cap. 4

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<< regla Nr4 para organizar bodas: La novia siempre tiene buen gusto, a pesar de que su gusto se asemeje al de una niña de 5>>

Anmelye se encontraba en su cama disfrutando del sueño profundo cuando al fondo se escucho algo, un ruido, frunció el sueño y lo acato a que era parte del sueño, pero poco a poco el ruido se iba intensificando.

Se sentó en la cama algo adormilada, el estruendoso ruido había acabado con su sueño y con la paz que abundaba en ella, trato de colocarse de pie pero las sabanas se enredaron en su cuerpo logrando en cambio que ella callera de cara al piso, gruño aun con la cara contra el frio piso de madera, desenredo sus pies y se coloco de pie

Valla forma de empezar el día...

El ruido se hizo presente de nuevo, pero esta vez sí sabía de dónde provenía, era el timbre, solo hizo falta otro timbrazo para que la poca buena energía que le quedaba se evaporara

¿Quién demonios viene a mi casa un sábado?

Todo el que conocía a Anmelye sabía que el peor pecado que se podía cometer era despertarla un sábado antes de las 10:00 am, para ella los sábados eran tan sagrados como sus tacones, nunca despiertes a Anmelye un fin de semanada temprano

Llego hasta la puerta soltando palabrotas nada dignas de una dama, al abrir solto lo primero que se le vino a la mente sin siquiera ver quien era

-¿Quién demonios te crees para venir a despertarme un sábado? – dijo ella, al alzar la mirada su respiración se tranco

¿Qué hace Él en mi casa?

-soy Alessandro Bianchi, un gusto – le extendió su mano con humor

-que haces tú aquí – le pregunto ella con su habitual frialdad

-que descortés de tu parte tratar mal a las visitas – ladeo una sonrisa

-se puede cuando la visita no es deseada – ella se cruzo de brazos – es para dar una señal clara de que no los quiero aquí

El se quedo viéndola un rato, como si tratara de encontrar el secreto del universo en los ojos de Anmelye, ella se sintió algo incomoda, se sintió como si estuviera desnuda ante él

-asique así te vez sin ellos – soltó él en el incomodo silencio, bueno, era incomodo para ella

-¿sin qué? – frunció ella el seño

-sin los tacones – la observo de nuevo y soltó un ''jumm'' como si estuviera pensando – eres más pequeña de lo que esperaba

Ella lo miro ofendida y sintió ganas de lanzarle la puerta en la cara, ella ya sabía que era de una estatura pequeña y no necesitaba que un italiano con altura de jirafa, se lo recordara

-me dirás que haces aquí o esperaras a que te cierre la puerta en la cara – dijo apretando los labios

-solo venia a buscarte – Anmelye frunció en seño sin entender – kattie me mando a buscarte, dijo que era tu prueba de vestido

Ah, claro el vestido

Anmelye aparte de ser la organizadora es la boda, era la madrina, pero a pesar de que Anmelye tiene el control de toda la boda hay algo en lo que a anmleye no se le permite ni saber el tipo de tela y es su vestido, el trato es que kattie elije todo en referente al vestido y luego el día que ella quiera decide que es el momento de mostrar el vestido a la madrina.

¡El día que decidió enseñarme el vestido tenía que ser un sábado!

Anmelye bufo, ya era hora de que la dejaran ver el dichoso vestido, ella sentía nervios, conocía a kattie y sus gustos eran los de una niña de 5 años, la realidad de todo es que Anmelye tiene estilo y ama la ropa, pero odia con su alma el rosa

¡NO más Hombres!(NM#1) (Sin Editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora