Yuuri solo era un chico confundido y triste con la necesidad de sentirse amado pero negándose a adapatarse.
No quiso bajar a cenar, no quería ver a nadie, sin embargo al día siguiente Yakov insistió en que desayunara ante el día que les esperaba.
No pudo negarse esta vez.
- El cerdo se puso a dieta - bromeó Yuri, aunque sin ser ese su objetivo y es que solo pocos entendían que su actitud tan agresiva era porque quería llamar la atención.
- No te portes así, es tu hermano - lo regañó Yakov.
- Pero es cierto - la dureza en su mirada solo significaba que estaba algo preocupado a su manera.
- Yuuri come algo - dijo el mayor al notar la intención de Yuri.
- ¿Acaso no piensa hablar? - cuestión mientras comía.
- Será su decisión cuando quiera hablarnos, pero hoy tenemos un día muy ocupado, será mejor que comas bien - su tono de voz era dulce y Yuuri empezo a comer despacio.
- ¿Qué harán? - se interesó el rubio.
- Iremos de compras...
- Yo voy - se apuntó inmediatamente.
- No, tu jovencito tienes escuela, no permitiré que faltes además ya tienes mucha ropa
- Ya está pasada de moda, yo quiero tener lo más IN - expuso arrogante.
- He dicho que no...
- ¿Acaso quieres que sea el único que no esté a la moda? - dijo el rubio mientras se llevaba una mano al pecho, dramatizando.
- Bien pero después, este día es solo para Yuuri, tengo que comprar sus uniformes además de la inscripción, por cierto estudiará contigo.
- Aguarda, el anciano no lo quiso en su instituto privado, ¿verdad? - mencionó con burla Yuri.
- No le llames así, es tu hermano mayor y él, bueno... es especial.
- No es especial, es un tarado, estúpido, reprobó la mayoría de sus materias, ¿te lo comentó? Lo dudo, yo sí soy especial para mi edad, soy el mejor de la clase y me graduaré con honores, no como ese creído.
- Yuri basta, se te hace tarde - Yakov habló con impaciencia no quería discutir sobre el tema de nuevo.
- Cerdo que te quede claro, no somos una familia, nunca lo seremos - tomó su mochila y salió furioso.
- Perdónalo, no se ha adaptado por completo - trató de disculparse el ruso mayor.
Yuuri terminó de comer en silencio, sintiéndose mal por la discusión que presenció y más aún cuando las últimas palabras del chico resonaron en su mente tan fuertes.
Yakov lo llevó en limusina al centro comercial dispuesto a comprarle la mejor ropa, aunque Yuuri solo escogía ropa negra o azul, negándose a lo que Yakov le pedía probarse, solo escogió dos conjuntos, más el mayor compró todo a lo que el chico miraba por más de tres segundos.
Le compró productos para su aseo personal, todo lo que tuviera esencia a vainilla que noto le gustaba, pues al pelinegro le recordaba el aroma de su madre.
Lo llevó a comprar un traje de gala, "nunca se sabe cuando será nesesario" eran los pensamientos del ruso.
Incluso compró el uniforme escolar; a pesar de aún no haberlo inscrito sabía que en la escuela no se negarían, también le compró lo necesario como cuadernos, mochila entre otros accesorios de uso escolar.
Luego de sus compras dejaron todo en la limusina para ir a la escuela, la segunda mejor en Rusia.
Como era de esperarse ante un hombre importante como Yakov realizar el proceso de inscripción fue fácil y rápido, Yuuri se integraría al siguiente día al curso y los profesores estarían enterados de su trauma y su elección de permanecer callado ante todo y todos.
Así no le molestarían.ñ y lo cuidarían.
Después de eso fueron a comer, el mayor esperaba así averiguar más sobre el chico, sin embargo no tuvo éxito.
Yuuri no ponía atención a nada, a ninguna de las conversaciones de Yakov, hasta que el mayor mencionó algo que llamó su atención.
- Yuri es algo extravagante, le encanta la moda y es algo rebelde pero es un buen chico; que te insulte es algo bueno, si te ignorara significaría que le da igual - trato de hablarse sobre sus nuevos hermanos.
- . . . - el menor miraba por la ventana escuchando sin prestar atención.
- Vitya es... - suspiró - se cree único, una estrella, no es bueno en los estudios pero ama patinar tanto que todo su esmero lo dirige al patinaje... - noto un cambio y que el niño lo miraba.
Eso captó su atención.
- Hay una pista cerca ¿quieres ir? - mencionó Yakov al notarlo.
-... - Yuuri asintió - sí - murmuró tan bajo que nadie lo escuchó, ni él mismo.
- Claro que si - el ruso estaba feliz de obtener al fin una respuesta positiva, pagó la cuenta y rápidamente pidió al chofer ir a la pista de hielo.
Yuuri estaba encantado, cual niño en dulceria, mirando todo.
Yakov alquiló un par de patines ya que no le compró unos al no saber que al menor le gustaba patinar.
Una extraña coincidencia, Victor ama patinar, Yuri también y ahora Yuuri, quizás el hielo los uniría a los tres algún día, o eso esperaba.
Yuuri solo patinaba dejándose llevar por los patines, era como si al hacerlo su dolor se fuera.
Se delizaba tranquilamente, sintiéndose abrigado por el frío de la pista al no tener algo abrigador, apenas realizó unos giros en el hielo y se sintió tranquilo, incluso se dibujó en su rostro una leve sonrisa que no pasó desapercibida por Yakov.
Había encontrado una nueva manera de curar sus heridas.
Patinar se llevaba todo lo malo y aunque cayó al intentar dar un salto, no se sentía tan libre desde lo ocurrido. En Hasetsu también había una pista, Yuuri no se creía bueno en eso, aunque solía ir cada que podía porque amaba la sensación de estar sobre unos patines.
Se sentía libre, era él mismo dejándose llevar, viviendo.
Yakov encontró la manera de curar el dolor del chico, le compraría un par de patines y le ayudaría a mejorar; sus movimientos aunque torpes eran hipnóticos por la pasión con la que patinaba.
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Hermanos
FanfictionVictor, Yuuri y Yuri... Tres chicos con pasados difíciles reciben la oportunidad de cambiar sus vidas. Yakov, un hombre solitario que decide adoptarlos bajo distintas circunstancias. Convertidos en hermanos, los tres chicos deben aprender a convivir...