Harry & Draco pasaron la noche en los jardines alrededor de Hogwarts, tomados de la mano, sonrisas mutuas combinadas con unos cuantos sonrojos, de vez en cuando paraban y se recostaban en el pasto, viendo hacía el cielo, contemplando las estrellas, las cuales esa noche relucían más que nunca. Los dos eran felices juntos. Harry jamás en la vida había visto a su rubio tan feliz como esa noche, y la siguiente, y la siguiente a la anterior, algo en Draco había cambiado, no era algo físico, ahora sus manos eras tibias y sus mejillas estaban coloradas, pero sus labios, antes resecos, ahora era lo que más resaltaba del Slytherin.
Lo que Draco amaba de Harry eran sus ojos, esas 2 gemas esmeralda que estaban adornadas con unas pestañas tupidas y extremadamente largas, un poco más abajo se encontraban esos labios, tan dulces, que para el rubio eran su perdición. El Slytherin se negaba a soltar la mano del Gryffindor.
-Harry, ¿Enserio me amas?-
-Te amo más que a nada en este mundo-
-Júralo Harry-
-Draco, juro solemnemente que te amo-
Los dos volvieron a unirse en un beso, el cual fue eterno, pero para ellos no había pasado el tiempo suficiente para separarse, Potter se recostó en el hombro de Malfoy, para luego quedarse dormido, perdiéndose en sus sueños más profundos, amando a su Draco.
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Quedate Potter
Teen Fiction-¡POTTER!, ¡POR FAVOR, QUEDATE!- grito Draco desde el otro extremo de la habitación. -¿PARA QUE?- contesto Harry con lágrimas en los ojos. -¿PARA QUE ME VUELVAS A ROMPER EL CORAZÓN?- salió del cuarto sin mirar atrás. al irse, un leve sollozo se hizo...