La chica veia el cielo a menudo, pensaba que estaba ahi arriba con los astros, y la hacia sentir pequeña e insignificante. ¿Quien no ama sentirse así?
No podia mover sus piernas ni su espalda, porque moverse dolia, aunque en la misma lógica pensar dolía más pero igual lo hacía.
39 de fiebre y un dolor abdominal terrible
Se estaba muriendo pero prefería ver el cielo que pensar en ella. Hoy el cielo estaba bastante vacío, mañana cambiará eso, hará que sus tropas convoquen a los más bellos astros y se quedaran ahí suplicando ayuda y brillando.
Esos pensamientos vienen a una mente con más fiebre de la que una persona quisiera.
La nena ya no tan nena tenía 15. Para ella esos 15 años los había estado echada en ese pasto verdoso...
Nadie pasaba, así que nadie la miraba. Y aunque hubieran personas a nadie le importaría de todas formas.
Eso le recordaba a cuando se enfermó en casa y llamaba a su padre pero él seguía cocinando como si nada pasara.
Y de la nada se encontraba allá. En esa cama antigua y con ese techo que por poco y se venía abajo. Estaba viendo al techo y extraño las estrellas asi que en medio del dolor volvió a ese pasto. Y de un momento a otro se encontraba en ambos lugares al mismo tiempo y a la vez en ninguno.
El dolor aumentaba y su padre se acercó. Y a la vez un par de estrellas fugaces pasaron y se perdieron en el inmenso todo.
- Mierda, tienes 40, dijo una estrella.
Ella sintió el fresco pasto y se sintió en paz. Temblaba y su cabeza parecía ir a explotar. Un par de aullidos salieron de su garganta, estaba en el pasto, nadie escucha a la princesa en el pasto. Así que llamó a las tropas aliadas de Astengur y pidió que trajeran un médico del reino.
- ¿Estás bien?
Se preguntaba de dónde venía la voz. Tal vez de una constelación en forma de flecha. No estaba bien, estaba de lo mejor.
Moverse dolía.
- Voy a llamar a la ambulancia..
Los ministros del reino aliado se rebelaron contra ella.
¡Un botín!
Ahora cada parte de su cuerpo dolía y quería escapar de su cuerpo. Cada hueso, cada pequeño pedazo de carne.
Ya no veia estrellas, sus ojos habían renacido. Ahora veía una luz blanca, o varias luces blancas...
Y unos labios sobre los suyos, una estrella de ojos grandes y azules oscuro se había propasado. Dejaba de brillar, escapó de los guardias y la besó.
Una estrella y una reina del pasto. Inconcebible!
Si tan solo su padre, el rey estaría ahí para verlo. Y lo estaba pero no lo veia porque sus ojos no habían sido transformados, se desactivaron con ek brillo de la estrella.
Una estrella inolvidable.
Un electroshock
- No responde
Dos electroshocks
Su cuerpo saltaba
Tres electroshocks
- ESTÁ VIVA.....
Tengo fiebre alta y alucino bye-Lau
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Nuestro Reino Imaginario
Storie d'amoreLa chica del pasto. El chico de los astros. [Ignora la portada jsjs este libro no es continuacion ni nada ]