Blue

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Blue

Nunca he creído en las casualidades; siento que son algo estupido a mi perspectiva, son algo que en realidad es inexistente.

Las casualidades para mí no existen; más que una casualidad es tu destino, es algo que está destinado a pasar, pero una casualidad no puede ser una por qué eso está destinado a ser así.

De pequeña mi abuela me decía que había alguien que tenía escritas nuestras historias. Que nuestra vida estaba escrita hasta con acentos; que todo lo que pasaba estaba destinado a ser así, más no había casualidades en ella por qué todo estaba escrito y una vez que se escribía no se podía borrar.

En esta vida nada era casualidad, pero tampoco nuestra vida estaba escrita por alguien superior, si así puede llamársele. Más bien es el «destino». ¿Por qué? Simplemente por qué las cosas están destinadas a ser, no se puede cambiar.

No son casualidades. Nada es una casualidad.

Haber chocado con Avan no era una casualidad. Era mi destino y si así fue predicho así se hará.

Ignoro mi dolor para concentrarme en sus ojos que no muestran ninguna emoción; tiene un semblante serio y me mira con arrogancia.

Por lo que he escuchado tiene todo lo que yo quiero; una familia que lo quiere, es respetado y admirado por los demás, tiene un futuro por delante.

Su vida es totalmente perfecta, y eso es lo que yo estoy buscando. Tampoco es que quiera ser totalmente perfecta, por que la perfección no existe, pero al menos intento serlo.

Me mira con asco por unos momentos y no entiendo el por qué. Instantáneamente bloqueo cualquier atisbo de admiración que habitaba en mis ojos y lo acompaña cualquier emoción.

Me ofrece su mano y al principio me quedo sorprendida pero en menos de un segundo reemplazo la sorpresa por seriedad.

Ignoro su mano tendida e ignorando el dolor que tengo en mis muñecas, me recargo sobre ellas para quedarme de pie.

Una vez que lo consigo el me escanea lentamente todo el cuerpo. Su mirada quema allí por donde pasa y me aturde un poco.

Al final regresa su mirada a mis ojos y los ve con confusión que no logro comprender.

Me permito observarlo un poco. Lleva puesta unos jeans color rojo desgastados junto con una camisa negra con el logo de The Beatles impresa en ella y unos converse color negros. Lleva su cabello despeinado, lo que lo hace tener un look despreocupado.

Lo miro sería durante unos minutos de silencio incómodo. El no dice nada solo se permite observarme seriamente y yo hago lo propio viendo hacia el horizonte donde se puede alcanzar a ver una pequeña parte de luz del sol que está emergiendo.

Escucho un débil carraspeo por su parte y dirijo mi mirada hacia la suya lentamente y arqueo una ceja esperando a que diga algo.

—Debes de fijarte más por donde vas—me dice con una emoción que no logro identificar y me quedo con sorpresa dentro de mi pero por fuera no expreso nada.

Tampoco es que esperará que me implorara perdonarlo y hubiera imaginado que estaba arrodillado delante de mi, pero al menos espere un pequeño lo siento.

—Tú deberías fijarte más, por qué no se si te percataste de que tú fuiste el que me hizo caer— le señalo y el me mira con sus ojos color avellana.

—Yo fui el que pasaba por aquí y tú te atravesaste.

—Por si no te has fijado, es una vía pública.