5.

61 2 3
                                    

El viaje comenzaba a variar en algunos aspectos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El viaje comenzaba a variar en algunos aspectos. Para empezar, podía agradecer internamente por la ocasión en que reservamos los pasajes para viajar a San Francisco no hubiera más cupo para un vuelo excepto en un avión que viajaba de noche; Emma aceptó a regañadientes porque no podíamos quedarnos una semana más en Nueva Orleans, eso arruinaría nuestra reservación en el hotel y para Emma, esas cuestiones tan relevantes eran estresantes con sólo imaginarse llamando a distintas operadoras para hacer un reembolso por su reserva.

A pesar de todo, luego de chequear los pasajes para asegurar que todo estaba en orden, el vuelo de noche no parecía tan mala idea. A mí me encantaba viajar de noche porque tenía más tiempo para dormir, ésta fue una de las razones por las cuales sentí tanto alivio por embarcar ese avión.

No paso nada. No hubo peleas ridículas con salvavidas o discusiones sobre quién demonios iba en el puesto hacia el pasillo o al lado de la ventana. Lo más impresionante de todo es que a Emma la atrapó el sueño, literalmente. Ella decía que era todopoderosa porque no le causaban sueño los vuelos en la noche pero en el fondo me reía pues sabía que se trataba de todo lo contrario.

—Se acabó—confesó con los párpados caídos, tenía mucho sueño pero la terquedad no dejaba admitirlo—, necesito hacer algo que no sea ver por la ventana ¡Sólo veo mi reflejo!—exclamó señalando el vidrio reforzado de la ventana. Miré al techo deseando que se durmiera de una vez.

—¿Qué vas a hacer mientras tanto?—pregunté sacudiendo la cabeza mientras me concentraba en mi laptop. Jugaba a editar algunas de las imágenes que nos habíamos tomado en Nueva Orleans. En realidad yo tampoco tenía mucho que hacer en el vuelo y no tenía ni una pizca de sueño -Apenas llevamos veinte minutos de vuelo y son cuatro horas.

—Ni pienses en repetirme lo de las cuatro horas otra vez, por favor. Voy escuchar música, dah—Contestó de forma sarcástica. Saco su teléfono de su bolsillo y los audífonos de su bolso.

Emma era una buena actriz. En ocasiones me jugó bromas pesadas cuando éramos adolescentes y, era tan buena actuando que me creía las bromas sin titubear, pero en esa ocasión no le creí lo de «Estoy aburrida» ella tenía sueño. Sin embargo no hizo falta reprocharle a Emma que era buena actuando; unos veinte minutos después de haberse puesto los audífonos yo seguía leyendo cuando volteé al sentir que una cabeza reposaba en mi hombro.

Emma se quedó dormida en el acto.

Coloqué mi almohada en mi hombro para que Emma tuviera algo en lo que apoyarse y le puse mi abrigo encima antes que comenzara a removerse por el frío del avión. He de suponer que estaba tan concentrada en lo que hacía que no me di cuenta de que habían apagado las luces del avión y la mitad de las personas que abordaron el avión se encontraban dormidas. En ningún momento me dio el suficiente sueño para caer rendida junto a Emma. Lo único que pude hacer mientras pasaban dos horas de vuelo fue editar fotos y leer libros que tenia guardados en el disco duro de la laptop.

Los Viajes que Alguna Vez Hice con mi Mejor Amiga.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora