Final alternativo

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Este podría ser mejor o peor final que el cannon, depende de que humor este jsjsjs

Narrador Omnipresente

5 de Marzo, 1967

-Nashi, deja de correr un segundo- habló una mujer rubia tapando la parte baja del teléfono con una mano.
La pequeña niña pelirosa de alrededor de cinco años no le hizo caso, siguió persiguiendo a Snoopy, el perro de la familia el cual había sido nombrado por las famosas tiras cómicas -Si señor, entiendo gracias.

Otro trabajo del que nuestra querida Lucy había sido rechazada, la mayoría de trabajos de periodismo pedían que viajara mucho, cosa que ni a ella no a su esposo les agradaba mucho, tenían una hija ahora y necesitaban darle la vida más normal posible y con los dos padres presentes.

-Amor, ya llegue- se oyó una voz masculina al mismo tiempo que se cerraba la puerta principal, unas llaves cayeron al sofá. El hombre de familia se acercó a su esposa por detrás, abrazándola y dándole un pequeño beso en la mejilla.

-¿Que tal el trabajo?

-Agotador, como siempre- contestó mientras iba a la sala para sentarse en el sillón el cual estaba lleno de pelos -Snoppy- murmuró enojado mientras levantaba uno de estos. Natsu trabajaba como contador en el banco de la población semi-rural, esto no le gustaba ni un poco, lo aburría pero tenía que conseguir dinero para mantener a su familia y este dejaba una buena cantidad, cuando decidió quedarse en el pueblo su sueño de ser socorro y ayudar a las otras personas se fue a la basura, algunas veces se preguntaba si hizo la decisión correcta.

-Me rechazaron, otra vez- le comentó su esposa mientras dejaba un plato de comida para perro en el suelo haciendo que este viniera corriendo acompañado de su pequeña dueña.

-¡Papi!- gritó emocionada la pelirosa mientras corría a donde se encontraba su papá para darle un fuerte abrazo.

-Hola campeona- contestó su padre con una pequeña sonrisa mientras se levantaba para alzarla un poco, en verdad sus vidas cambiaron cuando la pequeña llegó -¿Iremos más en la noche con los Fullbuster?

-Juvia y Gray cancelaron- contestó mientras se limpiaba las manos para ahora servir la cena de su esposo y su hija -Consiguieron boletos para ver a los Bee Gees de último momento y una niñera par Storm así que no lo tendremos que cuidar de nuevo.

-Vaya que suerte- respondió su marido mientras tomaba el plato y empezaba a comer, su apetito siempre era grande.

-Recuerda que te toca llevar a Nashi a su práctica de natación el sábado- le recordó la rubia mientras servía un plato para su hija y lo dejaba en la mesa.

-Y tengo que recoger a mi madre el viernes en la estación de autobús- completo el pelirosa, ya se lo había dicho mil veces pero probablemente olvidaría algo a último momento.

-Si- susurró su esposa mientras servía un plato para ella, tomó asiento en la mesa y empezó a comer -Si tiras algo en el asiento te tocara limpiarlo tú.

La cena pasó en paz, no hubo mucha platica de por medio pero eso no importaba, el tiempo pasó rápido y ya era hora de cada quien irse a dormir.

-Buenas noches, princesa- se despidieron los padres de la pequeña al ver que se quedó dormida cada uno le dio un beso en la frente para luego cerrar la puerta de su habitación.

Al llegar a su habitación cada quien se preparó para dormir, se pusieron su pijama, lavaron su cara, cepillaron sus dientes y se fueron abajo de las cobijas. El esposo notó que su mujer se quedó mirando a la nada por algunos segundos.

-¿Estas bien? ¿Tienes indigestión de nuevo?- preguntó mientras tocaba su hombro.

-Caímos en la rutina ¿no- habló su esposa sin dejar de ver a la nada -Todos los días son iguales, casi nunca hacemos algo diferente, nos estancamos ¿cierto?

-Si- contestó su esposo mientras quitaba su mano y se sentaba para voltearla a ver -Pero es lo qué pasa en los matrimonios ¿no?

-¿Crees que hiciste elegiste bien?- le preguntó volteándolo a ver -Cuando rechazaste la oferta de tu padre y decidiste quedarte aquí conmigo- empezó con una mirada algo triste -Tienes un trabajo que odias y ninguno de los dos pudo conseguir lo que siempre había soñado, algunos días me preguntó si hicimos la decisión correcta.

-Cariño- le contestó mientras pasaba una mano por su rostro con algo de ternura. Su esposa y su hija eran su razón para vivir y las amaba como nadie podría imaginar -Tu siempre eras la decisión correcta.

Se sonrieron uno al otro para darse un tierno beso en los labios y apagar las luces, cada quien se volteó a su lado para poder conciliar el sueño y poder empezar un nuevo día igual al anterior.

Extraños y divertidos 50sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora