Narra Natalie.
Estoy abrazando a mi hermana cuando escucho la voz de mi primo, que está hablando con la vecina que me ha acompañado.
-¿Qué ha pasado?—escucho que pregunta mi primo, pero yo sigo llorando y abrazando a mi hermana.
-Tu abuela—responde la vecina.
-¿Que le ha pasado a mi abuela?
-Ha muerto—cuando escuché eso, llore aun mas.
Lo suponía en el momento en que vi a mi hermana, pero el escucharlo de otra persona lo hacia mas real, real y doloroso.
Nos quitan las mochilas a mi y a mi primo, ya que aun las teníamos puestas y nos sentamos en el porche de la casa junto a mi otro primo, yo y mi hermana en el suelo y mi primo en la escalera con su hermano.
Meto la cabeza entre mis rodillas y sigo llorando hasta el punto de que no me quedan casi lágrimas siento los brazos de mi hermana a mi alrededor pero no levantó la cabeza.
Una vez estoy mas tranquila saco la cabeza de entre mis rodillas y empiezo a respirar más fácilmente.
Los vecinos y gente cercana no dejan de entrar y salir de casa de mis abuelos y los llantos del interior retumban por toda la casa.
Al rato veo como la cortina se vuelve a abrir, pero esta vez es mi madre junto a mi tia.
-¿Quereis entrar a darle un beso a la abuela antes de que se enfríe?—no podía decir nada sentía que las palabras se ahogaban en mi garganta, mi hermana hablo por mi dando una negativa.
Y no se equivoco no podía entrar ahí, no podía ver como ella no estaba.
Ya no me regañaria por algo relacionado con Ashley o me contaría una de sus historias, pero lo mas doloroso, no volvería a verla nunca, ni escucharla, nada.
Después de un rato mi cuñado se sentó junto a mi y me abrazo cuando volví a llorar, entre a casa de mis abuelos y entre al salón, mi abuela estaba en la habitación, por lo que no la vería.
Me senté en su sillón y vi su ropa colocada en el espaldar de la silla, la toque, al lado, en el suelo, estaban sus zapatos.
Mi mundo se estaba derrumbando poco a poco y no me daba cuenta de ello.
Mi padre, hijo de mi abuela llego poco después llorando, él estaba trabajando cuando lo llamaron y por eso tardo mas en llegar.
Mi hermana entro al salón y se arrodillo frente a mi para abrazarme.
No se cuanto tiempo llevaba aquí solo se que me parecieron horas.
Mi mirada quedo en un punto figo mientras mi mente viajaba por el pasado recordando lo vivido con mi abuela, mientras lágrimas caían por mis mejillas.
No entendía nada, el día de antes la visite y estaba mejor que nunca, mi madre me ha dicho que me iría con mi tía.
Mi tia llego poco después y me llevo a su casa, hoy era jueves y no iría al colegio hasta el lunes.
Hoy ya era lunes tenía que asistir al colegio y no quería.
El Viernes mi abuela materna vino a visitarme y recuerdo que la abrace con fuerza.
El Sábado fui al tanatorio y estuve a hasta la tarde, esa tarde a las 16:00 fue el entierro.
Y hoy me tocaba enfrentar el instituto.
En el autobús Ashley me pregunto como me encontraba le respondí que no estaba bien del todo.
Las chicas solo me dieron el pésame, pero cuando llegue al lado de Sam y Mel, ambas me abrazaron hasta dejarme sin respiración, estuve a punto de romper en llanto.
La clases pasaron demasiado lentas, pero nos dijeron que en la hora de matemáticas iríamos a una librería, por el día del libro.
En el camino de vuelta de esa mini excursión la profesora de artes plásticas me pregunto por mi ausencia del viernes obviamente le conté todo.
Los días pasaron, y, yo cada vez lo pasaba peor no paraban de meterse conmigo, en este tiempo deje de ser yo, de hablar como antes y a fingir estar bien, cuando por dentro mi corazón estaba peor que un saco de boxeo y yo peor que él.
Sali de la cafeteria y volví a chocar con Aaron, sabía que era el por su olor, aunque esta vez a chocado él conmigo.
-Siempre estamos igual ¿eh?—le vi como sonreía y creo que es la primera vez que lo veo así parece que los papeles se han invertido y ahora soy yo quien no sonrie.
-Si—respondí seca y el pareció darse cuenta porque frunció el ceño.—adiós.
Me fui, pero antes mire hacia atrás viendo la cara de confusión de Aaron en su rostro.
En el autobús todos hablaban mientras, yo, solo miraba por la ventana.
Mi vida a cambiado de un día para otro y yo lo he hecho con ella, después de todo lo que me está ocurriendo en el instituto he dejado de confiar en la gente, y después de lo de mi abuela mi corazón se rindió, se rindió en el ring de mi vida, la mierda que me ocurría ganó la pelea, la cual costara que haya una segunda ronda.
-A Natalie podríamos dejarla con su abuela materna y que no vuelva con nosotros.—dijo uno del autobús, mi abuela materna vivía en otro lugar diferente.
-Creeme que estaría mejor allí que aqui—y me baje del autobús, llegue a casa, comí, y me fui a mi habitación ya no salgo de ella, solo que para comer.Hice los deberes y sali para ir al baño entre e hice mis necesidades, me lave las manos y vi una cuchilla encima del lavamanos, la cogí y la puse sobre mis muñecas.
Mierda, no puedo
Arroje la cuchilla a la papelera y me fui del baño.
Me acosté en la cama y me quede profundamente dormida.
-Vaya no has tenido agallas para hacerte un pequeño corte ¿no?—hablaba alguien pero no sabia quien ya que no le veía la cara.—cobarde.
Me levante de un salto de la cama y cogí un cuchillo de la cocina, lo coloque sobre mi muñeca, y, ahora si corte, no fue profundo, no quería morir, sentí dolor, pero ni llegaba a ser ni la mitad de doloroso de lo que yo estaba pasando, me hice otro, así hasta que me canse y me volví a la cama.
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Hooola!! Como estais?Este capitulo me ha costado escribirlo.
¿Habeis llorado? Porque yo si lo he hecho escribiéndolo.
Besisss😘😘
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Mi salvación
Teen FictionHola mi nombre es Natalie tengo 17 años probablemente pienses que es el típico cliché y a lo mejor no te equivocas, quien sabe, pero, puedo asegurarte que no soy una "friki" ni una "popular"ni "timida y callada" pero tampoco la malota del instituto...