~°~•~°~•~°~•~°~•~°~•~°~•~°~•~°~•~
Michael llevaba días buscando el camino que le había explicado el senderista "profesional". Sin embargo, todo esfuerzo ha sido infructuoso: su comida se ha acabado, pues no esperaba alargar los días en ese bosque, se cayó por un terreno empinado terminando en un pequeño cauce de río que le empapó su ropa por completo. Y todo en el mismo día, que por fin desistió y admitió que está más que perdido.
Mientras estaba sumergido en sus reproches mentales y hablando entre dientes cosas ilegibles, él sonido de una rama siendo quebrada cerca. Pero muy cerca suyo emanó de repente sobre los demás ruidos del bosque. Él instintivamente se enderezó dando la vuelta hacia donde le daba la espalda hace unos pequeños momentos. Un miedo le atenazó en ese instante, pensando en las posibilidades de que sea sólo un animal, o un problema más grande, como un depredador vigilando a su persona, en la frondosa vegetación del bosque, listo para cazar.
Pero no vislumbró nada, veía de lado a lado, todo lo que le alcanzará su vista era simplemente árboles formando caminos e hileras inconexas. Pero en ese instante una ligera ventisca saco de su escondite a una cortina de colores cobrizos por los rayos del sol, de el árbol que tenía frente a si, revelando así al origen del sonido..."¿una persona? Pero... ¿Qué hace escondida?" sopesó él hecho y la intriga bullía dentro de si.
—Emmm...¿hola? So-soy Michael....— temblaba como un pájaro en plena nevada, se esforzó por no demostrar tartamudeo en su voz sin mucho éxito.
En ese instante de tensión, pudo observar como un par de ojos resplandecientes se asomaban por el tronco. No pudo distinguir el color de ojos de la persona, que al parecer era una mujer. Estaba a un poco más de un metro de distancia de aquella desconocida, de piel lechosa y libre de cualquier imperfección aparente. Michael meditó por un momento y pensó que lo mejor sería acercarse lo más tranquilamente posible, pues era evidente la desconfianza de la mujer hacia su persona, debido al hecho que en cuanto dio un paso adelante ella se escondió otra vez en su fortaleza de madera y evidenció un ritmo acelerado en su respiración.
En ese instante detuvo su avance y se rascó la nuca sin saber que hacer y volteando a todos lados por si había alguien más que ella.
Y en un instante vio una estela de luz corriendo lejos de él tan rápido que apenas lo pudo percibir, era la muchacha, corriendo... "¿Por qué?" pensó, y emprendió carrera tras de ella sin saber la razón del porque.
Su respiración se volvió agitada en minutos, y la chica parecía no estar afectada por el maratón que realizó para escapar de Michael. Esquivaba árboles, saltaba surcos o troncos caídos, pero nada la paraba, pisaba charcos enlodados, pasaba por enormes rocas que se cruzaban en su camino con tanta facilidad que se le antojó imposible que el realizará tales acrobacias con la eficacia que lo hacía ella, sus piernas empezaron a protestar. A pesar de que ya estaba acostumbrado al senderismo que ha practicado por varios años, su resistencia no creía dar para más...
Y en eso, ocurrió lo inimaginable, ella trepó el árbol enfrente suyo cual gato montes, Michael se detiene justo debajo, tomando unas grandes exhalaciones y apoyándose en sus rodillas. El golpeteo de su corazón a mil sigue durante muchos minutos, pero ahora ya más calmado, alzó la vista hacia ella...
—¡espera...detente!— dice Michael con un tono de suplica, que la hace voltear a verle con curiosidad...
~°~•~°~•~°~•~°~•~°~•~°~•~°~•~°~•~
"Tonta, tonta...¡tonta!" se decía una y otra vez, pues ¿como pudo dejarse ver? ¡Debió de tener más cuidado! No podía regresar, no existe ella, no tiene nombre ni origen, simplemente es...
—¡espera...detente!
Su voz gruesa la hizo voltear a verle, ve en su alma suplica y ruego... Se debatió por segundos ¿el qué? No tenía idea, su corazón era una ametralladora con municiones ilimitadas. Lo veía de hito en hito, parecía no haber maldad en su actuar, sus intenciones no las tenía ella claras. Pero como una ráfaga de luz atravesándola le dio la respuesta más que clara.
Permanecía de cuclillas en la rama del árbol viendo abajo a aquel inicio de adulto. Con su larga cabellera cubriendo su pecho, siendo una cortina entre sus piernas y fuera de ellas y cual capa en su espalda. Y de repente saltó sin miedo y decidida. Justo enfrente suyo se yergue con las manos de un lado a otro respectivamente y en puño. Mostrando su dominancia de la situación con el pecho alzado y su espalda recta.
Abrió la boca para intentar articular algo, pero no podía, hace mucho que el habla no fue requerida para ella, su garganta se encontraba seca y con una incomodidad enblas cuerdas vocales no utilizadas de hace tiempo...
—ttt...t-u....—inhaló lentamente con forzosa voz término de hilar la oración — ¿qui..quién...e-res?

ESTÁS LEYENDO
Eternum Natura
Short StoryNo hay tiempo... Ella sabe que no existe. No hay reglas... La vida es la única limitante. No hay caos, hay sólo calma. No hay calma, sólo es ella. No es ella, es lo que es.