El chico

Capítulo 4

Si si, está llorando. ¿Qué le pasará?
Me voy acercando sigilosamente sin que pueda oírme hasta su sitio, y cuando llego, veo que tiene su cara escondida entre sus brazos, boca abajo.
Pobre. Me da pena.
-Oye-le toco su brazo-¿te encuentras bien?-le digo con tono cariñoso.
Cuando nota mi brazo rozar su piel, se asusta, pero luego ve que soy yo y me deja.
Sin levantar la cabeza, me dice:
-Si, estoy bien, no hace falta que te preocupes por mi.-utiliza un tono lloroso.
¿Cómo no me voy a preocupar por una persona que está llorando?
-Si, si que me preocupo. Estás llorando, y algo te pasa.
Tras decir eso se forma un silencio. Poco a poco va levantando la cabeza y me mira.

Ai dios.

Tiene toda la cara mojada por sus lágrimas, roja por haber llorado y también los ojos-no me había dado cuenta, pero tiene unos ojos azules preciosos-y está triste.

Abre la boca para intentar hablar, pero no le sale.

-Aaron, escúchame, no te voy a comer ni voy a hacerte daño ni nada parecido, ¿vale? Tan solo quiero ayudarte.

Escucha mis palabras y asiente.

-Es que...el haber cambiado de instituto, de lugar, de amigos...de todo, me está matando. Echo mucho de menos todo aquello.

Pobre, nunca he llegado a vivir eso, siempre he vivido en el mismo sitio y mis amigos son de toda la vida, desde que teníamos 3 años.

-Ei, no te preocupes por eso, eso al principio es normal, pero ya verás que poco a poco te vas a ir a acostumbrando y tendrás nuevos amigos y te lo pasarás en grande. Porque un chico como tú se lo merece.-le digo decidida mostrándole una sonrisa.

Se limpia los ojos y me mira a los ojos, me sonríe y me da un apretón en la mano.

-Gracias, enserio.
-No tienes porque darlas.-le contesto mientras aún nos miramos a los ojos.

Me levanto y me pongo de pie. El hace lo mismo.

-Bueno, Aaron, si te parece podemos ser amigos, ¿te parece?

Me asiente sonriendo.

-De acuerdo, bueno, soy Emma
Jones, encantada de conocerte-le digo dándonos un apretón de manos.
-Aaron Johnson, un placer.-me dice mientras sonríe y mantiene contacto con sus ojos.

Le devuelvo la sonrisa y nos quedamos en silencio sonriéndonos.

Qué ojos tan bonitos...

Me da la impresión de que mi amistad con Aaron va a ser muy especial.

Tras presentarnos nos dirigimos a salir de la clase rumbo a la cafetería, donde nos esperan nuestros compañeros de clase.