CAPÍTULO IV

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Por amor... enfrentare mis temores

- Joven Zabuza, ayúdeme un poco con esos muebles –

- Si – Zabuza obedeció al instante, el viejo Sarutobi no podía cargar demasiado peso. Minato había salido hace dos días, gracias al cielo había más personas ayudando, pero el orgullosos de Sarutobi siempre quería hacer los trabajos pesados como sí fuera un hombre joven.

- En unos días tu primogénito llegara al mundo, ¿no estas contentó por ello? – ambos hombres se habían sentado a descansar. Aquella preguntan no fue contestada, tan sólo Zabuza bajo la mirada.

- No nos quedaremos con él – dijo.

- No pregunte si se quedarían con el bebé. Me refiero a que si te alegra que el niño nazca con bien – Sarutobi miraba el inmenso campo verde frente a ellos, el viento soplaba acompañado con una fresca brisa de verano – el primer hijo siempre es el más importante para una pareja, con él se aprende el oficio de ser padres... y en ocasiones como la tuya donde no pueda permanecer a nuestro lado, sólo queda la alegría de saber que podrá estar en un lugar mejor... y esperar porque sea así –

- Yo se que así será – contesto Zabuza – este lugar esta rodeado de gente dedicada y muy buena, no podría desear un mejor lugar para mi hijo. Y espero y pronto tenga una familia que en verdad lo ame, lo aprecie... así como Haku desea verlo con tanto esmero –

- Nosotros velaremos por ese deseo –

- Gracias –

-o-o-o-o-o-

- Vaya, veo que tuviste mucho trabajo el día de hoy – Kushina veía el estado cansado y sucio del varón. Zabuza de sentía morir, deseaba llegar a su habitación y ya no despertar... pero tan sólo tenía dos horas de descanso, las aprovecharía al máximo.

- Terminamos de mover los muebles al nuevo edifico. La pintura había secado y teníamos tiempo extra antes del descanso. Ya no tiene que preocuparse por acomodar las cosas nuevamente – Kushina sonrió satisfecha. Este chico era buen trabajador.

- Gracias por ayudarnos en todo este tiempo, aún cuando no deseabas siquiera quedarte... te juzgue mal – confeso Kushina, lo cual para Zabuza no fue una sorpresa.

- No tiene que disculparse, por algo debió tenerme desconfianza, admito que no soy muy... buen samaritano – suspiro resignado, aquellas imágenes de su trabajo y su juventud llena de problemas atormentaban su mente – pero estoy cambiando para bien, por Haku... y para que cuando el bebé pregunte por su padre, le digan que... – no sabía el porque había mencionado al bebé. No debía ni siquiera en verlo como su hijo, pronto ellos se irían y el niño tendría una nueva familia... y no serían ellos.

- Zabuza... ¿te encuentras bien? – la voz de Kushina lo trajo de regreso. La expresión de la mujer era de preocupación.

- Lo siento... no supe lo que estaba diciendo – se justifico, por esa pregunta invadía su mente – tengo algo que preguntar... si no le molesta, Kushina –

- Esta bien, espero poder responderla –

- ¿Los niños saben quienes fueron sus verdaderos padres?... me refiero, a que después de ser adoptados los niños saben de su procedencia –

- Bueno... – Kushina pensó un poco antes de comenzar a hablar – podemos llegar a un acuerdo con los padres adoptivos para que los niños puedan saber su procedencia, pero en el mayor de los casos los nuevos padres se niegan. Piensan en el bienestar de las criaturas y en su futuro, los niños son crueles con quienes son adoptados... prefieren ahorrarles las dudas hasta que tengan edad para saber su pasado –

Por Amor...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora