5:00 am. Desperté.
Me había dormido con el vestido y los tacones, cosa extraña ya que me incomodaba.
Me levanté de la cama arrastrando los pies pesadamente, a esa hora nadie estaba despierto, todos se levantaban a las 5:15am o 5:30am, así que, feliz de la vida, me dirige al baño de la habitación y me encerró en este.
Me miré al espejo, mis ojeras eran notables. Lavé mi cara y cepillé mis dientes hasta que al terminar me desvestí lentamente y entré a la ducha dando paso al agua tibia y remojando mi cuerpo en una lluvia artificial que me hacía sentir como nueva. Sequé mi cuerpo y me maquillé levemente, así lograría tapar mis ojeras.
Decidí vestirme diferente, algo entre chic y vintage. No llevaría mi mochila hoy, sólo tendría tres clases: Biología, Música y Español. Nunca bendije tanto a mi madre por haber sido puertorriqueña, ella era quien me había enseñado español y vaya que mi acento tampoco era de gringa, era de una latina cualquiera. A veces cuando me enojaba con Louis le decía: “Pendejo” y él no entendía nada, así que técnicamente no podía defenderse, aunque tampoco lo estaba insultando de la peor forma, ¿o sí?
Hoy sería el campeonato de Sam así que debía estar allí. Debíamos ir al salón para peinarla y maquillarla. Luego pasaríamos por donde la modista para recoger el vestido y que ella se cambiara finalmente en la pista de hielo.
Lo gracioso es que yo debía pasar por su vestido, dejarla en el salón, buscar una tienda para cambiar las cuchillas de sus patines y pasarla a recoger.
Escuché como Danielle se levantó, así que con la toalla enredada en mi cuerpo, salí del baño le sonreí, ella hizo lo mismo.
5:20 A.m. A vestirse.
Me fui al walk-in-closet y me vestí de la manera que había planeado: un lindo vestido azul corto, una chaqueta blanca y flats negros.
Entré en mi cartera mi libro de Biología (que por algún motivo estaba en mi mochila), un paquete de chicles, mi billetera, mi permiso de conducir y tarjeta de débito de la compañía de Joe (¿Olvidé mencionarlo? Joe había procreado una compañía tras el primer triunfo de Sam, él sabía que ella llegaría lejos y que él tenía madera para ser su manager), mi estuche de lápices, mi iphone, mi ipod y mi bolso de maquillaje.
Miré a la cama de Eleanor y ella seguía dormida, reí.
Tendí mi cama y llevé la pijama que había ocupada al ducto de lavandería. Desperté a Eleanor y bajé a la cocina, quise preparar el desayuno para compensar la cena de anoche.
Hice panqueques, juego de naranja y galletitas de chispas de chocolate. Serví los panqueques en diferentes platos y los dejé sobre la mesa.
Subí nueva vez a la habitación donde dormía y saqué de mi mesa de noche las llaves de la casa y las llaves mi auto, un Volkswagen Passat 2008, siempre me habían gustado, y luego de algunos sueldos, me lo auto regalé.
Por segunda vez bajé las escaleras y me topé con la mirada de los chicos, quienes me abrazaron contentos.
— Están riquísimos tus panqueques –Dijo Niall feliz y besó mi mejilla–
— Amo tus galletas –Me abrazó Harry como un niño pequeño–
— Tus galletas me hacen feliz –Sonrió Louis y besó mi frente eufórico–
— No amaré nada más de lo que amo tus galletas –Gritó Zayn–
— Tus panqueques me vuelven loco –Sonrió Liam–
Yo sólo reía ante sus comentarios, ellos eran muy graciosos.
Luego de quince minutos bajaron las chicas, a veces pienso que no me llevo tan bien con ellas como yo pienso.