The Beauty and The Wolf

Capítulo 11

-Solo se podían escuchar los sollozos de la pequeña Lauren por todo el camino mientras con sus pequeñas manos se aferraba a la camisa del mayor, era llevada como un saco de papas, solo pensaba en llegar con su mami y pensar que todo lo sucedido no era nada más que un mal sueño, entonces despertaría y su mami le iría a levantar de la cama para desayunar junto a ChanYeol Oppa y JongDae Oppa unos ricos panqueques que el último prepararía, y sería todo completamente feliz como siempre. Pero por más que apuñaba sus ojitos, aquello no sucedía. Solo lograban que su cabecita doliese y comenzara a sentirse mareada.-

¿Podrías callarte de una maldita vez, mocosa? –Murmuraba JongIn, con los dientes apretados zarandeando un poco el pequeño cuerpo de la infante, cosa que solo provocaba la menor llorase más.-

Q...Quiero a mi ma...mi -Murmuraba la pequeña entre el llanto tratando de apartar las lágrimas con sus pequeñas manitas. A pesar de su edad era una pequeña muy inteligente, puesto que sabía si hacía más escándalo el mayor podía hacerle daño. A lo lejos pudo escuchar pesadas pisadas venir en su dirección, su pequeño corazoncito latió como loco, tenía muchas sensaciones encontradas; por un lado estaba feliz porque pensaba podía ser su mami quien venía por ella, o tal vez se trataba de ChanYeol Oppa que venía a rescatarla. Levantó parte de su cuerpecito apoyándose con ambas manos en la espalda del mayor, intentando divisar entre su cabello a la persona que sería su salvadora. Sus ojitos se agrandaron un poco y volvieron a llenarse de lágrimas al ver que quien venía a lo lejos no era nadie más que JongDae Oppa, y un rayito de esperanza volvía a su corazón.-

¡Tienes menos de 5 segundos para bajar a la niña Kim JongIn, o atente a las consecuencias! –JongDae estaba rojo debido al coraje que sentía en ese momento, ver a la pequeña así de destrozada y asustada le partía el alma. JongIn nunca volteó, cabe destacar. Al contrario, continuaba avanzando como si no hubiera un mañana. JongDae estaba por demás molesto, sabía que la única forma que tenía de alcanzar al hombre era mostrando su otra forma y está de más decir que no tardó casi nada en tomar dicha decisión, puesto que en cuanto a la pequeña había alzado la mirada, un hermoso lobo de ojos color miel estaba corriendo tras de ellos, casi alcanzándolos. Lauren no podía sentirse más feliz en ese momento, las opciones para JongIn se estaban agotando, podía enfrentar a JongDae y huir para siempre con la menor como mera venganza para el Alfa, o bien, podía abandonar a la pequeña y huir como un cobarde. Un gruñido salió de sus labios, él no era ningún cobarde, por algo era el beta de la manada, o para cómo iban las cosas, el ex beta. Se percató de que JongDae llevaba en ese momento una gran ventaja y estaba seguro de que pronto lo alcanzaría, así que chasqueando su lengua tomó a la pequeña Lauren por la cintura lanzándola en el aire, transformándose de un momento a otro en un hermoso lobo de pelaje negro y ojos marrones. La pequeña Lauren comenzó a gritar asustada, estaba segura que moriría en ese momento, ningún humano podría sobrevivir a ello. Cerró sus ojitos esperando lo peor, despidiéndose de su mami Baek en silencio, sus lágrimas corrían por sus mejillas y de pronto, algo detuvo su caída. Se sentía aturdida, miraba a todos lados notando que estaba lejos del suelo, su respiración agitada, y unos fuertes brazos rodeándola. Subió su mirada sintiendo su cuerpo temblar debido al temor y al ver a su salvador sus lágrimas bajaron cual ríos mientras se refugiaba en el pecho de su héroe.-

Está bien, pequeña... Ahora estás a salvo –La gruesa voz del Alfa nunca se había escuchado mejor desde que lo conoció, sus manitas se aferraban al pecho del hombre mientras este la reconfortaba con besos en su cabeza a la vez que la mecía con suavidad. JongDae no se había detenido ni un momento de su persecución con JongIn, apenas había sentido a su Alfa cerca sabía que la pequeña Lauren estaría bien, ahora su objetivo era capturar a JongIn.