Mis ojos son solo para ti | Jordan Parrish

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Nunca he sido una chica con baja autoestima, pero cuando tienes un novio como Parrish todo cambia. Siempre que caminaba con el me preguntaba ¿por qué me eligió a mi? ¿Soy suficiente para el? Y cosas así, luego mis inseguridades aumentaron más cuando Lydia y Parrish se juntaban a tener sus clases de defensa personal. No odio a Lydia pero se que ella es más linda que yo, es mejor que yo en todo.

—¡Hey! ¿Estás bien?— el señor Stilinski me saca de mis pensamientos oscuros.

—Si todo bien, disculpe usted sabe ¿dónde está Parrish?—me sonríe.

—Si, salió con Lydia.—la sonrisa que tenía se me iba de la cara al terminar de escuchar eso.

—Gracias, ¿le podría decir a Parrish cuando vuelva que se cancela nuestra cena?—

—Claro Adri, cuídate.—

—Hasta luego señor Stilinski.—

Tenía ganas de llorar pero mejor decidí irme a mi casa a llorar, me despido del señor Stilinski con una sonrisa falsa.

Camino hacia mi casa con la mirada perdida, camino más rápido hasta que llegó a mi casa.
Cierro la puerta con seguro para que Parrish no pase, solo quiero dormir y dejar de pensar.
Me subo a mi cuarto apago mi celular, me cambio y me acuesto en mi cama. A los minutos me quedo dormida.

Después de dormir no sé cuánto tiempo me despierto por unas caricias en mi cara, agarro el cuchillo que tengo en mi almohada y se lo pongo en el cuello a ¿Parrish?

—¿Parrish? ¿Cómo entraste?— me voltea ver con una ceja alzada.

—Ok cariño te parece si primero alejas el cuchillo de mi cuello.—se lo quitó y lo dejo en la mesita que tengo alado de mi cama.—El Sheriff me dijo que se cancelaba nuestra cena así que te marque pero no contestabas, entonces decidí venir a tu casa pero estaba la puerta cerrada así que me metí por la ventana. Ahora me toca a mí preguntar ¿por qué cancelaste la cena? ¿Estas evitándome?—

—Parrish creo que tenemos que hablar.—frunce el ceño.

—Ok, se que es malo que tu novia te diga que tienen que hablar.—le tomó las manos y el se me queda viendo.

—Sabes que soy directa, así que lo diré. Si te gusta Lydia dímelo, se que no soy hermosa como ella o lista. Lo que quiero decir es que se que ella es mejor que yo, es normal que te guste pero no sigas diciendo que me amas cuando no es así. Así que creo que mejor terminamos, te amo pero tú no a mi.— él empieza a negar repetidamente mientras me suelta la mano.

—Adriana ¿te golpeaste la cabeza? Amor a la única que amo es a ti, a la única que deseo es a ti. Lydia puede ser lo que sea pero tú, tú eres mi novia por algo te elegí. Eres la mujer más bella que conozco y conoceré, amo cada parte de ti. Tus labios tus ojos todo, quiero que tengas esto claro por qué si no lo tienes claro té lo diré cada día para que lo tengas claro. Mis ojos son solo para ti, para la mujer que amo.—me agarra de la cara y me besa muy brusco pero me encanta.

El se sienta en mi cama y me hace subir a su regazo.

—¿Ya se te quito esa idea loca de tu cabeza?—

—Perdón por pensar así es que tú eres muy guapo que de seguro la gente se pregunta ¿por que ella está con el?—

—Me vale lo que la gente piense, lo único que te debe importar es lo que nosotros pensemos.— y con esto último que dijo me empezó a besar.

Esa noche por primera vez se quedo a dormir en mi casa y fue lo mejor.

One shot| Teen wolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora