Quinta parte

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Los gatos han sido objeto de diversos temas publicitarios almanaques, fotografías, obras de arte de pintores famosos, me pregunto qué han pretendido mostrar cuando eligen a los gatos como tema central de la obra, no sé si la ternura, su indefensión e inocencia, su encanto o su actitud de fisgones o curiosos. estas condiciones son inherentes a los gatos, además de ser los únicos husmeadores de todo rincón que encuentran, palpan todo a su paso pero no por ello se han dejado utilizar por el hombre, como lo hacen con los perros a quienes muchas veces los responsabilizan del rastreo, para luego exculparse de la responsabilidad cuando los humanos son cómplices de tráfico de sustancias o explosivos, en ocasiones hacen ver a estos indefensos canes como héroes cuando aparecen en alguna misión producto de la irresponsabilidad, debilidad y cobardía de algunos humanos. Irónicamente en mi país condecoran a muchos hombres por su arrojo y valentía entre comillas, que tristeza, la que logran como resultado de la misión de los animales, han llegado al extremo de utilizar ratones para la búsqueda de explosivos y persecución de delincuentes y aun así siguen siendo condecorados, diría que por aprovechados y cobardes en el entendiendo que al olmo no se le pueden pedir peras.

Me encanta la conformación biológica de los felinos refiriéndome particularmente de los gatitos, cuerpo alargado y flexible deseado y quizá envidiado por los acróbatas y atletas, no existe diferencia entre la hembra y el macho de su masa corporal, en otros términos no es tan odiosa como la nuestra, uno no encuentra esa línea de distinción, ellos realmente se parecen, parecido delineado y definido por la naturaleza, este hecho me permite pensar y recapacitar que nosotros la especie humana por decisión de la natura si somos diferentes, la mujer es absolutamente distinta al hombre anatómicamente, distinción marcada aún más por las pasiones, los odios, temores y debilidades promovidas por políticos corruptos y decadentes, culebreros y mentirosos, reflejo de la sociedad consumista que nos agobia, es error pretender cualquier parecido forzado e implantado, no quiero pasar por machista, sino porque va en contra de la natura, en contra de las leyes que regulan el equilibrio universal esencia de la sabiduría y conformación de las especies.

La gente en la calle oculta sus miedos, sus temores, sus pasiones y debilidades de diversas maneras, unos utilizando la mendicidad para probar su miseria humana ante los ojos indiferentes de los demás, otros y otras mintiendo como medio de subsistencia, otras exhibiendo sus falsos atributos utilizados como engaño permanente, otros implantando el orden y la disciplina que no les enseñaron en casa y mucho menos en la escuela a la que nunca fueron, mientras intencionadamente con cortinas de humo ocultan los atroces delitos, los que coloquialmente llaman "delitos de cuello blanco", cometidos tras la búsqueda y ostentación del poder, desfalcos suficientes para ir a beber al yoqui club y luego los utilizan de bandera electorera que ironía; cuando la verdad es que todos los habitantes de mi país estamos pasando por una emergencia generada por la irracionalidad y deshumanización, fenómeno implantado grotescamente en nuestro país. Acontecer y atropello que sin duda Panchita y Félix ignoran, por eso prefieren dormir sin angustia y sin preocupación de nuestra tribulación, lo que me permite concluir que ellos son más confiables e incondicionales frente a estas situaciones ya que no alardean ni mienten; Panchita y Félix son testigo de mi desvelo por la injusticia ellos no reclaman nada por su compañía y mucho menos por su solidaridad y comprensión, trabajo del que nunca tienen la oportunidad de conocer pero que muy seguramente por instinto, saben que se trata de mis denuncias, en fin en nuestro apartamento el de Paola, Panchita y Félix me pregunto ¿qué hago en la calle?.

Espero que ya no escudriñando como hace escasos treinta años, cuando mis caminatas tenían un propósito, de búsqueda, de hallazgo y de denuncia premonitoria, las mismas que mis compañeros de aula nunca atendieron ni comprendieron, en las que anuncie que somos mercancía de compra y venta según las necesidades: ¡Dije en aquella ocasión!.

Quiero contarles que hoy vi

Mujeres que se compran,

Hombres que se regalan

Y curas en una esquina.

Obreros que se explotan,

Libros que se reciclan

Y estudiantes que se asesinan en la otra

Me quieren decir o quiero decir por favor

Que puesto ocupamos o llegaremos a ocupar

En el mercado de la vida....

Respecto a la ternura de Panchita y Félix, no encuentro palabras para expresarla, pero creo que es suficiente con comprender, el profundo silencio en que viven, con su incondicional comportamiento, con las caricias que brindan sin que nadie se las pida o les insinué que las ejecuten, con su manera profunde y desprevenida de dormir, en fin con todas sus rutinas.

Su indefensión e inocencia es un tema que me duele y me hace responsable igual que a todos los humanos, no existe en mi país una ley que proteja la vida de los felinos y mucho menos de otras especies en estado de extinción y en general de ninguna otro especie viva, nosotros para justificar actos de insensatez, salvajismo y barbarie frente a la perdida de la vida que le arrebatamos a otras especies y aun a los nuestros, acto definido como muerte el que estúpidamente justificamos a manera de ejemplo diciendo que por haberle quitado la vida a un gatito negro les va a llegar una racha de mala suerte, fetichismos injustificado, establecido y divulgado por el hombre para eludir la responsabilidad que corresponde, la sociedad ni la ley obligan a nadie que recoja el cuerpo de una especie viva en calidad de víctima en el entendido de que víctima es todo aquel que sufre un menoscabo en su vida, en su salud, honra, bienes o dignidad; como mínimo debería existir la obligatoriedad de recoger los despojos del escenario de los hechos por respeto a la vida, para evitar mayor maltrato consecuencia de la irracionalidad; en estas circunstancias no aplica la culpa en un minúsculo asomo de imprudencia, negligencia o impericia cuando realmente se esta es frente a un biocidio que no es otra cosa que un crimen contra la vida, toda vez que implica la muerte de un animal sin necesidad, como acertadamente lo definió la ONU, aun que sigamos fanfarroneando de ser una especie distinta o superior de las demás por ser lógicos y hacer uso de la razón, pero en todos las actos de nuestra cotidianidad ignoramos y pisoteamos la dignidad y el respeto por el otro; comencemos por preguntarnos cuál lógica? si ello fuera así lo mínimo que nos corresponde es levantar el cuerpo inerme con prontitud, arrepentimiento y dolor a causa de tan desproporcionado acto. Entendiendo que el proceder habitual en estos eventos y circunstancias es la indiferencia y la fuga por falta de respeto frente al otro, que es nadie menos que la víctima, en este caso el ejemplar atropellado, ¿qué decir de la dignidad? no conozco ley que reproche o castigue la aparición y el sometimiento como objeto de burla de ejemplares en espectáculos circenses o de tauromaquia, ¿por qué será? La obviedad es que el menoscabo de las demás especies es lo de menos, si con ello se satisfacen las pasiones y apaciguan las aberraciones, la violencia innata de quienes asisten al bárbaro mal llamado espectáculo, todo bajo el entendido que en nuestro país la vida no vale nada. 

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⏰ Last updated: Aug 06, 2017 ⏰

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Mis gatos y yoWhere stories live. Discover now