Soltó un suspiro mientras cerraba la puerta de lo que sería su nueva casa. Había traído a esos niños dormidos luego de que hicieron una rabieta al ser separados de Reiji —eso le dió a entender que él ya había formado un vínculo afectivo con ellos—. Fue un momento bastante complicado, ya que luego de eso ambos empezaron a llorar demandando a sus padres. Los trillizos estaban al borde de partirles la cabeza con un martillo, eran muy molestos, principalmente para el del medio que no paraba de repetirles "No sean idiotas, nunca volverán porque murieron", ganandose un golpe de su parte. Cuando lograron calmarlos Reiji los durmió luego de darles algo para comer. Tuvo muchas dudas para el pelinegro, por lo que sabia Yui nunca pudo volverse vampiro, asi que si ellos eran medio humanos ¿Significaba que debía alimentarlos a base de sangre o de comida mundana? esa y muchas otras preguntas agobiaron al mayor un rato hasta que no estuvo el albino conforme.
Los observó luego de depositarlos en la media cuna que se encontraba junto a su nueva cama. Eran tan parecidos fisicamente a sus padres que hasta y llegaba a darle miedo, pareciera que Yui hubiera sido una impresora.
Yui.
Le dió pena, no llegaba a imaginarse lo que fue para ella el saber que moriría y dejaría a sus hijos a su suerte; si se ponía en su lugar seguro fue un sentimiento muy doloroso, principalmente al saber como era ella. Fueron bastante allegados, en general procuraba quedarse con Shu porque les temía, aún así pasaron unos buenos momentos cuando ella salia caminar a despejarse al rosedal. Él había asistido a su boda, que había sido en una iglesia católica por petición de ella; el rubio no había podido negarse a cumplir su deseo de ir al altar vestida de blanco. Fue él quien la acompañó al altar de la mano, ya que se habian sorteado entre los hermanos hacerlo; no le molestó, ya que la apreciaba.
—Eso fue hace ya 5 años... —espetó haciendo memoria. Agitó su cabeza para despejar sus pensamientos.
Salió de la habitación para recorrer el nuevo lugar en el que se hospedaría por tiempo indefinido. Era una casa grande: salió para ver que al lado de su cuarto a su derecha e izquierda se encontraban habitaciones con una cama individual —supuso que esos serían los aposentos de los niños cuando estén en edad de dormir solos y tener su propio espacio—, tambien había un baño en cada punta de los pasillos. Descendió a la planta baja encontrándose un amplio living con sillones, un librero y una televisión, luego había un comedor de tamaño mediano con dos sillas altas para bebés. En la cocina habia una pequeña mesa redonda, una amplia mesada y un refrigerador y alacena repleta de alimento. Observó por la ventana que tenía a la altura de la pileta para lavar trastes, había un jardin bien cuidado con mucho espacio.
—Reiji tenía muy organizado el asunto —no pudo evitar comentar en voz alta, y era totalmente verdad: ese lugar era perfecto para que vivan niños. Volvió a la sala, no se le ocurría que hacer: ni siquiera sabía a que país lo había mandado, solo salieron por uno de los tantos portales del Makai y una limusina lo esperó para llevarlo allí.
Se puso a leer uno de los tantos libros que habían, era sobre cocina, y sabía que eso le vendría muy bien. Aunque no pudo evitar dormirse un rato.
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Un grito desgarrador acompañado de un llanto lo despertó alerta. Se teletransportó rápidamente al cuarto de los niños, presenció una escena desgarradora... no pudo evitar sentir una punzada en el pecho: se encontró a la pequeña rubia gritando desconsolada mientras llamaba a su padre y madre, lo mismo que el niño, solo que el era menos escandaloso. Hizo una mueca y se acercó a ellos. No sabía con exactitud que hacer, pero supuso que abrazarlos sería lo más adecuado.
Intentó tocarlos, pero ellos retrocedieron asustados. Era normal, solo lo habían visto una vez y hace unas horas, no se le acercarían tan fácilmente, mucho menos después de haberlos separado de su "adorado" tío Reiji. Por lo que le había dicho el mismo, ellos habían presenciado la tragedia desde dentro de un armario, escondidos por un familiar. También le comentaron que, luego de los fundadores se fueran con la cabeza de su hermano mayor, ellos despavoridos y asustados fueron a socorrer a su casi inerte madre que se encontraba con una puñalada en el abdomen. Yui había intentado consolarlos, pero sabía que ellos no entendían lo que sucedía, sentían el temor de su madre, a irse, a dejarlos. El familiar que los mantenía seguros se los llevó luego de que ella deje de moverse, había dejado este mundo..., a sus mundos.
Seguramente a su edad no entendían lo que significaba la muerte, más bien seguramente ni entendían lo que era la vida... pero estaba seguro que ese hecho, esa noche, les dejaría un trauma irreversible.
Sacudió la cabeza.
Él había aceptado esto para tratar de ayudarlos a superar ello.
Decidido los tomó en brazos y los abrazó sin hacer mucha presión, no quería lartimarlos. Forcegearon un poco, pero Subaru les acariciaba la cabeza intentando consolarlos, aunque sabía que eso sería imposible.
—Quieo mi mamá —gritaba Hana, estaba desesperada.
—Papá —llamaba su hermano.
La verdad es que no los conocía lo suficiente como para haber formado algo cercano o parecido a un vínculo, pero ¿Quién no se sentiría para la mierda al ver a dos niños llorando desconsolados por sus difuntos padres? estaba seguro que hasta el Diablo agacharía la cabeza.
—Lo siento, pero ellos no van a volver —les dijo empezando a amacarse—, y no puedo hacer nada para lograr lo contrario.
Él no pudo, pero Shu y Yui si.
La ira lo invadió. Ellos sabían que podría pasar, ¿Por qué no lo evitaron? Ahora los habían dejado con los fundadores acechando.
Intentó calmarse y suspiró. Debía recuperar la compostura y calmar a sus sobrinos. Hana ya estaba más tranquila por los mimos, pero Hiroshi seguía desconsolado por su madre.
—Ahora somos solo somos nosotros tres —dijo con una pequeña sonrisa—, tranquilos, haré todo lo posible para que no terminen como yo; saldremos adelante, juntos.
❋Alyss0603
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No soy ellos ⚜ﮎ ﮏ⚜
FanficLos fundadores reclaman nuevamente su poder, llevando así a la muerte al Rey de los vampiros Sakamaki Shū y su esposa Komori Yui, dejando huérfanos a sus dos hijos de existencia desconocida para la mayor parte de la familia Sakamaki. ーDe momento me...