Capítulo III

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Semanas después...

¿Dónde vamos? —Preguntó un tanto ansioso, caminando detrás de ella

No seas tan preguntón Rubén —Respondió

No me agradan tus secretillos muyaya, sólo dímelo, supongo que no es nada malo...

No... —Le giñó el ojo

Irina tenía un cierto indicio de que su chico sufrió un accidente en su presencia, más que mal ella misma lo vio en la fiesta.

Sin embargo, contactó a muchas personas para dar con su paradero, hasta que por fin lo encontró en la clínica. Fue una gran sorpresa volver a verlo y decidió no preguntar nada al respecto, pero basándose en las semanas que estuvieron juntos pudo deducir que él era un niño muy juguetón y tierno.

—Hemos llegado cariño, lo siento si me demoré mucho en darte esta noticia, es sólo que... Tengo que decirte algo importante

—Tía, que me asustas

—No no, no tengas miedo, yo solo quería proponerte algo

—Irina...

—Rubén, ¿Te gustaría... ?

Mantuvo su mirada firme en los ojos de su chica, quizás se había demorado mucho en darse cuenta que le gustaba. Habían estado saliendo hace algún tiempo, pero nadie se atrevía a dar el primer paso.

—¿Quieres ser mi novio?

Tragó saliva y se impresionó por la pregunta, nunca pensó que podía estar con una chica tan bella como ella. Es preciosa. Realmente hermosa.

—Vaya, me has pillado por sorpresa —Fingió una mala cara —No me mires así muyaya, claro que quiero ser tu novio —La acercó fuertemente a su pecho y acarició su cabellera rubia

Ambos se unieron con un cálido beso, su ilusión acaba de comenzar. La alzó por los aires y rieron por el nerviosismo del momento.

Caminaron juntos cogidos de las manos hasta el parque más cercano, allí se quedaron tumbados jugueteando como cualquier pareja.

—¿Te parece si vamos a jugar a los caballitos de esa feria? —Cogió su mano sin esperar la respuesta y corrieron a la feria que estaba ubicada en la esquina.

—No sé si sea seguro que me suba acá, quizás me echen —Temeroso se subió al carrusel

—¡Claro que no!, yo iré en el caballito de al lado

—No lo sé cariño, me dan un poco de mied... —No alcanzó a terminar de hablar cuando empezó a moverse el carrusel.

—¡Vamos Rubén!, esto va como a 2 km/h no te puede dar miedo, ¿o sí? —Dudó un poco al ver al chico aferrado al fierro como si no hubiera un mañana —¿Rubén?

Parecía una odisea, mi mente se bloqueó y me aferré al fierro que subía y bajaba sin parar;¿Rubén?, sentí como me hablaba Irina, pero no pude darle atención.

Sentí la estúpida sensación de llorar, tenía un puto nudo atorado en mi garganta, no entendía el miedo, no podía expresarme, sólo quiería bajar.

Fue una maldita eternidad hasta que por fin se detuvo, mis manos temblorosas no podían dejar de sujetar con fuerza, era como si una fobia nunca antes descubierta se hubiera desatado justo en ese momento. Muy parecido al de las arañas.

Mi cabeza dio mil vueltas hasta que la vi, preocupada, secando mis lágrimas con su sweater.

—Cariño, ¿Estás bien? —Delicadamente posó su mano en su frente para secar los rastros de sudor.

No atiné a nada más que mirarla con desesperación y a llorar. Quise reprimir esa parte de mi que mostraba mi total vulnerabilidad, pero como siempre, fue inútil.

—No no no no, Rubén bajemos —Jaló su mano pero se encontraba estático

—Quiero a mi papiiiii —Sollozó con desesperación, ahogado en lágrimas

La chica parecía no entender absolutamente nada, sólo volvió a tirar de su mano para que se bajara y fueran a un lugar tranquilos.

—¿Qué pasa Rubén?, ¿Qué te ha pasado?

—¡PAPI! —Hundió su cabeza en sus manos

—Espera espera, ¿Quién es tu papi? —Levantó su mentón para poder ver sus ojos aguados

—Ma-mangel

—¡¿Mangel?!

Al oir eso comenzó hacer pequeños pucheros, quería a su papi y no tenía idea de dónde venían esos impulsos infantiles. Se podría decir que la fachada de adulto se metió en un rincón y volvió su parte sensible y dependiente.

¿Rubén?, ya no existe en este minuto.

—Okey okey, tranquilo, lo llamaré enseguida —Tomó su móvil y se le resbaló por el nerviosismo, marcó a Mangel y este contestó de inmediato.

—¿Irina?, dime

—Mangel, puedes venir a... al parque, digo feria, por favor. Es urgente.

—¿Pasó algo? —Preguntó preocupado —Voy, voy enseguida

Pasaron unos cuantos minutos cuando por fin apareció por la entrada del lugar, caminó lo más rápido que pudo y divisó a los jóvenes sentados.

—¡Rubius! —Gritó lo más fuerte que pudo, hasta que él por fin volteó a mirarlo

—¡Papi! —Corrió a su encuentro y se abalanzó hacia sus brazos.

Mangel estaba anonadado al escuchar eso, pensó en su pasado y era sumamente extraño verlo así de nuevo. Un sentimiento de nostalgia y de amor lo invadía por completo.

Lo tomó en brazos y sintió como el menor acomodaba su cabeza en su hombro, sabía que su bebé estaba más presente que nunca. Mangel sintió como Rubius se acercaba a su camisa y comenzaba a succionarla como si de un chupete se tratara.

—Cariño, me dejarás mojado —Él hizo caso omiso a sus palabras y siguió succionando muy a gusto. Sintió mucha ternura y comenzó a acariciar su cabello mientras se acercaba a Irina. Rubius comenzó a balbucear algunas palabras que no logró entender por completo, así que lo miró nuevamente a los ojos y pudo cerciorarse de que estaba inmerso en su espacio.


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¿Me han extrañado?, porque yo sí :(

No me maten por no haber subido capítulo, ya saben, la poca imaginación.

Denle mucho amor a esta parte para poder seguir jajaj <3 y no irme por meses de nuevo :(

LOS QUIEROOOOOOOOO

LIKE Y FAPPPPPPP <3

&quot;Little secrets&quot; (SEGUNDA TEMPORADA LITTLE BOY) - Elrubius ageplayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora