Ícaro

1.6K 115 12
                                    

-Te ahorrarías mucho dolor si lo entregas-

Su sonrisa se ensancha, está disfrutándolo.

Ra´s Al Gul, hace mucho que ha dejado de ser humano, volver del más allá te cambia, pierdes pedazos de tu alma y humanidad, ha perdido la cuenta de cuantas veces ha utilizado el  Pozo de Lázaro, para levantarse de entre los muertos. Es un zombi, está podrido por dentro.

Lo sabe, lo entiende a la perfección, que su legado esta por acabar con él, por ello lo necesita, aquel  infante, ese ser creado por capricho de su hija.

Talía ha sido una tonta al enamorarse del murciélago, estúpida para tratar de ayudarlo en su lucha contra el crimen, idealista al creer que con eso el vigilante de Gótica podrá aceptar a una asesina como ella.

Solo le queda la desesperación femenina,  tener un hijo de él, crear una nueva vida a partir de sus propias entrañas que solvente su malsana obsesión, su capricho infantil.

No importa, porque ha visto el futuro en ese pequeño heredero, el será la clave para una nueva era Al Gul, un nuevo líder con los mejores genes posibles.

Lo desea, quiere tenerlo, manipularlo y crearlo a su imagen y semejanza.

Pero aquella hija ingrata lo ha escondido de él, ha tenido que quitarla del camino, porque estaba demasiado encariñada, demasiado confundida por sus hormonas y sentimentalismos de mujer.

Talía presa de la desesperación lo ha llevado al único sitio donde pensó que estaría seguro, pero no, no hay lugar donde él no pueda llegar.

Y justo por eso se encuentra ahí.

-Tendrás que arrancarlo de mis manos muertas y frías – le replica, casi puede escuchar su voz cantarina de adolescente, es demasiado joven, le recuerda a  Ícaro, queriendo volar demasiado lejos con esas alas de pájaro echas de cera que  pronto lo dejaran muerto, pero él se ha encargado de cortarle las alas. Él va a abrasarlo y causarle su destrucción. Es casi poético.

Le ha dejado el ojo morado con la rudeza del golpe, la nariz fracturada y el labio roto.

El filo de su cuchillo le ha besado la piel y ahí donde lo ha tocado  tiene heridas que manan profusamente manchando el suelo.

Ese Robin lo sabe, que no tiene salida, que va a morir intentando proteger lo indefendible.

El bebe se remueve entre sus brazos llorando, tiene entre su diminuta mano uno de sus dedos, apresándolo con esa fuerza que solo tienen los recién nacidos.

-Tranquilo Damián, tu hermano mayor esta aquí, no voy a dejar que nada malo te pase- los labios del adolescente se posan con ternura en la frente del pequeño y sus manitas le toman el rostro confuso por las lagrimas que bajan por las mejillas del mayor.

Ra´s a visto esa expresión en otras víctimas, la lenta resignación, la despedida.

Lo nota temblar, de miedo y anticipación, cierra la puerta tras su espalda y alza la espada.

-Es hora de terminar con esto Tim Drake- susurra

DrabblesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora