enorme.

—Creí que el patronus embestiría contra los dementores,— Dijo Harry desalentado.— que los haría desaparecer...

—El verdadero patronus los hace desaparecer.— Contestó Lupin.— Pero habéis logrado mucho en poco tiempo. Si los dementores hacen aparición en el próximo partido de quidditch, serás capaz de tenerlos a raya el tiempo necesario para volver al juego.

—Usted dijo que es más difícil cuando hay muchos.— Repuso Harry.

—Tengo total confianza en vosotros.— Aseguró Lupin sonriendo.— Tomad, os habéis ganado una bebida. Esto es de Las Tres Escobas y supongo que no lo habrás probado antes, Harry...

Sacó tres botellas de su maletín.

—¡Cerveza de mantequilla!— Exclamó Harry irreflexivamente.— Sí, me encanta.— Remus alzó una ceja.— Bueno... Ron y Hermione me trajeron algunas cosas de Hogsmeade.

—Ya veo.— Dijo Lupin, aunque parecía no creer lo que Harry dijo.— Bien, bebamos por la victoria de Gryffindor contra Ravenclaw. Aunque en teoría, como profesor no debo tomar partido.— Añadió inmediatamente.

—Bueno... Como tío no pasa nada.— Dijo Luna haciéndolo reír.

Bebieron en silencio la cerveza de mantequilla, hasta que Harry mencionó algo.

—¿Qué hay debajo de la capucha de un dementor?

Remus, pensativo, dejó la botella.

—Mmm..., bueno, los únicos que lo saben no pueden decirnos nada. El dementor sólo se baja la capucha para utilizar su última arma.

—¿Cuál es?

—Lo llaman «Beso del dementor».— Dijo Remus con una amarga sonrisa.— Es lo que hacen los dementores a aquellos a los que quieren destruir completamente. Supongo que tendrán algo parecido a una boca, porque pegan las mandíbulas a la boca de la víctima y... le sorben el alma.

Harry escupió, sin querer; un poco de cerveza de mantequilla.

—¿Las matan?

—No.— Dijo Luna.— Mucho peor que eso.

Luna Andromeda Black y el Prisionero de AzkabanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora