10: Lado "A"

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Narra Natsu.

-Lucy hay algo que quería preguntarte- dije nervioso, en verdad lo estaba espero que no me rechace porque si lo hace no se que haré.

-Hm ¿Que pasa?- me preguntó curiosa, la tome de la mano y me dirigí a las escaleras, subimos hasta el piso de arriba y nos fuimos a un salón que estaba solo.

-Lucy yo- de mi bolsillo de la chaqueta saque un ramillete de flores rosas y blancas (más explícitamente el de la multimedia) -Quería saber si ¿Por favor serias mi pareja para el baile de bienvenida?

-Si Natsu me encantaría ser tu pareja- dijo emocionada, a lo que nos abrazamos con mucha fuerza y felicidad ya saben los adolescentes nos emocionamos por todo, nos separamos un poco para poder darnos un beso.

-¡Señor Dragneel! ¡Señorita Heartfilia! ¡Nada de besos aquí! ¡Esta es una escuela respetable! - gritó la profesora y enfermera Porlyusica enojada.

-Perdón señora Porlyusica- dijimos al mismo tiempo.

-¡Señorita!

-Perdón señorita Porlyusica.

-Así me gusta- dijo para luego retirarse muy "elegantemente" haciendo sonar sus tacones.

-Esa mujer debería conseguirse un novio- le susurré a Lucy.

-O por lo menos alguien que le de duro para que ya no esté de mal humor- ambos reímos por lo bajo al mismo tiempo.

Salimos del aula y caminamos juntos hacia nuestra primera clase, bueno mi primera clase ya que como había dicho antes no nos toca la primera juntos, cuando llegamos a mi salón me dio un pequeño beso en la mejilla en forma de despedida y se fue a su clase, pobre me había acompañado hasta el primer piso y su clase era hasta el último.

Me senté junto a la ventana como siempre, recargue mi cabeza en ella mientras veía afuera, era un día soleado, muy hermoso a decir verdad, pronto llegará el invierno y ya no veré días así en un largo tiempo, claro el invierno también tiene sus cosas buenas, este pueblito se llena de nieve todos los años cuando empieza Noviembre y se derrite hasta los últimos de Febrero, los niños podían jugar todo el día si querían, hacer muñecos de nieve, hacer angeles en el suelo, jugar con sus amigos, claro todos bien abrigados, con suéteres y bufandas que sus madres o sus abuelas habían tejido para ellos.

Narrador omnipresente.

-Wow- gritó asombrado el pequeño pelirosa de apenas 5 años, ¿Porque? Simple, toda la ciudad estaba cubierta de nieve al igual que los autos y parques, podía ver cómo las niñas hacían muñecos y lo niños se lanzaban bolas de nieve entre si, dandole a uno que otro muñeco provocando el llanto de las pequeñas, Natsu podía verlo todo a la perfección debido a la gran altura del penthouse de su padre el cual se encontraba en uno de los edificios más altos de la ciudad.

Rápidamente tomó su bufanda que le regaló su madre y se la puso alrededor del cuello, de puse su gorro más acogedor y una chaqueta gruesa y caliente, corrió hacia dónde sus padre se encontraba con un brillo en los ojos.

-¡Papá! ¡Papá! ¿Puedo salir a jugar con la nieve al parque? ¡Por favor!

-Pero Natsu- un hombre de cabello rojizos se asomó por la ventana viendo toda la nieve -Está cubierto de nieve ¡Te enfermaras! Mejor quédate aquí en el calor.

-Entonces para traer calor ¿Porque no vamos al parque juntos por leña y armamos una fogata en tu chimenea?- dijo emocionado, le encantaba la idea de pasar tiempo con su padre.

-¿Para que quieres una fogata si tenemos calefacción? Es más cómodo y no requiere esfuerzo, es lo más sofisticado en tecnología hoy, además- se sentó en su escritorio -Tengo mucho trabajo como para salir hoy.

-Pero papá.

-Será otro día ¿Si, campeón?

-Si- suspiró pesadamente <<Eso dices siempre>> salió de la oficina mientras se quitaba el gorro y el abrigo, la bufanda no quería quitársela ya que le recordaba a su hogar allá en aquel pequeño pueblo donde aunque pasó poco tiempo de su vida allí, le encantaba visitarlo.

Se fue a su cuarto y se tiró a su gran cama, tenía demasiados juguetes, todos los que un niño pudiera querer pero de ahí a forma se sentía vacío y ese sentimiento aumentaba cada vez que recordaba a su madre, a su hermano y a su pequeña hermanita que recién había nacido.

Él pelirosa sacudió su cabeza quitando ese amargo recuerdo de su mente e intentó prestar más atención en la clase.

Extraños y divertidos 50sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora