Tic toc, corre reloj... Esta vez no escaparas, la salvación ganarás, ¿lo harás?
...
Fase 1: Conociendo el terreno.
«Cuando me sumerjo en el agua, mi alma se libera. Cuando miro debajo de las rocas, que es donde mi alma encuentra su ancla»
15 de Abril de 2015. 07:45 hrs.
Antes.
Era un día normal, en Lethbrigde. Solo se sentía algo desolado y con un aire solitario. Me adentro en unas de las calles que tengo al frente junto a mi hermano Charlie, con él que venía hablando de cosas que han sucedido recientemente, se escuchaban susurros y murmullos. Me aparte de mi hermano, y decidí seguir aquellos sonidos quejumbrosos. Con paso seguro agudicé mi oído. No sucedía mucho escuchar aquellos quejidos.
— ¿Quién anda ahí? –Grité inseguro. Se escuchaban pasos a unos cuantos centímetros de mí. Charlie estaba detrás de mí diciéndome que no fuera para allá.
Miré hacia todos los lugares posibles, hasta que encontré algo. Eran dos hombres de aspecto turbio, como si pertenecieran a alguna pandilla, discutiendo sobre trivialidades que no había podido entender.
—Disculpe. ¿Dónde estamos? –Aclaré mi voz que se volvió distorsionada. — ¿Me escucha?
Mi hermano me toma del brazo diciendo que nos vayamos de ahí, pero no le hago caso, sigo entrando al callejón oscuro.
Y simplemente su silencio fue su respuesta. Se dignaron a verme, pero aun así no se inmutaron en responderme. ¿Por qué no me responderá? ¿Qué está pasando? Seguí cuestionando mis dudas en mi mente.
—Niño, aléjate, si al menos aprecias tu vida, ábrete de esta mierda y haznos un gran favor, desaparécete.
De un momento a otro uno de aquellos hombres saca un arma. Me sorprendo de aquél acto, corro hacia uno de ellos pero fue un intento fallido. Mi cuerpo cayó al suelo al chocarse y recibir un golpes de uno de los hombres, pocos metros de aquella escena llegaba una chica deslumbrante. De esas que tu mente no puede olvidar ni porque llegaras a poseer amnesia.
Cuando empezó un gran forcejeo, aquella joven corrió hacia los hombres, traté de alejarla lo más posible, pero se soltó y aun así fue a dónde aquellos hombres. — ¡Por favor! ¡Deténganse! –Al decir eso se escuchó un disparo, el segundo y hasta el tercero. Las tres personas se inmovilizaron hasta la chica cae soltando una ráfaga de sangre. Socorrí hacia ella viendo desfallecía poco a poco.
—Vamos, tú puedes sobrevivir –recé. –Tú puedes. No puedes irte así, fuiste valiente. Nadie tenía la valentía de hacer lo que hiciste...
Me quité el collar que poseía desde hace unos diez años y delicadamente se lo coloqué en su cuello. —Esto te dará suerte, en cualquier cosa que te suceda. —La solté mientras cerraba lentamente los ojos. Tomé su pulso y me di cuenta su corazón ya no latía.
El teléfono de ella sonó y recibió un mensaje, miré la fecha y decía 28 de junio de 2017.
¿Qué está pasando?
(...)
—Brad, ¿estás bien? –Me golpeó en la cabeza, Tyler, mi mejor amigo. Salté del susto. Me toqué la frente y sentí que tenía sudor frío, me encontraba desorbitado y algo confuso por lo que acaba de ver. De verdad no entiendo nada.
—Eh, sí. Solamente estaba pensando –suspiré mirando hacia el horizonte, pocos segundos sentí una mirada en mí. Sé que él no me creía, no le tomé mucha importancia a eso. Desvíe la mirada, estaba nervioso que una de mis manos temblaba.
—Hermano, te conozco, y sé cuándo algo va mal, de verdad, te quedaste mirando al vacío y te pusiste pálido, y déjame decirte, que hay algo que sí te molesta —me miró mi hermano, Charlie, él, Tyler y yo hemos sido amigos desde siempre, y ellos saben cuándo algo anda mal, pero no sé si contarles esto sin parecer un total lunático.
—En otro momento se los explico, ¿vale?, He tenido mucho en mente, es cuestión de des estresarme y les cuento todo, lo prometo. –Les sonreí a ambos. Y asimismo fue correspondido.
— ¿Dónde dejaste tu collar? El que siempre usabas, y siempre que no lo traías andabas paranoico –me empecé a tocar el cuello, y no lo tenía, no recuerdo haberlo quitado ayer que lo traía puesto, de verdad que me lo quité fue en ese extraño sueño, pero eso sería totalmente imposible, ¿cierto? —No me digas que lo perdiste, Bradley.
—Dime qué día es, la fecha, rápido...
—Estamos a quince de abril, ¿qué hay con eso? –me miró Tyler, se activaron todos mis sentidos, comencé a calcular el tiempo que hay entre las fechas. Son dos años y tres meses. No sé qué debe significar eso —. Sabes que puedes contarnos lo que sea.
Si tan sólo supieran...
—Bradley, ¿tú acaso te drogas?
—Y, ¿a qué viene eso? Ya no se puede estar pensativo en algún momento.
—Y, ¿a qué viene eso? Ya no se puede estar pensativo en algún momento.
En ese entonces la vi, esa hermosa cabellera rubia, resplandeciente, ahí estaba ella, viva, ¿cómo era eso posible? La vi morir, pero justo ahí entendí todo, ese día no ha pasado... Aún.
—Chicos, ¿saben quién es ella? –la señalé, junto a sus amigos. Lucían felices, como si de verdad nunca hubieran pasado por alguna lucha en su vida. Mis amigos me miraron, y me miraron un poco divertidos —no es lo que tú ustedes piensan, nunca la había visto, no entiendo cuál es la miradera.
—Tú sólo te estás delatando, nadie dijo nada... Más rápido cae un mentiroso que un ladrón, ¿quién lo diría? Lo que decía su abuela era muy cierto –se río Tyler, al igual que mi hermano.
Me quedé observando a la chica junto a su grupo de amigos, ella sintió mi mirada pero aun así sostuve mi mirada, hasta que finalmente nuestros ojos se encontraron. Ella me sonrió tímida, y le devolví la sonrisa.
Ella se levantó, y caminó en dirección a la mía, saludó a mis amigos que me miraban con aun más diversión, yo sorprendido por todo esto, empecé a toser, hasta que me calmé un poco y ella se río un poco. Y se sentó junto a mí.
— ¿Estás bien?
Asentí un poco tímido. —Mi nombre es Charlie, y el chico que tienes a tu lado es mi hermano, Bradley, y este pelirrojo, es Tyler.
—Un gusto, mi nombre es JJ.
— ¿La abreviación de qué? ¿Jessica? ¿Josie?
—De Journey, Mi nombre es Journey.
Ella tenía el collar que le di en mi sueño, ella se veía muy feliz. Tal vez tenga que impedir que lo que vi se vuelva realidad. Tengo dos años para salvarla, antes de que sea muy tarde.
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Bravery
RomanceUna gota de pura valentía vale más que un océano cobarde. -Miguel Hernandez. Ahora, realmente conozco la valentía. Ella, con sólo una mirada derrumbó todos aquellos muro...