Capítulo 1

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Al fin llegamos a Nueva York, una ciudad de locos...o eso dicen las noticias cada mañana. Bajo del avión con ayuda de mi padre, mientras cuidaba que no cayera me avisaba cada vez que se acercaba el siguiente escalón.

-Fue el último, preciosa- dijo mi padre, solté su mano para poder caminar mejor. Entramos al aeropuerto y escuchaba el movimiento del lugar era un ruido impresionante llegaba al lastimarme un poco. Después de ir por las maletas y recoger la jaula en la que venía mi gato salimos de ahí pude sentir el sol en mi cara, ese calor tan reconocible entre tanto frío, esa pequeña claridad entre tanta oscuridad.

Es algo maravilloso pensar que viviré en una ciudad tan grande e impresionante, daría todo por poder admirar esas vistas, esos edificios, esas construcciones y bueno ustedes se preguntarán ¿para que tanto anheló si el momento había llegado?...pues bueno es que soy ciega...

Mi tipo de ceguera me permite ver la luz, es "ceguera parcial", aunque solo pueda ver ese típico cambio de luz como cuando estás dormido y encienden la luz en el cuarto y aún con los ojos cerrados la notas, exactamente asi, solo eso ni un bulto ni movimiento, solo luz....

Tomamos un taxi para llegar a nuestra pequeña casa, más bien un condominio ya saben casitas iguales y juntas, aunque no pared con pared pero ya entienden mi punto ¿no?. En esta parte de la ciudad aunque no estuvieramos cerca de las calles principales el ruido aún sigue siendo muy notable, pero no quita que la sensación del aire y el sol son diferentes y el olor más que nada.

El camión con nuestras cosas llegó a tiempo, anteriormente no vivíamos tan lejos de la ciudad más bien como a unas 7 u 8 horas en automóvil, pero iba a ser muy pesado para mi padre y para mi así que optamos por venir en avión y que las cosas llegarán en camión, obviamente se las llevaron un día antes. Toque mi reloj y al sentir los brailes supe que era las 9:10 a.m, muy temprano para mi.

- Lissa!, princesa!- volteó sonriendo- estás en la luna conejita- se ríe.

-Lo siento- me rio- ¿Que sucede?

- ¿Puedes tomar la jaula de Dorian y llevarlo dentro?- asentí y lo tome- gracias.

Tome mí bastón y subí las pequeñas escaleras para poder dejar a Dorian dentro de la casa hasta que el rechinar de una puerta se escuchó no tan cerca de mi y la voz de una mujer un poco mayor, por su tono, se hizo presente.

-Bueno días, así que ¿Ustedes son los nuevos vecinos?-sonrei ante su comentario.

-Si, así es- contesta mi padre.

-Oh que grocera soy, mi nombre es May- unos pasos rápidos se escucharon- y el es mi sobrino Peter.

-Un gusto May, un gusto peter- yo me acerco a ellos- yo soy David, o y ella es Lissa, mi princesa- siento que me da un beso en la sien.

-Paaaa!- que vergüenza Dios.

Pov Peter.

Mi tía me levanto muy temprano, estaba muy emocionada porque los nuevos vecinos llegarían hoy y quería ser amable con ellos, ya que no hablaba con muchas personas aquí y la verdad pasaba mucho tiempo sola.

Me asomé solo un poco en la puerta y note a un señor un poco grande y en la entrada de su casa una chica más o menos de mi edad, que extrañamente miraba a la nada con una sonrisa, me llamaba mucho la atención su actitud. Me acerqué a mi tía.

- y el es mi sobrino Peter- miré al señor a los ojos.

- Un gusto May, un gusto Peter- nos estrecho la mano, vi que la chica ya estaba con nosotros- o y ella es Lissa, mi princesa- beso su cabeza.

-Paaaa- se vio muy tierna su reacción.

- La señora May está a las 11:57 y Peter a las 12 en punto- dijo David y Lissa soltó una risita. Que extraño que dijera eso, hasta que noté que tenía un bastón para inválidos pero...oh Dios ¿No ve?.

Te Siento (Andrew Garfield y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora