Capítulo 2 "Niñero"

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Los pasillos del instituto estaban repletos. Caminaban arrastrando los pies, y empujaban como si no hubiera un mañana, joder.

—Luke.—susurró Carl.—Allí está Sarah.

Giré mi cabeza hacia dónde Carl estaba observando. Como todas las mañanas la rubia estaba en su casillero guardando sus libros. Comencé a caminar hacia ella, con pasos lentos y firmes.

Sarah se dió vuelta y se sorprendió al verme. Me acerqué más a tal punto que ella, chocó contra los casilleros. Pasé un brazo por su cabeza y agarré un mechón rubio de su cabello, mientras jugaba con él.

—Tenemos una charla pendiente.—dije con voz ronca.

—¿Qué quieres?—dijo cruzándose de brazos y apartando su mechón de mis dedos.

Eso fue como una puñalada. Ni siquiera se puso nerviosa al hablarme, eso me molestó, bastante.

—Ayer, me encerraste en el baño de mujeres.—gruñí. No se si estaba molesto por eso o por lo anterior.

—¿Y?—subió sus hombros.

—Creo que me debes una disculpa.

—Yo no te debo nada, tú me debes a mí por no haberte denunciado.—dijo enfurecida.—Ahora apártate de mí, tengo que ir a clases.

Traté de procesar lo que me había dicho. Fue dura, seca y distinta. Pensé que actuaría de otro manera, que iba a tartamudear o que a lo sumo no podría hablar, sin embargo, fue todo lo contrario.

La tomé por el brazo y la arrastre hasta a fuera del instituto. Sarah chilló del dolor pero no me importó. La empujé para que se suba a mi auto y le trabé la puerta, me subí en la parte del conductor y arranque en coche.

—¡¿Pero qué rayos haces?!—gritó, mientras trataba de abrir la puerta.—¡Te has vuelto loco!
¡Esto es secuestro! ¡Puedo denunciarte!

—Lo pudiste haber hecho antes, y no lo hiciste.—dije con tono calmado.—¿Por qué?

Un silencio se instaló en el coche. Solamente se escuchaba el ruido del motor y las llantas. El viento soplaba, era frío y consistente.

La observé de soslayo, llevaba un jean y una remera gris, se le veían los hombros blancos como el papel. Seguía observándome sin decir nada.

—¿Por qué no me denunciaste?—dije mirando hacia la carretera.

—No te lo diré, sonará ridículo.—dijo sonrojándose.

—Lo que haces ya es ridículo.—dije con una sonrisa de lado.

—Yo...cuando vi tus ojos supe que necesitabas ayuda, estaba tan asustada que hice lo que me pediste y luego...escapé.—jugaba con un mechón de su pelo.—Sé que no eres la persona que todos piensan.

La observé y fruncí el ceño.—¿Y qué piensan las personas sobre mí?

—Que eres...rudo, egoísta, que no te gusta que nadie te ayude, pero por alguna razón extraña me pediste ayúdame a mí inconscientemente.

Apreté el volante con fuerza. Ella tenía razón...cuando subí a su auto y dije que condujera la obligue pero...Sarah podía haber escapado sin embargo me ayudó.

El enojo comenzó a florecer y el pasado también.

FLASH BACK

—¿Padre?—él tenía un vaso de vino. Y se veía enojado.

—No soy tu padre.—dijo con palabras duras.—Yo hago esto por Susan, te adoptamos porque ella quiso, pero pronto volverás a donde realmente perteneces, bicho asqueroso.

•In Danger•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora