Hermanos

una nueva vida

Yuuri esta será tu nueva casa - dijo Yakov con cariño a su nuevo hijo, acababa de adoptarlo, salvarlo y llevarlo a Rusia.

- . . . - Yuuri, en cambio el chico no dijo nada solo se limitó a ver la gran mansión que tenía ante sus ojos, enorme, amplia, lujosa aún no sabía exactamente había terminado ahí.

- Me alegra que estes aquí, Yuuri- Yakov estaba contento de tener un nuevo hijo, porque si tenía más.

Los padres de Yuuri murieron hacía muy poco, en un accidente muy trágico, sin tener más familia que pudiera hacerse cargo de él chico pelinegro estaba por ir a una casa hogar por la edad.

Yakov conoció a sus padres en un viaje de negocios, personas amables con mala suerte atravesando una crisis económica pero saliendo adelante gracias a su negocio.

Las malas rachas hicieron que pidiera y dinero y le debían a personas nada buenas y el negocio hotelero con aguas termales dando pocos ingresos está les fue embargada; aún así la deuda recaería en Yuuri, único hijo de la pareja, y a pesar de que la causa de sus muertes era algo dudosa nadie lo investigó absolutamente nada.

Por azares del destino justo Yackov estaba en el país, al enterarse esto fue en su ayuda encargándose del funeral de ambos y pagando una deuda millonaria que libró de un pésimo futuro a Yuuri, lo adoptó y lo llevó a Rusia con él.

Yuuri era un chico inteligente hablaba, además del japonés y ruso, otros idiomas ya que durante un tiempo el hotel fue exitoso con personas de distintas partes del mundo visitándolo, por eso quiso estudiar y aprender idiomas para ayudar a su familia.

Aunque estudió en escuelas con poca reputación y sin mucho prestigio, era muy inteligente y siempre hizo lo que pudo para ayudar a sus padres, pero todo terminó siendo en vano ahora que no estaban a su lado.

Sus padres estaban muertos y aunque sentía mucha rabia, enojo y tristeza, temía por su vida, esas personas malas seguramente irían por él obligándolo a trabajar para ellos por una absurda deuda imposible de pagar.

Pensó que era mejor morir a sufrir así pero en su desesperación un milagro sucedió; Yakov, un antiguo amigo de su padre, hizo un viaje de negocios y buscando alojarse en el que antes fue su hogar se encontró con la trágica noticia.

No supo lo que hizo el hombre mayor pero ahora estaba con él en Rusia.

- Yuuri te mostraré tu habitación - siguió hablando emocionado.

- . . . - lo siguió en silencio, desde lo ocurrido no hablaba con nadie.

- Espero te guste, pero si algo no te gusta podemos cambiarlo, el color de las paredes, la cama, los muebles, solo pídelo.

- . . . - solo asistió con la cabeza, pensando que el ruso ya hacía demasiado como para pedirle algo más.

- Te dejaré para que descanses - salió de la habitación dejando solo al menor para darle espació.

En el pasillo vio a su hijo mayor, Victor.

- Espera Vitya ven a conocer a tu nuevo....

- Olvídalo estoy ocupado, iré a patinar, a entrenar ¿recuerdas? la competencia se acerca

- Pero no te tomará mucho...

- No y dile que no se me acerque, no tengo tiempo para jugar con niños

- Te recuerdo que tú tambien lo eres...

- Tengo 16, no soy un niño como ese rubiecito - hizo un puchero.

- Es tu hermano no te portes así, ademas Yuuri tiene 13 podrían llevarse bien - tal vez al pelinegro le vendía bien un amigo.

- Otro Yuri, es más de la edad del rubio ese, ¿tiene cuantos? ¿seis?

- Vitya somos una familia, compórtate, y Yuri tiene 10

- Como sea... y es mejor que no esté en mi instituto, no quisiera tener que estar cuidándolo, que estudie con el rubio.

- Vitya!!! - quiso reprenderlo pero el adolescente se fue.

Yuuri había escuchado su conversación y se sentía mal de estar ocasionando problemas a tan solo minutos después de su llegada.

Lloró en silencio, no quiso bajar a cenar, solo se limitó a deprimirse en cama sintiéndose miserable.
.
.
.