Dos

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Miro mi reloj, solo quedan dos minutos. No sé porque me alegra si igualmente en casa voy a tener que ponerme a estudiar para el examen de mañana.

Alfin suena el timbre y todos salen en manadas como si no hubiera un mañana, todos tenemos ganas de llegar a casa. Al salir veo sentado a Hugo con sus amigos. Noto su mirada encima de mí pero la esquivo, como si no lo notara. Salgo del instituto y una extraña voz aparece detrás de mi, me suena pero no consigo ponerle nombre.

—Hola! Cómo estás? —Luce una sonrisa radiante. Es la chica de ayer. — Oh perdona, creo que tienes prisa.. solo me pasaba para agradecerte lo de ayer, darme la dirección del hostal y eso.. al no ser por ti me hubiese pasado la noche buscando a Cloe. Por cierto soy Gim. - y levanta la mano con signo de educación.

—Ah.. yo soy Janne encantada. —y estrujo mi mano con la suya. Siempre que conozco a alguien le doy dos besos pero ella fue quien dio ese paso. —No tienes que darme las gracias por nada. Cómo fue dormiste bien allí? Es un sitio muy tranquilo y bastante barato.

— Si la verdad, aparte las instalaciones están bastante bien. Me dieron algo de información de dónde podría ir a pasar el día, cómo ya te dije no soy de aquí y no conozco a nadie. Por cierto has visto hoy a Cloe?

— No, no la he visto en todo el día. Creo que no vino a clases. Lo siento, pero buscarla va a ser una perdida de tiempo, pocas veces está por aqui.

—Entiendo. — y su rostro parece nublarse.

— Oye, te apetece ir algún sitio a tomar algo? Yo te invito. - digo.

***

Entramos en la panadería donde ayer almorcé, y saludo a la chica de la barra quien esta acabando de preparar un capuchino. A continuación, pedimos y nos sentamos en una mesa.

— Este lugar es bonito, encontré la oferta del alquiler por internet y no dude ni dos segundos en venirme aquí. Por desgracia he tenido la mala suerte de toparme con alguien que me ha dejado en la calle.

— No estoy ni segura de que ella hubiese puesto ese anuncio, pero de todos modos te diste con la menos indicada. — Y no puedo ocultar me cara de asco al pensar en Cloe. — Que harás ahora?

— Me quedaré un día mas, visitaré un poco la ciudad y tomare un tren de regreso a casa de mis padres.

Pasemos el rato hablando y riendo. Al principio debo admitir que me daba un poco de corte sentarme con una desconocida en una mesa y aparentar charlar como si nos conociéramos de toda la vida, pero la cosa fluyó bastante rápido.

— Dios! Se ha pasado el tiempo volando.. Perdon, tengo un examen mañana y debería irme a casa a estudiar. Podríamos vernos mañana si te parece?. — Digo avergonzada de mi actitud.

— Tranquila, la verdad es que si se hizo bastante tarde, me encantaría que nos pudiéramos ver mañana, pasaré a buscarte al instituto.

— Perfecto pues! Ah y toma, mi número por si necesitas algo. Descansa! — y me voy sin apenas oír sus palabras de despedida.

Mi madre me matara cuando llegue a casa a estas horas y no haberla avisado de que no iría a casa después de clase.

Quedate esta noche.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora