Déjame enamorarte (2min)

4.7K 107 6
                                    


¡Ahg...! Maldito despertador. Boca-abajo en la cama, golpeé el botón haciéndolo callar, dejando mi mano apoyada en él.

-¿Eh...?-Levanté la cabeza de la almohada y miré la hora. Tenía que levantarme ya, si no, llegaría tarde a clase. Me levanté de la cama, echando las sábanas a los pies de esta. Me acerqué al armario y me dispuse a buscar algo de ropa, a estas horas, y en mi estado, no me fijaba mucho en lo que llevaba, y tampoco me importaba. Me puse una camiseta blanca con dibujos en negro y unos vaqueros y salí de mi habitación bajando las escaleras.- ¡Mamá!... ¿Mamá?

Fui a la cocina y no estaba, pero en su lugar había una nota.

Tae, cariño, me voy a trabajar. No podré volver para la hora de comer, pero prometo que antes de la cena estaré aquí

Ten cuidado:

Mamá.

Genial, comería solo. Me parece bien, me gusta estar solo. Cogí mi mochila ya preparada y me fui al instituto. Pillaba cerca, así que iba andando. La entrada estaba llena de gente, algunos chillaban, otros corrían, fumaban... qué ánimos para ser las 8 y algo de la mañana...Me costaba creer que alguien pudiera siquiera mantenerse en pie a estas horas, a mi me costaba. Por fin sonó la campana y entramos dándonos empujones unos a otros.

¿Qué clase tenía yo hoy? Una vez que entré me quedé en el pasillo, y saqué el horario. Dios, parecía un novato, pero llevábamos poco de clase, y aún no me sabía el horario. Matemáticas. Yuju... pensé sarcásticamente. Volví a guardar el horario y me dirigí a mi aula. Al entrar, simplemente me dirigí a mi asiento y apoyé la cabeza sobre la mochila.

No conocía a nadie en la clase, ni quería conocerlos. Yo iba al instituto a estudiar, no a hacer amigos, además, ¿para qué? Todos me miraban mal por no querer hablar con ellos, incluso cuando se ofrecían a saludarme. La puerta de la clase se cerró y yo me enderecé en mi asiento y saqué los libros cuando ví a el profesor hablar. Comenzamos con áreas y polígonos y al dibujar las líneas me salían torcidas debido al sueño. La puerta se abrió de nuevo, diez minutos más tarde.

-Perdón, ¿puedo pasar?-Preguntó un chico desde la puerta. Tenía el cabello negro y un tanto largo, los ojos muy grandes y ropa ancha, pero, no me quedé mirándole por eso. Le miraba porque uno de sus ojos estaba morado, en su labio había un corte y en sus brazos muchos moratones y arañazos. Parecía haber cruzado Vietnam para llegar al aula.

-10 minutos tarde, ¿señooor...?-Era la primera vez en 1 mes de clases que veíamos a ese chico.

-Minho, Choi Minho.-Pasó y cerró la puerta.- ¿Puedo sentarme ya?-Preguntó como si lo hubiera dicho mil veces.

-Adelante.-El profesor apuntó algo en su cuaderno y le indico que pasase. Nuestra clase era una de las que, debido a los recortes, se encontraba llena de alumnos, por lo que había pocas mesas y sillas. La única que quedaba libre era la de mi lado. Mierda, me ha tenido que tocar el matón del instituto. Por como lo miraba la gente, era alguien peligroso, pero también despreciado. Le miraban con desdén e incluso algunos se reían y hablaban en murmullos sobre sus heridas.

-¿Te importa si me siento contigo?- Me dijo mirándome sin expresión.

-No, claro.-Opté por ignorarle y mirar por la ventana. El resto de la clase surgió tranquila y cuando sonó la campana no me moví, ya que no me tenía que cambiar de aula.

-¿Cómo te llamas, chica?-¿Se refería a mí? ¿Chica? Me miraba con tranquilidad y había vuelto su cuerpo hacia mí, para mirarme de frente. Vi que sus rodillas tenían heridas mucho más profundas que las de sus brazos

-N-no soy una chica.-Dije incomodo.

-¿Eh?-Me miró de arriba a abajo.- ¡Ups! Perdón, no quería insularte.-exclamó. Y una sonrisa asomó por su cara, esto duró poco ya que al sonreír el corte del labio se agrieto e hizo una mueca de dolor.-Au, mierda. -Se pasó el dedo índice por el labio inferior y miró la sangre que brotaba de él.

-No importa, pero... tal vez debas ir a la enfermería a que vean tus heridas.

-Ya lo hago-Se mordió el labio, lamiendo la sangre.-Voy cada clase antes del descanso para curarlas.

-Am...-Volví a mirar por la ventana, por respeto me preocupé por él, pero ya que sé que está bien, no tengo porque prestar atención a más.

-No has contestado a mi pregunta.-Me giré a mirarle... ¿Eh?, ¿Pregunta? Ah, sí.

-Taemin, me llamo Taemin.

-Oh, bueno, encantado. Tú si sabes cómo me llamo, ¿verdad?-Preguntó... ¿Triste?

-Sí, lo has dicho antes, al entrar.

-¿En serio?, debes ser la única persona que no sepa quién soy.-Se apoyó en el respaldar de la silla.-Aunque lo supuse cuando vi que no me mirabas mal y me dejaste sentarme contigo.

-¿De qué hablas?-Estaba confundido. ¿Mirarle mal? ¿Por qué lo haría?, ¿Porqué lo hacen los demás?

-Nada, será mejor que no lo sepas, no quiero sentarme en una esquina todo el curso.-Me guiño un ojo. Ni siquiera me inmuté, solo le miré con gesto de confusión.

-¡Señores!-Me volví hacia adelante. La profesora nos miraba, no, TODOS nos miraban, y murmullaban entre ellos.-Señor Minho, me dice por donde nos hemos quedado de la métrica.

-No vine estos días atrás, profesora.

-Lo estamos dando ahora, señor Minho. Pero he decidido parar la clase para que me explique que comentaba con su compañero.

-Em... nada, solo le pregunté una cosa.

-Señorito Taemin, ¿usted sabe por dónde nos hemos quedado?- Mierda, siempre la cago yo.

-Em... yo...no, profesora.

-Lo suponía.-Se dio la vuelta hacia la pizarra.-Página...-Siguió dando clases y yo me concentré en ellas. ¿Pero qué me pasaba? ¿Cuándo no he prestado atención a las clases? ¿Nunca me había distraído tanto...? Terminó la hora y Minho recogió sus cosas y se dirigió con ellas a la mesa del profesor de biología.

-Nos vemos luego-Me dijo guiñándome un ojo, antes de irse junto al profesor.-Profesor, en la enfermería me dijeron que fuera a esta hora para sanar mis heridas, si no le importa...

-No, por supuesto, hijo, ve.-El maestro sonrió y cogió una tiza. Minho volvió a mirarme con una sonrisa y salió del aula.-La genética. Apunten en sus cuadernos.

Saqué el bolígrafo y me dispuse a tomar apuntes. Pff... la genética, que asco. Odio biología. Dios, sácame de aquí... Eché la cabeza hacia atrás y cogí aire, pero fui interrumpido por el sonido de la puerta abriéndose.

-Profesor, ha habido un problema en enfermería y dicen que no podrán atenderme. Me han dicho que me lleve a un compañero que me ayude en su lugar.-Minho entró dejando la puerta abierta, con la mochila en un solo hombro.

-Está bien. ¿Quién hace el favor de acompañar a Minho a la enfermería?-Normalmente todos están desesperados con salir del aula con cualquier escusa, pero esta vez, nadie, absolutamente nadie, levantó la mano. Miré a Minho y él me miraba a mí. Me guió un ojo.

-¿Taemin?-Dijo daleando la cabeza levemente y haciendo un pequeño y casi imperceptible puchero.

-¿Eh? ¿Yo?-Asintió. -Emm...claro.-La clase estaba en silencio y todos me miraban asombrados mientras me levantaba, cogiendo mi mochila y acercándome a Minho.

-Gracias, profesor.-Me tomó de la mano y salió disparado del aula. Cuando estuvimos fuera se acercó a mi oído-Gracias, Tae.-Me susurró. ¿Tae? ¿Quién era este chico, y porqué tenía tanta confianza de repente? Dios, ¡me tomaba de la mano por los pasillos! Sin embargo no le solté, no dije nada. No es que me agradara, pero tampoco me desagradaba. Normalmente era muy neutral con las cosas de mi alrededor, si no me molestaban, no tenían importancia.

Lo que yo no sabía es que Minho no me molestaría, pero si me importaría...

Déjame enamorarte (2min)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora