Una historia donde encontrarás one-shots (historias de un único capítulo) de la pareja Kaito x Len.
No hay nada más que explicar, lo siento.
Cover by: @woahitsnoya
❌ Prohibida su copia total y/o parcial ❌
Eran las tres con un minuto de la tarde. Hacía tanto calor que uno no podía ni asomarse afuera. Gracias clima, siempre tan oportuno.
Hoy era un día muy especial ya que iban a contraer matrimonio dos personas que se querían y demostrarían su amor a cualquiera. Aunque fuera empalagoso, sí.
Cada uno se estaba arreglando en una habitación de aquél amplio lugar donde se celebraría dicho matrimonio. Que en realidad iba a ser afuera pero debido al calor los planes cambiaron y se propuso hacer adentro donde el salón era tan grande que habían tres enormes aires acondicionados. Todos ellos funcionando.
Un rubiecillo chico atravesó aquél amplio lugar abrazándose a sí mismo. Llevaba un saco negro, camisa blanca y corbata celeste que hacían un perfecto juego con sus celestes ojos. Se vio obligado a comprarse un prendedor, muy pequeño, de una rosa azulada (le recordaba mucho al mar, un lugar que quería visitar cuanto antes). Fue su hermana la que se lo pidió ya que según ella, Len se veía muy simple.
Llegó a un extremo del salón, abrió una puerta de madera y caminó por el largo y no muy iluminado pasillo. Parecía de películas de terror.
Se encontró frente a otra puerta de madera pero ésta era de roble y tenía un cartel que decía «tocar antes». El chico hizo justamente eso.
Al no contestar nadie, entreabrió la puerta. Dentro de aquella habitación visualizó a un muchacho de cabello azul, tal cual el prendedor que llevaba Len en su saco al lado de su corazón, que comenzó a latir desenfrenado al verlo sentado en un sillón con la cabeza entre sus piernas y ambas manos sobre su cabeza. Estaba llorando.
Entró y con un estruendo, sin quererlo, cerró la puerta provocando que asustado, el muchacho levantara la vista. Lloró más.
— Len... —susurró a punto de soltar más lágrimas. Lágrimas que el nombrado quería quitar en ese instante.
— ¿Qué pasa, Kaito? —preguntó angustiado mientras se sentaba al lado de aquél muchacho. Su fina y blanca mano se posó en el hombro contrario y lo apretó, en un intento de hacerlo sentir mejor, cosa que no logró en absoluto.
— Es que... —dudó mientras se mordía el labio inferior por dentro. Los ojos ajenos de Len vagaron por la habitación evitando los del rubio. Inhaló y con una voz temblorosa soltó:— Me hace feliz poder casarme. No creí que lo lograría.
A Len le dolió. Él quería llorar ahora.
— Rin es alguien muy especial para mí, ya sabes. Me alegra que me hayas presentado a tu hermana, Len.
«Cállate, estúpido Kaito.»
— ¿Sí? —fue lo único que salió de aquellos labios agrietados de Len que se apretaron para evitar llorar frente a su amigo.
— Te agradezco tantas cosas, Len.
Kaito extendió el puño, pero Len se puso de pie y se largó antes de que se quebrara allí mismo reclamándole que lo tenía que amar a él y no a su hermana.
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Hacía una media hora que la ceremonia había comenzado. Su hermana se veía tan hermosa. Ella llevaba un prendedor de rosas rojas y blancas en su cabeza, que hacían buen juego con el vestido y el labial que llevaba.
Y cuando el sacerdote preguntó quién se oponía, Kaito clavó su mirada en Len que él podría haberse puesto de pie y hacer su objeción. Podría haber llorado frente a todos y gritado "porque lo amo a él y no estoy de acuerdo, nunca lo estuve". Sin embargo, se quedó sentado mirando sus manos que temblaban.
No se animó.
El sacerdote prosiguió y la pareja se besó. Todo había acabado finalmente.
Al finalizar la ceremonia, todos festejaban y felicitaban a los recién casados pero Len era la excepción, que permaneció de pie alejado del resto.
Se dio media vuelta y se quitó el pasador. Recordó que lo había comprado debido al significado de las rosas azules: imposible. Lo sujetó firmemente y sintió una mano sobre su hombro. No tenía que voltear para saber quién era.
— ¿Por qué no te opusiste? —le preguntó, algo enfadado aparentemente.
Len no dijo nada. Comenzó a llorar, en cambio de una forma silenciosa apretando más fuerte el pasador.
— ¿Sabes que ya no puedes hacer nada?
Negó. Y lloró más fuerte. La mano se retiró de su hombro dejando una amarga sensación.
— Yo esperaba que te postularas como alguien que no quería que se llevara a cabo esta ceremonia. ¡Len! —le gritó para tomarlo por los hombros y hacer que lo mirara. No pudo frente a ese rostro del veinteañero con esas lágrimas recorriéndolo. Kaito tragó saliva.— Yo te dije que no estaba feliz por conocer a tu hermana ¿qué habías escuchado? Si hasta salía a escondidas contigo, estúpido.
No tendría que haberlo llamado así, pero se lo merecía. Se lo merecía por no haber sido capaz de oponerse al sacerdote, a Rin su hermana consentida, sus padres y los de Kaito.
— No tuve valor. —agregó con un hilo de voz, sollozando en el proceso.
Pero ya no se podía cambiar nada.
Kaito lo tomó bruscamente de la muñeca y lo condujo a aquella habitación donde el prometido estaba antes. Arrojó a Len sobre el sillón y procedió a cerrar la puerta con seguro.
— Quítate todo, porque esta será la ultima vez de todo. —le exigió con un tono demandante.
Len no rechisto, pero lloró en todo el proceso porque sabía que ya no iba a tenerlo consigo nunca más. Que aquellas fugadas que se pegaban de vez en cuando, ya no serían posibles. Nada de lo que hacían como amantes seguiría funcionado porque la familia Shion era tan prestigiosa tanto en dinero como en fama, que podían pagarle a alguien para que fuera a matar a Len. Y lo que menos quería Kaito, era ver al amor de su vida muerto.
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Si no lloraron, no sé que son (?) Hasta a mí me dolió.
Basado en un mini cómic que me encontré el otro día ~ (aunque era RiLen pero a mí dejenme ser)