Resurrección (La casa del campo 2) [PAUSADA]

Quiero encontrarme

Narra Amber:

No hubiera imaginado jamás que ese misterioso morado proviniera de una paliza que recibí.

- Y-yo...tengo miedo- confesé.

Elia me mostró una amplia sonrisa, pero no era de esas que dicen "todo estará bien", porque en muchos casos no es cierto, más bien era una sonrisa esperanzadora, una sonrisa que decía "probablemente habrán problemas, pero estaré aquí para ti".  Realmente en aquel momento era el tipo de sonrisa que más necesitaba.

No hicieron falta más palabras, ya entendía lo que quería decir.

- Meredith, estas cosas pasan una vez. ¿Sabes por qué?.

- ¿Por qué?- cuestioné, aunque imaginaba la respuesta.

- Porque esos sucesos te hacen más fuerte, y te dan una lección para la próxima. Son advertencias que nos da la vida para que tengamos cuidado.

Advertencias.

- Tienes razón- respondí.

***
No dejé de pensar en la posible relación entre la figura negra que me atacó a mí aquella noche y en la que atacó a Candy. ¿Sería posible que fueran la misma persona?.

Pensé en la posibilidad de que fuera un homicida.

- Meredith, creo que realmente deberías ir al médico- dijo Elia, sentándose a mi lado.

- No quiero que me internen y me prohíban salir.

- Imagino que estarías unos días en observación y....

- ¡No!, no puedo permitir eso. tengo algo que hacer aquí.

Elia elevó una ceja, se mostró interesada.

- Algo que hacer...¿en la vida?.

- Estoy aquí por algún motivo que no logro descubrir, parece que no será tan fácil.

- Es como si estuvieses en un libro de fantasía- río Elia.

¿Libro de fantasía?, No encuentro mi vida algo tan apasionante y mágico.

- No sé qué hacer..- confesé.

- Entonces, ¿tampoco de acuerdas de Cameron?.

- No, como te he dicho, no sé ni quién soy yo.

Sus ojos brillaron unos segundos.

- ¿No te parece maravilloso?- cuestionó, emocionada.

- ¿El hecho de no recordar nada?.

- La oportunidad que te da la vida para empezar de nuevo.

- No creo que sea eso - respondí.

- Ahora puedes ser quién tú quieras.

- Ya debía serlo... antes de olvidarlo- dije. Aunque no sé, siento que soy otra persona diferente.

- Lo dices porque no recuerdas nada.

- No, me refiero en cuanto a gustos y personalidad. La yo que me describen no corresponde a la que creo que soy

Elia me miró sin comprenderme.

- Las personas cambian- dijo al fin.

No entendía lo que intentaba decirle, así que decidí dejarlo estar.

- Y...- dijo tras mi silencio. - ¿Qué piensas hacer?.

- Antes de nada, quiero encontrarme a mí misma.

- Te ayudaré- sonrió. - Aunque dudo que se me dé tan bien como encontrar ofertas.

Me alegró conocer esta parte de Elia, me mostró una parte suya más profunda, dejó atrás su superficialidad.