.Romina.

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Triste, decido levantarme y acercarme a la cuna que hay al lado de la cama de mis padres. Me siento en el borde de la cama y miro a mi hermana que está durmiendo tranquilamente, verla es lo único que me hace olvidar todo lo sucedido. Jaime y yo estábamos muy unidos y cuando lo vi caer sentí que una parte de mi se desvanecia, pero tenia que seguir con mi vida.

Llego al instituto antes de que suene la campana, saludo a Miguel con un beso y voy a clase corriendo para empezar las clases cuánto antes y olvidarme de todo. Loren y Alex, cuando me ven llegar, vienen a darme ánimos e intentar hacerme sonreír, pero son interrumpidos por el profesor.

Mi mente se queda en blanco unos segundos hasta que escucho al profesor pasando lista. Atenta, espero a que me mencione, cuando de repente pregunta por la mesa vacía. Siento como mi corazón se parte en pedazos, mis ojos comienzan a inundarse de lagrimas, mis manos tiemblan y mi vista se nubla. Me levanto rápidamente y salgo corriendo de clase, no soporto estar así.

Ya en el baño, cierro la puerta y me quedo un rato apoyada en la puerta. Al cabo de unos segundos, me acerco al espejo y me tapo la cara para retirar lentamente las últimas lágrimas. No lo soporto más. Mis ojos están rojos y aún llorosos, pero no lo soporto más.

- No puedo estar sufriendo todos los días.

Al decir esas últimas palabras, me lavo la cara y me seco con las mangas de la sudadera que llevo encima y, cuando ya termino, le entrego una última mirada al espejo, prometiéndome olvidar a Jaime o... simplemente superarlo.

Un tiempo después me encuentro mejor. La profesora no me pidió ninguna explicación sobre lo sucedido anteriormente, y lo prefiero así, seguramente por Alex y Loren que le habrán contado todo. Suena la campana del recreo y con una sola mirada a Alex y Loren, que tenían que recoger unos libros , salgo del instituto y me enciendo un cigarro para esperarles.

No estoy ni en la segunda calada cuando veo de lejos como Pelayo se acerca hacia donde estoy. Viene con una sonrisa grande que le ocupa toda la cara y con un gorro negro en la cabeza.

- Hey, bebé.- No me dice agachándose para darme un beso.

- Hey.- digo con una sonrisa, actuando feliz y despreocupada.

- ¿Qué tal las primeras horas?

- Para serte sincera... como el culo. Me dió un ataque de ansiedad por...- a mi voz comienza a costarle el seguir hablando, pero al segundo toso y le vuelvo a mirar la cara para contestarle con "Jaime".

Pelayo simplemente me mira y me da un abrazo. Pelayo siempre sabe lo que hacer en cada momento, ahora mismo ese abrazo era el único empuje que necesitaba para olvidar a Jaime. Me ayudó tanto este año... y sentir este apoyo de nuevo es lo mejor.

Estuvimos un buen rato abrazados, así que decido apartarme al fin. Él lentamente nota mi empuje y comienza a alejarse de mi para que de repente, y por sorpresa, me plante un beso en los labios. Mi cuerpo rápidamente se queda inmóvil y mis ojos se abren pero, no se porque y como, mis labios comienzan a seguirle el beso. Logro reaccionar al cabo de unos segundos para empujarle fuertemente y comenzar a sentir mis ojos llorosos. Le miro con sorpresa, confusión, enfado...

- Eh... eh....- dice tartamudeando, no seguro de lo que va a decir. - Lo siento mucho, pero lo deseaba tanto...

Asqueada aparto mi vista de el y miro hacia la puerta del instituto buscando con la mirada, y deseando que no este, a Miguel; cuando entonces veo a Loren y Alex de lejos viéndonos con las bocas abiertas. Hago una mueca queriendo llorar y rápidamente vienen corriendo.

- Largo de aquí ya.- le dice Alex nada más llegar a Pelayo con un tonto borde. Pelayo le mira confuso y al segundo se calla al ver la mirada seria y amenazante de Alex.

- A... aaa... adiós, Romina.- dice alejándose de nosotros lentamente y mirándome por última vez.

Mis ojos vuelven a la misma rutina de estos últimos días, comenzar a llorar. Loren se acerca y me abraza fuertemente.

-Mina, tu no tienes culpa. Lo hemos visto absolutamente todo, ha sido culpa del imbécil de Pelayo.- me dice Alex de repente, intentando tranquilizarme con el apodo cariñoso que me pone cuando estoy triste o nos estamos divirtiendo.

- Si tía, Pelayo no deja de cagarla nunca. No es tu culpa que te haya besado por sorpresa, enserio.- me dice Loren apartándome para mirarme a los ojos.- Es un idiota que solo piensa en él.

Les miro confusa, no entiendo. Me aparto del todo de Loren y me vuelvo a secar las lágrimas con las mangas de la sudadera.

- ¿Qué pasa con Pelayo?- pregunto intrigada y aún con la voz temblorosa.

Loren y Alex se quedan callados mirándose uno a otro, no seguros de que decir. Loren hace una mueca.

- A ver... como te explico...- comienza a decir juntando sus manos.- Sabes que Pelayo es mejor amigo de Cole, ¿no?- asiento con la cabeza, ya un poco más calmada.- Pues...

- Me ha contado que le gusto a Cole, quiere que me aleje de el y que no quede más con ellos, además de que me ha amenazado fuertemente si no le hago caso.- interrumpe, con un tono de enfado, Alex a Loren. Mis ojos se abren de par en par.

- Ahhhh, si.- dice Loren incómoda.- No nos esperábamos ninguno esto, pero no sabemos si contárselo a Cole. ¿Y si nos ha mentido para alejarnos de Cole, pensando que a Alex no le gusta y así se asustaría? ¿Y si en verdad a Cole si le gusta Alex pero, después de esto, sus sentimientos cambian?

- ¿Cómo?- digo sorprendida.- Alex, ¿te gusta Cole? ¿Qué cojones? A ver, a ver.- digo intentando procesar todo.- Os estáis rallando mucho.

14:30

Ya es el fin de clases. Bajo corriendo las escaleras, antes habiéndome despedido de Loren y Alex, para encontrarme con Miguel en la puerta y apoyado en un coche.

- ¿Qué tal tu día?- me dice dándome un beso suave en los labios.- No te vi en el recreo hoy.

- Salí fuera, necesitaba fumarme un cigarro.- le digo con una mueca. El frunce el ceño mirándome con preocupación.

- ¿Todo bien?- me pregunta al segundo.

- Sí, solamente un mal día.- le contesto con una sonrisa. Si le cuento lo de Pelayo, se enfadara conmigo y nuestra relación se podría ir a la mierda.

- Pues mi día tampoco ha sido muy bueno.- me dice agachándose para coger la mochila del suelo. Frunzo el ceño esperando a que me cuente.- Es que a Cole entre clase y clase, se le ha escapado algo.- me dice mirándome fijamente mientras caminamos hacia mi casa. Mi corazón comienza a latir rápidamente y me asusto, ¿y si Loren y Alex no fueron los únicos que lo vieron? ¿Y si alguien más lo ha visto y lo han ido extendiendo por el colegio?

- ¿qué pasa?- preguntó al ver que Miguel se ha quedado callado durante un buen rato.

- Es que me ha dicho que a Pelayo le gustas.- dice casi susurrando. Mi corazón vuelve a la normalidad y comienzo a reírme.

- Eso es una tontería.- digo aún riéndome y dándole un beso en la mejilla.- sabes que te quiero con toda mi alma, ¿no?- le digo susurrando en su oído, parados y de la mano.

- Ya... simplemente no me lo esperaba de un amigo... como Pelayo.- dice con una mueca, se siente mal. Le miro con cara triste y le abrazo otra vez.

- Te quiero.- le digo aguantándome las lágrimas.

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