03

29 2 4
                                    

Avan

Es la salida y no puedo esperar más a ir a mi casa, necesito distraerme y Aisha hacia eso muy fácil para mí.

Cuando llego a mi moto me apoyo en ella esperando a Aisha a que salga de su clase de matemáticas.

Veo como un grupo de chicas pasa a mi lado y se ríen nerviosamente y varias me miran, pasó desapercibido de su coqueteo y sigo mirando la entrada.

Veo que unos compañeros del equipo vienen hacia mí y la mayoría tienen su vista fija en el trasero del a chica nueva la cual está pasando al lado de mi con un cigarrillo en sus delicados labios, otra vez.

La volteo a ver y su cabello se balancea cada vez que da un pequeño paso. Los chicos hacen señales obscenas que me percato que ella nota pero los ignora. Tal vez esté acostumbrada.

—¿Ya vieron a la chica nueva?—pregunta en general Levi cuando llega a dónde estamos todos reunidos.

Es de complexión atlética, unos brazos bien trabajados al igual que su abdomen y piernas, pelo negro azabache y ojos color esmeralda.

—Es mi compañera en artes y dios, está buenísima, aparte es hermosa pero lo bueno no se le quita—dice Otto en respuesta Levi.

Otto es de piel morena y pelo negro al igual que el de Levi, solo que Otto tiene ojos color café.

—Yo si me la echo—dicen Levi y Noah al unísono, lo que nos hace reír a todos.

Noah, ojos azules, pelo rubio, es el carismático de nosotros y entrena mucho.

—Es mi compañera en biología y la verdad me gustan mucho sus ojos pero vamos no puedo negar que está buenísima, pero tengo a Aisha—me encojo de hombros—. Además la he visto fumar y no es que me desagrade pero no lo sé, me trae una sensación rara.

—Ahora resulta que no te gusta fumar, señor compro marihuana casi todos los fines de semana y me la acabo en una sola noche—replica Tyler.

Y bueno Tyler es piel blanca con pelo color castaño rizado y tiene ojos color miel.

—Cállate—le pego un golpe en el hombro.

Los demás se ríen por qué mi consumo de drogas no es tan privado, tampoco es que vaya por ahí metiéndome coca y LSD pero la verdad de vez en cuando si fumo un poco, solo para olvidarme de mi vida perfecta y aparentar que es algo normal.

Cuando llega Aisha los chicos la saludan y seguidamente se van.

—¿Mi casa o la tuya?—pregunta pícaramente.

Tomo sus caderas con mis manos y la aprieto contra mi, gruñe en respuesta por qué siente todo.

—La mía, bebé.

La subo en la moto y nos dirigimos a mi casa, en el camino siento cómo se restriega Aisha contra mí sin ningún pudor de estar en público, lo ignoro por qué se siente bien.

Cuando llegamos a la casa todo está vacío, mis papás llegan hasta las nueve de la noche o incluso si tienen mucho trabajo no vienen a la casa, me estresa mucho eso por qué en tiempos siento que ya no tengo padres.

Dejamos nuestras mochilas en la sala y la tomo de la mano para subir las escaleras y llevarla a a mi cuarto.

Cuando llegamos a la puerta ella no espera ni un segundo más y se abalanza hacia mí.

Sus labios atacan los míos con tanta ferocidad que me hace pegarme un poco a la puerta, su boca se mueve rítmicamente con la mía y la tomo de las caderas apretándola contra mi.

Blue Donde viven las historias. Descúbrelo ahora