Omelette

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Me separe de su cuerpo y le toque la cara suavemente. Me dio risa su expresión cuando lo detuve. Me gustaba ese lado de él, cauteloso, y a pesar de que también deseaba que me hiciera suya una vez más, mi cuerno no lo iba a resistir.

—Castiel, a mí también me encantaría desayunarte pero...— mire entre nosotros, hacia la unión de sus dedos con mi vagina y sentí como dolía pero también lo deseaba— Estoy un poco adolorida por lo de anoche...

Su entrecejo se acentuó y dándose cuenta de a lo que me refería retiro sus dedos lentamente, masajeando mi vulva derretida y me dio un beso en la frente.

—Lo siento, nena.

—No, no lo sientes— le di un beso en la frente y me baja la camisa blanca que llevaba puesta, no sabía cómo había llegado hasta riba—. Siéntate, el desayuno está listo.

Prendí la estufa de nuevo para terminar el omelette y desayunar juntos. Castiel rebusco en los estantes vasos y tapetes para ponerlos, desnudo. Como si se tratara de algo tan normal, se plantó a un lado de mi con los platos para los omelettes justo en su polla, uno a cada lado. Respingue ante la imagen y mi vagina no daba créditos al juego mañanero que se le presentaba. Sonrió al notar que ya lo había visto, mordiéndose el labio.

Ignóralo y concéntrate en terminar de cocinar, Yukimora.

Le di una última vuelta al omelette y lo vacié en uno de los platos.

—Ese es para ti, si quieres puedes ir empezando en lo que termino el mío— fui al refrigerador para sacar otros dos huevos del estante, sentía como me observaba, así que decidí jugar un poco también.

Me agache, consciente de la imagen mi lindo trasero junto con mi vulva hinchada y mojada. Agarre los huevos y me levante lo más seductora posible que pudiera, me gire y sus ojos eran el mismísimo infierno. Su pecho subía y bajaba y su pene daba espasmos... Tenía la misma sonrisa de arrogancia y se la devolví.

No eres el único que también sabe jugar, Bebe.

—Sino te lo comes rápido se va enfriar—puse los huevos a un lado de la estufa y le quite el otro plato vacío— siéntate, en unos segundos terminara el mío.

Estaba haciendo un gran esfuerzo para no lanzarse encima de mí con aquella provocación. Estaba batiendo los huevos para ya vaciarlos cuando en eso me dio una nalgada.

—¡A-Ahh! —la mezcla callo y con ella un poco de aceite me brinco a la mano. Castiel dejo su plato y me quito las cosas de las manos, bajo la intensidad del fuego y reviso mis manos—, no pasa nada, culpa mía...

—No me vengas con tonterías, te asuste cuando estabas apunto de vaciar aquello, es culpa mía— busco a tientas el aceite y una vez encontrándolo, metió un dedo en el orificio, me beso las manos y donde le indique que había sentido que me había brincado aceite, me puso en ese lugar.

—N-No sabía que con aceite se podrían quitar quemaduras—le dije en voz baja viendo como atendía mis manos.

—Bueno, de vez en cuando me tengo que cocinar algo y después de todo sirven esas mierdas de videos de cocina.

Aquello me dio risa. No me imaginaba a Castiel viendo un tutorial para hacer galletitas con forma de corazones.

Al ver mi expresión adivino en lo que había pensado y saco una sonrisa socarrona. Termino de aplicar el aceite y me dio un beso en la frente.

—Listo.

—Muchas gracias, anda ve iniciando, esto ya casi esta.

Reinicie la marcha en mi omelette y le agregué los ingredientes que me faltaban, jamón, queso, sal, un poco de cocimientos y listo. Castiel por su parte se encargó de agregar más cosas a la barra. Saco dos tazas y coloco agua en ambas y las metió al microondas. Colocó azúcar, cubiertos y servilletas.

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