—¡Manos arriba, esto es un atraco! —Gritaron las chicas con las armas apuntando a cada persona que veían moverse en aquel local.
Aquel hombre de avanzada edad rebuscó en la caja registradora todo el dinero y los billetes que había en ella y se lo entregaron a las chicas en una bolsa.
—Así me gusta, que sea generoso.
Dijo Shay mientras sonreía cínicamente a aquel señor.
Las chicas salieron de aquel local a toda prisa entrando en el coche robado que conducía Jackie.
—¡Vamos, pisa el acelerador, Jackie, no hay tiempo! —Gritó Ashley.
Las chicas aceleraron a 200 km/h mientras se dirigian a un descampado lejano y desconocido, para después quemar el coche y no dejar pruebas, no sin antes cojer el saco de dinero.
Entre risas, Ashley comentó:
—¿Sabéis dónde se puede robar más dinero?
—¿Dónde, capulla? —Preguntó Jackie.
—En California. —Dijo Ashley, en tono de burla.
—No, esperad, chicas, es cierto, en California la gente está forrada. Tienen dinero hasta para limpiarse sus asquerosos culos americanos.
—¿Y salir de Inglaterra? ¿Debo recordarte que tenemos una casa aquí?
—¡A la mierda Inglaterra! ¿Sabes cuanto dinero podemos sacar allí, tía? —Dijo ashley
—Claro que lo sé, pero aquello está colapsado de policías, mucho más colapsado que en Inglaterra. Esto es una tontería, Shay.
—Si lo miras bien, la casa que tenemos aquí es alquilada, con lo cual podemos largarnos cuando queramos. Además, ¿En serio vas a preocuparte de tres o cuatro policías de más que anden por allí? Nosotras somos las mejores robando, y tu fuiste la primera en decir "De ahora en adelante nuestros días serán fiesta" después de salir de aquel infernal internado, ¡hay que correr riesgos en la vida! —Animó Ashley.
—Exácto, Jackie, no puedes contradecirnos y no puedes quedarte sin nosotras aquí, en Inglaterra.
Jackie lo pensó por unos instantes, la verdad es que la idea de salir del estado no le parecía mala del todo, aunque por otra parte tampoco quería cagar tantos años de esfuerzo para que no la pillasen. Finalmente, entre los discursos esperanzadores de Ashley y Shay, Jackie asintió desesperada.
—¡Esta bien, está, bien, está bien, chicas! Iremos a California. —Las dos chicas saltaron y gritaron efusivamente. —¡Con una condición!
—¿Condición? —Preguntó Shay.
—Ser más precavidas. En California está todo como más avanzado, ¿de acuerdo?
—Joder, la que menos quiere ir es la que más sabe de ese sitio.
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Bad Pink Girls
RomanceAshley Pieters, Jackie Bradley y Shay Thomson son tres chicas que escaparon de un internado con tan solo 15 años de edad. Esta experiencia y la falta de dinero, les motivaron al robo a mano armada. Empezaron a robar en pequeñas tiendas por alrededor...