One-Shots de KaiLen

🔼Ailein Duinn🔽

Hola! A partir de aquí, empezaré el reto del abecedario. En el que haré un one-shot/drabble con cada letra, ya saben. Ojalá lo disfruten tanto como yo ^^

Fecha y mes desconocido. Año 1788.

Carta dirigida a mi prometido Kaito.

¿No es emocionante? ¡Vamos a casarnos Kaito! Después de hacer tantas rabietas porque no quería casarme con Miku, al fin lo logramos, ¿no es genial?

Seguramente la recuerdas. Era bonita, sí. Mis padres la eligieron por eso, pero como varias personas pensaban "No toman en cuenta mi decisión" termine volviéndome uno de ellos.

A los once años de edad, cuando mamá me dejo ir al pueblo (porque si tu bien recuerdas, yo era el heredero del trono) con un encargo de comprar diez manzanas rojas, te vi siendo atacado por los duques. Porque esta claro, su diversión era molestar a los pobres. Tome cuatro manzanas y se las arroje a cada uno de ellos, y aunque practicara arquería (que era algo parecido), eso fue pan comido. Te ayude a ponerte de pie, lo cual me sorprendió porque eras una cabeza mas alto que yo.

Así empezamos a vernos todos los días, sin falta. Yo le ponía excusas a mis padres de ir al pueblo y supongo que tu también cuando venias por las noches a verme, subiéndote a mi balcón.

El tiempo siguió su curso y nos volvimos amantes, pues si llegaban a enterarse, a ti te decapitarían por "abusar del príncipe" y a mí me darían un sermón de quien sabe cuantos meses. Y Miku lloraría por mi infidelidad.

Incluso como regalo de mi cumpleaños numero 14, hicimos el amor. Recuerdo que tu me besabas para evitar alertar a mis padres o los sirvientes con mis gemidos. Al día siguiente tuve que decir que tenia indigestión.

Una sirvienta, al tiempo, nos pillo en una situación incomoda. Pues yo estaba algo jadeante y sin camisa... Y ni hablar del cabello. Le pedí que no se lo dijera a nadie, o la mandaría a asesinar; no era de esas personas rudas, pero una situación como esa...

Una semana tranquila transcurrió, y ella no habló. Por la noche, Kaito vino con una sorpresa de matrimonio prohibido, el cual acepte sin dudarlo.

Pero en todos lados hay espías, así que a partir del día siguiente estuve con guardaespaldas, hasta mis 16, que dije que ya tenia edad suficiente para bañarme solo, el cual era mentira pues me escaparía por esa misma ventana. Rápido subí a mi caballo blanco, y huí evitando a los soldados.

Cuando llegué a tu casa, la abrí de tal desespero, que tu madre pensó que venia a matarle. Hice que se tranquilizara, y te busque por los alrededores. Llegue al final del pueblo y te vi con un hombre de morada cabellera abrazarte, ¿ya habías encontrado a alguien más? Me acerque para oír la conversación, pero me alivié al saber que no era algo de que preocuparse. Eras un marinero ahora.

Cuando me viste, me abrazaste y besaste como nunca lo habías hecho. Y me pediste que viajara contigo hacia Scalpay en la isla de Harris, puesto que nadie conocía de su existencia. Obviamente yo era uno que no sabía. Tu me dijiste que quedaba cerca de Escocia. El viaje seria largo, pero si estaba contigo, entonces no debería por que importarme.

Allí, en esa isla, celebraríamos nuestra boda.

Pero el día no llego y tu te fuiste. El barco se vio sorprendido por una tormenta, y todo lo que estaba en él se perdió. Pero... ¿por que tuve que salvarme? ¿No podía irme contigo? Lo ultimo que mis ojos vieron antes de caer desmayado sobre el mueble en el que estaba sobre el mar, era tu cuerpo flotando sobre una madera, y un pedazo de esta clavado en tu corazón.

Al despertar una noble familia me había recogido, pues andaban en bote por los lares. Les agradecí por haberme salvado, pero en parte no quería eso... Yo quería irme contigo. Y había una promesa, íbamos a casarnos.

No te preocupes, quede abatido por tu muerte. Así que moriré en la misma costa donde encontraron tu cuerpo. Gracias por amarme como alguien jamás lo hizo.

Len.

PD: Compuse una canción para ti antes de irme, en solo tres días, pude aprender un poco el escocés.

«Qué apenado estoy

Al levantarme temprano por la mañana

Si es la arena tu almohada
Si son las algas tu cama

Si son los peces la luz de tus velas
Si son las focas tus vigilantes

Yo bebería, aunque todos lo aborrecieran,
La sangre de tu corazón, después de que te ahogaras»